Corrió detrás de ella, viéndola perderse entre la acera y las personas que caminaban entre ellos, la vio entrar a un recinto que parecía ser un pequeño centro comercial, o eso creyó, cuándo las luces de las tiendas lograban cegarlo momentáneamente. Veía su espalda y como el viento jugaba con su rubio cabello, también chocaba con las personas, quizás más que él, y a pesar de que sabía que todas las miradas estaban en ellos nadie se interpuso en su camino. Lucia subió las escalaras, con la esperanza de perderlo, pero oía como llamaba su nombre a la distancia, jurando sentir como sus pasos se aproximaban al compás de los suyos.
Encontró un pasadizo desolado, con poca iluminación, y simplemente entro a él para recuperar el aire que exigían sus pulmones, sintiendo de repente como Alex tomaba sus hombros y giraba su cuerpo con rapidez, encontrando sus ojos verdes.
Ambos respiraban con desespero, y compartían el tono rojizo que bañaba sus mejillas.
-¿Qué haces aquí?- Pregunto al apartar sus hombros de él.
-Vine a buscarte.
Amplió los ojos, creyendo que estaba a punto de sufrir un ataque al corazón.
-Necesito hablar contigo, necesito decirte que-
-¿No crees qué es muy desconsiderado de tú parte con Tania?- Cuestiono con el veneno posado enteramente en sus palabras -¿O me dirás que volvieron a terminar?
-Necesito explicarte lo que en verdad sucedió esa noche.
-No tienes por qué hacerlo, lo dije antes- Recordó, frunciendo las cejas -También te pedí que no me buscarás, y aquí estás.
-Y no me iré, no después de toda la odisea que tuve que pasar para poder encontrarme contigo- Aseguro, avanzando pequeños pasos -Por favor, permíteme una última charla, si no logro convencerte, prometo que me iré y no sabrás más de mí, pero necesito ser honesto contigo o siento que no podré vivir conmigo mismo.
Su mirada, sus ojos, sus palabras y la cercanía que ambos compartían no la hacían pensar bien, podía oír los gritos de su corazón y las quejas de su mente, pero sobre todo podía sentir la calidez de su alma.
-¿Por qué debería hacerlo? Cuándo pudiste ser honesto, sencillamente no lo fuiste.
Tenía razón, Alex lo sabía, pero lo dijo antes, aún si Lucia no deseará escuchar lo que tenía que decir, lo diría de todos modos.
-Por favor, solo pido una última oportunidad, prometo que valdrá la pena.
-¿Y si no es así?
-Me iré, y no volveré a buscarte, no volveremos a cruzarnos- Contesto, a pesar de que sus palabras crearan un gran nudo en su estómago.
Lucia suspiro, asintiendo levemente.
-Iremos a mí departamento.
Alex guardo silencio, observándola caminar lejos de él, dirigiéndose a la salido de la instalación, y él no pudo hacer más que seguirla
...
La vio abrir la puerta de su departamento en silencio, entrando detrás de ella, encontrándose de lleno con una sala acogedora, y varios cuadros en ella, opacando la vista.
-Mi habitación de pintura está llena de cuadros, por eso estos están acá, hasta que logre hallar un sitio para ellos- Contó, percatándose de la mirada perdida que Alex le dedico -¿Café, vino o vodka?
-Café, estaría bien.
Asintió, entrando a la cocina, dándole la espalda al hombre de ojos verdes.
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El placer de tus labios.
Romance(Segunda parte del idioma de tus ojos) Años de la noche del baile, tanto Alex cómo Lucia decidieron continuar sus vidas por caminos separados, persiguiendo sus sueños y huyendo de los recuerdos, obligándose a olvidar el amor que compartieron. ¿Pero...