"No tengo excusas por todas las veces que te lastimé, pensando en que me pudieras ayudar. Realmente pensé que ibas a poder ayudarme, pero en realidad sólo te estaba hundiendo conmigo. Lo siento, pero creo que lo nuestro no podrá continuar. Todo lo que quiero es que seas feliz, pero no puedes serlo a mi lado. Porque puede que cuando me quieras buscar yo ya no esté ahí contigo como cuando tú estuviste conmigo. Lo siento."
Esas fueron tus últimas palabras después de irte corriendo. Estaba helado, no sabía que pensar al respecto. Sólo sabía que estaba perdiendo a una hermosa persona. Me habías acompañado desde que éramos niños, y no podía comprender cómo es que después de tanto tiempo te habías alejado sin decir más. Y ni siquiera me dejaste decirte algo, sólo huiste.
Cuando llegaste a mi vida hace años, conocí a una persona realmente entusiasmada, con muchas ganas de vivir. Eras la luz de mi vida. Me enseñaste cómo ayudar a los demás, amarme a mí mismo, y cómo superar las cosas que más dolían en el fondo de mi corazón. Recuerdo cómo tomabas mi mano en la escuela sólo porque no querías que alguien me lastimara, eso me incomodaba. Todos nuestros compañeros se burlaban de nosotros. Yo, siendo una persona insegura, me importaba lo que los demás pensaran de mí, así, poco a poco me fui alejando de ti.
Cada día lejos de ti dolía más y más. Pero no sabía como hacer para aceptarme a tu lado. Estuvimos alejados como por más de un año. En el cuál todos los días pensaba en ti y te miraba de reojo sólo para comprobar de que estés bien, yo te cuidaba desde las tinieblas. Me aseguraba de que ningún chico te rompiera el corazón, y ninguna chica te apuñalara por la espalda. Pero todo cambió cuando tuve a mi primera novia. El mundo estaba pintado de color de rosas a su lado, que me distancié aún más de ti, y dejé de cuidarte como hacía antes. Los días al lado de ella eran tan bonitos durante los primeros meses, que dejé de ver con claridad el mundo. Pero después de esos hermosos días color rosa, me di cuenta que sólo era una capa de pintura que ocultaba lo que había por debajo. Todo empezó a oscurecer. Estaba en una relación tóxica. Todos los días eran peleas tras peleas, ella sólo pensaba en sí misma, y yo no sabía como terminarle, porque ella era mi todo en ese momento. Pero cuando toqué fondo, y me di cuenta que no estaba parado en ninguna parte, colapsé, para finalmente terminarle. Nadie estaba a mi lado.
Los días que pasaron después de la ruptura fueron eternos y lentos. Yo, lleno de desmotivación iba al colegio a animarme aunque sea un poco al lado de mis amigos. Me había olvidado de ti. No sabía qué cosa era lo que le pasaba a mi vida. Sólo me levantaba desganado, estaba perdido en un mundo muy grande. Cuando un día volviste a aparecer. Me sorprendió verte afuera de mi casa con una sonrisa un poco tímida, ya habían pasado años desde la última vez que hablamos. Recuerdo, que cuando volvimos a hablar fue como si todo ese tiempo que había pasado, hubiera sido sólo días. Tú con tu sonrisa de siempre adornándote la cara, y con tus chistes malos que solo daban risa por lo malos que eran. Realmente te extrañaba. Comenzamos a salir más seguido después de clases, y volvimos a retomar nuestra amistad, pero de manera más madura, pues ya habíamos crecido.
Me acuerdo un día en el que salimos, y te llenaste de valor, y me preguntaste: "¿Qué es lo que te ha pasado?, te veo muy triste últimamente", en ese momento supe que podía volver a confiar en ti, y te lo conté todo. Tu tomaste mi mano y me diste apoyo. En ese momento me di cuenta que no estaba solo, y ya no estaba perdido, te tenía a ti.
Cuando más tiempo pasaba a tu lado, más me daba cuenta de lo mucho que me habías hecho falta este tiempo. ¿Cómo había sido tan tonto para dejar ir a la persona más valiosa de mi vida? Mientras los días pasaban, cada día sentía que tenía que pedirte perdón por haberte dejado, por haberte descuidado, y por sobre todo, por dejarte sola. Porque sabía que algo había cambiado en ti. Esa sonrisa que siempre me enseñabas, ya no era como la de antes, y tus chistes cada vez se volvían más opacos. Era como si todo el tiempo que estabas a mi lado en realidad era un espacio vacío. Podía sentir que me apoyabas, ¿Pero tú realmente estabas bien?
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Volver a empezar
Short StoryEsta carta es para mi mejor amiga, mi compañera de vida, la que siempre me ayudó a salir adelante. Gracias por siempre estar a mi lado, ahora déjame estar en el tuyo. atte: tu mejor amigo