Harry Styles.

10. From the Dining Table (3:31)

2014.

Abrió sus ojos y su primera reacción fue un suspiro fuerte, ¿de nuevo la misma mierda? que agotador era. Por inercia giró su cuerpo hacia la derecha y no, no había nadie, pero tenía la esperanza que estuviera ahí su alegría, acostada a su lado como antes, abrazándole aunque él fuera más alto, siempre le había gustado ser la cuchara pequeña, ser mimado y más por aquel amor que ahora se convertía en un platónico, imposible de tener. 

Se había despertado solo en esa habitación de hotel a las 8 AM y no podía creer como cinco minutos después de eso ya estaban lagrimas corriendo por sus mejillas dándole un poco de calidez en este entorno frío y desgraciado. Simplemente la vida no estaba siendo buena con él, estaba en la parte más baja de la montaña rusa, después de haber sentido las alturas y los sentimientos que traen ellas simplemente había bajado estruendosamente quedándose en nada. 

¿Dónde estabas?

No podía jugar consigo mismo, él si sabía donde estabas y sabía por qué estabas ahí, pero prefería ignorar su problema, prefería ignorar todo y volver a dormir, tal vez si soñaba un poco podía estar más cerca de quién amaba, quizás solo podía ser posible en los brazos de morfeo donde todo era bello. Lo siguiente que escuchó fue su alarma, dándole las 11 A.M. Gruñó estruendosamente y apagó la alarma, dejando su teléfono en la mesa de noche. Odiaba el hecho de tener que trabajar, tener que levantarse, bañarse y todo lo que fuera derivado de levantarse de su cama. 

Luego de unos minutos decidió levantarse, caminó hasta el baño y tomó una ducha, colocó cualquier cosa en su cuerpo, la primera playera que vio y un pantalón de buzo para estar cómodo, sintió como una vibración se hizo presente y se iluminó la pantalla de su celular, se acercó a este mientras secaba un poco con su toalla su cabello el cual molestaba cuando estaba mojado, ya que su largo estaba cerca de sus hombros, no quería empapar su playera. Tomó el celular entre sus manos, tirando la toalla a la cama y leyó varias veces el nombre en él, pero decidió apagar el aparato e ir directamente al minibar de la habitación.

¿Ponerse borracho antes del medio día era ilegal? No creía eso, así que se agachó y sacó del pequeño refrigerador una botella de vodka, agarró un vaso y comenzó a servirse el líquido solo con unos hielos para decorar, ya que el primer sorbo fue el último y no quedó una gota. Pero ese era el primer vaso de muchos, porque por lo menos al terminar de beberlo sintió algo que no fuera tristeza, sintió como todo el alcohol ardía por sus vías digestivas, pero por lo menos no era su pecho sufriendo, por lo menos no era su mente clavandole constantes apuñaladas, por lo menos no eran sus recuerdos viviendo su vida pasada.

Entonces para el medio medía estaba ebrio y adivinen, no dejó de doler, incluso dolió más, ahora solo era él abrazado a la botella que le había hecho compañía estas últimas horas, estaba sentado en la esquina de la habitación y sollozando tan bajo como si alguien pudiera escucharle, pero estaba solo y estaba cansado de sentirse así, aunque fuera su culpa, lo único que le importaba era que nunca se había sentido peor.

Se levantó y tiró lejos la botella. Un borracho puede tomar decisiones en menos de 10 segundos, así que él ya había tomado la suya. Secó sus lagrimas, fue al baño y se miró en el espejo y vio ese fantasma mirándole, aquellos rastros de lo que él solía ser. Lavó su cara y mojó su cabello, limpió su nariz y caminó hacia la puerta, tomó el pomo de esta y pensó en lo que estaba haciendo, había algo que no había tomado en cuenta y era que estaba ebrio y que se notaba lo ebrio que estaba, no podía ir a hablarle así, digo, daría más pena, le tendría compasión no lo notaría como algo serio, no como él quería.