dear draco, || TRADUCCIÓN ||

forty

Mi queridísimo amor,

Sé que odias cuando te llamo así, pero te extraño, y siento que en este caso, se me permite. Creo que lo entenderás.

Dios, te extraño.

Cuando era más joven, era el tipo de persona que despreciaba todo sentimiento. Nunca entendí la exageración que el mundo asocia con el primer amor, o el amor en general, en realidad. Nunca entendí la idea de amar tanto a otra persona como para valorar su felicidad sobre la tuya y tomar decisiones basadas en eso. Que pienses en ellos con todo lo que haces.

Ahora soy una persona diferente.

Cuando nos conocimos, pensé que eras una idiota. Estaba fascinado por ti, sí, pero te odiaba, porque los Gryffindors y Slytherins están obligados a odiarse entre sí. Con tan solo doce años, fuimos lanzados a nuestros propios mundos definitorios. A los Gryffindor se les dijo que eran valientes y caballerosos; a los Slytherins se los convenció de que eran astutos y ambiciosos. Tienes doce. Estos son tus rasgos más apreciados. Estos te definirán a partir de ahora. Si no hubiera sido por esas casas, nuestra historia podría no haber comenzado como lo hizo. Te odiaba, sí, pero solo porque estaba programado para hacerlo.

Si te odiaba tanto, ¿por qué no podía alejarme de ti, Belly?

Me enamoré de ti en esa ridícula fiesta de Navidad. Las luces de hadas eran de mal gusto y el ponche de frutas barato, pero todo lo que podía ver era a ti. Sabía que era un error; sabía que yo era la definición andante de un hombre cavando su propia tumba; pero cuando te miré, nada de eso pareció importar.

Cuanto más hablabas, más te amaba. Eras las luces y las estrellas y el olor embriagador de la ciudad, y puede que no lo supieras, pero yo era completamente tuyo.

Y con cada día que pasó desde entonces, con cada palabra que dijiste; cada momento que me odiaste y me amaste, me enamoré un poco más profundo.

Estuvo mal, pero nada podría haberme hecho más feliz. Fuiste el mejor error que cometí.

¿Recuerdas cuando caminamos juntos hacia la batalla final? Tenía demasiado miedo; mi único consuelo el apretón de tu mano. Pero nunca se me ocurrió que quizás los dos no lo logremos.

Y luego ese terrible fuego sollozos y gritos y espesas cenizas negras se me pegaron a la garganta; llamas lamiendo mis tobillos.
El humo flotaba en el aire y me quemaba las mejillas. Pero no me había despedido. Mi vida dependía de docenas de muebles desvencijados, pero me aferré a mi vida porque todo lo que podía pensar era en salir y besarte por última vez.

Nunca lo hice.

Seguí buscándote, corriendo por todas partes, preguntando a todos si te habían visto.
Antes de darme cuenta, la batalla había terminado y todos estaban vitoreando y yo estaba tan feliz, sin apenas prestar atención a quién ganó y quién no, pero no sabía dónde estabas, y luego te vi.

Arrugada en el frío suelo de piedra, tu cabello enredado en tus mejillas. El mundo entero se había enfriado, se había derrumbado a mi alrededor. Podía sentir a la gente animándome, llamándome, pero ¿cómo podría alguien ser feliz cuando tú no estabas?

En esos momentos, todo lo que podía pensar era; aguanta un poco más.

Es demasiado pronto. Quedate un poco más.
Por favor, Belly.

Ni siquiera estaba llorando, solo me estaba rompiendo, creo. Me estaba desvaneciendo.

Entonces comencé a morir y sigo muriendo, a pesar de que la gente me dice que estoy perfectamente sano. Me di cuenta de que la gente realmente no sabe tanto.

He estado leyendo una y otra vez cada carta que me escribiste. Cada uno está bellamente redactado y pensado, y nunca las respondí.
Lo siento mucho, Belly, de verdad, daría cualquier cosa, cualquier cosa, por hacer retroceder el tiempo, solo por escribirte; para responder a cada una de tus cartas.

Me duele, inexplicablemente, porque nuestro tiempo era muy limitado. Me duele, porque hubo muchas más palabras que decir, muchas más risas, muchas más lágrimas. Ese breve y fragmentado tiempo que tuvimos; eso solo debería haber sido el incómodo comienzo de una hermosa vida juntos. Toda una vida llena de amor y felicidad y nadie, nadie, que nos diga qué hacer, porque ¿no te acuerdas, Belly? La cabaña. Teníamos un plan. Vivíamos en una cabaña en la playa y nos sentábamos envueltos en mantas junto a los ventanales y veíamos la lluvia.

Es difícil de explicar y no estoy seguro de poder hacerlo alguna vez. Pero un mundo sin ti, Belly, es un mundo en el que no quiero vivir; un mundo que ni siquiera quiero imaginar.

Te extraño. Extraño tu tacto y tu piel y tu cálido olor. Tu mano en la mía, tu respiración contra la mía. Tu voz que siempre parecía que quería decir más de lo que decía.

Extraño la forma en que te veías por la mañana, la forma en que sonreías con ojos cansados, la punta de tus dedos en mi mejilla. Buenos dias, te quiero. Buenas noches, te amo.
Tu ingenio, tu temperamento, tu coraje. Cómo tu cabello se rizaba por tu espalda. Cómo tus huesos encajaban perfectamente contra los míos. Te extraño muchísimo

¿Pero no lo ves, Belly? ¡Finalmente estoy respondiendo! ¿Por qué no es eso lo suficientemente bueno? ¿Cómo hago para que vuelvas a mí?

Sé que ahora estás más feliz, pero duele. Tuve que torturar a la gente y yo mismo fui torturado, pero ningún dolor se comparará con este. Daría el sol, la luna, las estrellas. Daría todo lo que tengo. Daría cualquier cosa por tenerte de vuelta.

Realmente espero que estés feliz, estés donde estés.

Y te extraño para siempre, y te amo, para siempre.

Tuyo, para siempre,

Draco.