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COLONIA, ALEMANIA

7 de octubre 2020


Ha transcurrido una semana desde que no sé nada de Julian, literalmente lo borré de mi vida y continúe adelante, aunque debo admitirlo, no ha sido fácil, puesto que no hay día que no tenga un mensaje de él en mi WhatsApp.

En los últimos días, me he dedicado a mí misma. La universidad y el trabajo en la cafetería consumen todo mi tiempo. La rutina de un día normal es asistir a clases, por las tardes, estar en la cafetería y llegar hasta las 10 de la noche a casa, cenar mientras hago mis tareas hasta horas de la madrugada, eso sin contar que aún no son exámenes. Siendo honesta, no sé qué será de mí durante esas semanas.

En fin, ahora estoy en Colonia, aprovechando que mi jefa está de viaje y el establecimiento estará cerrado por unos días. ¿La razón de mi visita? Kai Havertz.

— ¡Kai! — Llamo a mi amigo y este se gira.

— Anette. — Muestra una sonrisa al verme, posteriormente nos acercamos para unirnos en un abrazo. — Pensé que no vendrías. — Admite.

— Bueno, pues me tienes aquí, Kai. — Reí. — Él no está aquí, ¿verdad?

Julian está convocado con la selección, como casi siempre ocurre, pese a esa situación accedí venir a este juego, que se note el aprecio que le tengo al alemán porque siendo otra persona ni loca piso este estadio.

— ¿Jules? — Asentí — Está en los vestuarios, es titular, así que no tarda en salir, — Dejo escapar un suspiro. — Él no ha querido decirme por qué terminaron, ¿algo que me quieras decir? — Niego.

— Las cosas ya no estaban bien entre nosotros, Kai. — relato con desinterés.

El futbolista del Chelsea coloca su mano sobre mi hombro en señal de apoyo.

— Me tienes para lo que necesites, Anette. — Nos dedicamos una sonrisa. — Me tengo que ir, te voy a buscar terminando el juego, ¿vale?

— Claro, adiós. — Nos despedimos con un beso en la mejilla.

La Selección Alemana disputará un amistoso contra Turquía y la ciudad elegida para albergar el encuentro fue Colonia. Algo que agradezco porque después iré a visitar a mi familia a Leverkusen y la distancia de viaje es corta.

Me ubico a un costado de la banca nacional, que asientos me conseguiste, Havertz. Ya luego hablaremos de esto.

Sin más, las dos selecciones salen al terreno de juego mientras la afición las recibe con aplausos y alzan pequeñas banderas alemanas. Se entonan los himnos nacionales, aunque para este punto mi atención está en él.

𝐃𝐀𝐘𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓 || JULIAN BRANDT ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora