Sentía su corazón ir a mil por hora, además de las palmas de sus manos sudorosas y un nudo horrible en su estómago. Suspiró hondo tratando de relajarse, mirando con la cabeza alta la puerta que tenía enfrente. Había caído en una cosa mientras tocaba el timbre de la puerta.
Sería la primera vez que conoce a la madre de Alejandro.
Una voz aguda sonó detrás de la puerta, siendo la señal para que limpiarse sus manos en sus pantalones vaqueros y sonriera ampliamente, sin enseñar sus dientes. Quería parecer simpático, no un puto depredador.
Una mujer de unos 45 años abrió la puerta, de pelo blanco grisáceo y estatura baja.
La altura la sacó de su madre.
Tuvo que morderse la lengua para no reír ante esa broma propia.
-Buenas noches señora Bravo, ¿está Alex?- la mujer le miró de arriba a abajo, sonriendo amablemente.
-Tú debes ser David, ¿no?- el moreno asintió, extendiendo su mano para estrecharla con la mujer.
-Exacto, voy con Alejandro a la fiesta que organiza Samuel- alzó los hombros divertido, guardando sus manos en los bolsillos de su chaqueta-. Le prometo que lo traeré de una pieza.
-Vaya, mi Alejandro tiene buen gusto, pareces un buen chico- David sintió sus mejillas arder levemente. ¿Buen gusto? ¿Le contó sobre... Lo que tenían?
-Yo... gracias, señora.
-Míralo, sois igualitos vosotros dos. Hizo una buena elección- Alex por favor, aparece pronto-. Procura que no se aburra mucho, ¿vale? Además de usar protección, nunca se sabe lo que uno puede pillar por ahí.
-¡Mamá!- David se puso de puntillas para ver cómo el azabache corría hacia la puerta, rojo como un tomate ante las palabras de su madre. Ni se esforzaba en disimular un poco.
-¿Qué pasa, cielo? Sé que los adolescentes soléis tener las hormonas algo alborotadas, y en tu caso no hay problema de embarazo imprevisto, pero no quiero que tengas algún problema serio por ir desprotegido por la vida, hijo mío.
El menor salió de su casa, parándose al lado de David mientras sentía su rostro arder de la vergüenza. David soltó una risilla disimulada, le daba gracia y ternura la vez, además de nervios.
-Adiós mamá, te enviaré un mensaje cuando vuelva a casa.
-Diviértete cariño, y recuerda, usad el globito si os divertís.
David fue prácticamente arrastrado hasta la salida del edificio por el menor, llegando a la calle donde el azabache pudo soltar un chillido de la vergüenza de hace escasos segundos.
-Eso fue muy...
-¿incómodo? Lo siento.
-Iba a decir inusual- el moreno sonrió, agarrando la mano ajena para transmitirle tranquilidad-. No es necesario que te pongas así, es más, me agrada tu madre.
El ojiazul se giró para verle, notando la tranquila en su voz. Sonrió aún con las mejillas rojas, sintiendo el cálido contacto de los labios ajenos besando su mejilla.
-Gracias David. Venga, será mejor que empecemos a andar para llegar a tiempo a la fiesta.
El menor asintió, empezando a caminar al lado contrario mientras no separaban sus manos, era simplemente agradable sentirse entre ellos.
Mamaléfica le hizo pasar por un bochorno en menos de tres minutos, era nuevo récord.
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Luz de luna// Fargexby
Любовные романыDavid tan solo era un chico vacío y sin vida, viviendo sin tener emociones o sueños. Al menos así era hasta aquella noche, donde vio a aquel chico sentado a su lado bajo la luz de la luna. °Esta obra es ficción, utilizo a sus personajes, no a los yo...