Día 13: Traidor

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One-shot.
Centrado en Ritsu cuando apenas descubre sus poderes.

~•~•~

Es malo dejarse llevar por malos sentimientos que habías enfrascado en tu interior, dejar que estos te consuman y lleven a realizar acciones incorrectas que causarán daño a otros y a uno mismo. Es algo que debe evitarse hacer a toda costa para así no caer a una barranca sin fondo de la que ya no se podrá salir porque se ha llegado muy lejos. Era algo que Ritsu sabía bien porque sus padres se lo habían enseñado desde pequeño, porque vio a su hermano mayor lidiar con poderes que bien lo podrían volver malvado y lograba no serlo. Le gustaría poder ser de voluntad más fuerte, pero no, la suya es frágil como el cristal, capaz de romperse ante la más mínima provocación, probó el poder gracias a mentiras y traiciones y ahora se sentía embriagado por este, era demasiado y no sabía si era bueno o malo.

Usando sus propios poderes para cumplir malos objetivos, dañando en el proceso y engañándose para hacerse creer que lo que hacía era lo correcto. Palabras llenas de veneno entraron por su oído y se quedaron clavadas en su cabeza, esa voz que le decía una y otra vez que para esto estaba hecho y así era como todo debía hacerse, arrastrado lentamente a su perdición.

Nadie es perfecto, sabe que alguien debe ser capaz de entenderlo si explica sus razones, no está buscando compasión por dos razones, la primera es que a pesar de todo no la merece, la segunda es que sería demasiado patético recibirla, no la necesita, no quiere que sientan lástima por alguien echado a perder como él. Algo está roto en él, por eso mismo no necesita palabras lastimeras ni miradas decepcionadas, él sabe lo qué era haciendo y por qué, tampoco le debe explicaciones a nadie.

Sí, admite haber sentido una pequeña pizca de satisfacción cuando vio que Onigawara no pudo defenderse, lo acorralaron y no tuvo salvación, fue gratificante verlo tan desesperado como un conejo huyendo de un cazador. La traición y justicia por mano propia jamás se había sentido tan bien, veía a todos apuntarle y decirle tantas cosas, era injusto, pero se lo merecía por más cruel que sonara.

Entonces ¿Por qué se sintió mal también? Se supone que estaba haciendo bien, no hay motivo por el que debería sentir eso, después de todo sus intenciones siempre fueron puras, era lo correcto. No entendía por qué su cabeza lo castigaba haciéndole creer que él estaba siendo el villano abusando de su poder tanto psíquico como el que le daba el comité de alumnos. No quería ser un mártir, su sufrimiento no debía estar ocurriendo.

Relaciona esto con su hermano, no tiene razón para hacerlo pero es la única manera en la que se logra sentir mejor de cierto modo, hacía estas cosas para proteger a Shigeo de todos esos idiotas que solo buscaban hacerle daño. Sí, si era por eso estaba perfectamente bien porque no lo hacía con maldad.

Ellos se merecían ser señalados.

Ellos debían ser castigados, y sí nadie lo hacía, bueno, la responsabilidad recae sobre sus hombros.

A diferencia de Shigeo, él sí aprovecharía sus poderes al máximo, los usaría para volver las cosas más justas y lograr un ambiente más pacífico. Eso era lo que se le decía para que obedeciera fielmente a los planes bañados en espinas, ya había tocado fondo y no había manera de volver el tiempo atrás para arreglar sus errores.

Ritsu se considera incluso un salvador ahora. Los pasillos de la escuela son seguros para cualquiera, en especial para Shigeo. Pone su envidia de lado y solo hace lo que debe hacer, su envidia es mala, eso sí es malo.
Era un juego de mentiras en el que él iba ganando, por mentirle a otros y tenerlos comiendo de la palma de su mano y porque era un profesional al engañarse a sí mismo para seguir con la falsa idea de que este era el camino correcto. Alguien de tanto poder que ha sido cegado, controlado por cada cosa negativa que se guardó desde que tiene memoria.

Ya no tiene por qué tener miedo. Ya no tiene por qué contenerse. Ya no. Ni siquiera ante su hermano.

Ese era Ritsu.

O bien, de nuevo se mentía. Fingía ser fuerte frente a sí mismo para ocultar el dolor y la tristeza que albergaba su corazón, estaba arrepentido de todo mal acto cometido, no quería seguir haciendo eso pero su cabeza le decía una y otra vez que no podía parar. Sufre en silencio porque se supone que es firme y fuerte, frío e incapaz de sentir piedad, en el fondo realmente es solo un niño asustado que se comía su triste personalidad creada a partir de todo lo malo que le había ocurrido.

Se da cuenta entonces de que no tiene a nadie en quien recargarse cada que lo necesita, es un alma solitaria que fue llevada por el mal camino, ahora que quiere volver no puede ver hacía dónde ir pues tiene miedo de hundirse aún más. Cada uno de sus pasos debe ser cuidadoso para evitar empeorar todo, pero parece que su cuerpo y mente no quieren obedecer porque siguen obrando mal, no sabe por qué no puede controlarse. ¿Será por su mismo miedo? Ya no sabe qué hacer, ¿debería pedir ayuda? No, él se metió solo al hoyo y debe salir solo también, nunca ha contando con alguien, esto será sencillo. O al menos eso piensa, vuelve a mentirse porque se ha vuelto tan buen mentiroso que ya es muy sencillo engañarse a su mismo, esconde el miedo que se tiene, miedo que llega al mismo nivel al que le tiene a Shigeo. ¿Por qué no puede dejar de pensar en el mayor? ¿Por qué siempre tiene que ver con su estado fe ánimo sus decisiones?

Se desconoce. En ningún momento notó que se había traicionado a sí mismo.

October Memories/Angstober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora