Estaba enfrente de la puerta de la habitación de motel dónde había quedado con la desconocida, se suponía que ella ya estaba adentro, pero yo, aún no estaba muy segura si entrar o no, ya que está sería mi primera experiencia con una mujer. Suspiré, y decidí entrar. Abrí la puerta, la luz era de un color azulado, había una cama redonda, enfrente de esta, había una gran "X" roja con grilletes en cada esquina, la televisión estaba prendida al igual que la luz del baño, de ahí salió una bella mujer, cabello rubio, cejas pobladas y perfectamente depiladas, ojos azules, pestañas largas y rizadas, nariz respingona, labios gruesos, piel clara y sin ninguna imperfección, ella era delgada por lo que resaltaban todas sus curvas, tenía unas tetas grandes que parecían dos melones, unas caderas anchas, piernas que parecían firmes, al igual que sus nalgas. Su cuerpo estaba cubierto por una vestido de dormir de seda rojo pasión, con bordes negros de encaje.
—Hola— dijo seductoramente, camino hasta mí, se detuvo enfrente de mí —Supongo que traes puesto lo que te pedí— dijo, y ella suponía bien, humedecio sus labios, tomó mi mano y me deje guiar por ella, nos paramos enfrente de la gran "X", deshabotono mi gabardina y me la quito delicadamente, luego simplemente lo tiró por ahí —Pégate a la "X" y dale la espalda— dijo, y así lo hice, ella abrió los grilletes, y me los puso, uno en cada uno de mis tobillos y muñecas, quedando abierta y expuesta, entonces por fin me observó bien, llevaba puesto un sostén sin copa, es decir, mis tetas estaban expuestas al aire, y llevaba puesto una tanga que no me cubría nada, dejando expuesto mi vagina y mi culo.
Camino hasta la cama y tomó algo en sus manos, se acercó a mí, entonces ví que era —Te pondré esto en los ojos, por lo que solo límite a disfrutar— dijo, me puso el antifaz, sumiendome en la oscuridad, escuché algunos ruidos, y luego finalmente sesaron.
—¡Ah!
Gemi cuando sentí sus manos en mis tetas, acarició y luego tiro de mis pezones, tomó mi pezón izquierdo con su boca, lamió como si de una paleta se tratase, succionó y tiro de el con sus dientes, admito que sentí algo de dolor, pero este fue reemplazado por placer, hizo lo mismo con mi otro pezón, y cuando estuvieron lo suficientemente erectos, los dejo, luego sentí como colocaba algo que apretó mis pezones y pesaba, era doloroso, pero no lo era tanto. Sus manos acariciaron mi cuerpo, una de sus manos bajo hasta mi entrepierna e introdujo un dedo sintiendo mi humedad, movía su dedo, arriba abajo, luego subió un poco más y acarició mi clítoris con la yema de su dedo, beso mi abdomen, mientras bajaba cada vez más, estaba haciendo un gran esfuerzo por aguantarme los gemidos, pero se me hacía casi imposible, sentí su aliento ahí abajo, para luego sentir su lengua, lamió cada pliegue de mi vagina e introdujo su lengua, empezó a follarme con su maestra lengua, entraba y salía, para luego lamer mi clítoris y succionarlo, para luego penetrarme otra vez con su lengua, para ese punto, yo era un manojo de gemidos. Estaba apunto de llegar al orgasmo cuando ella paro, escuché un ruido.
Entonces lo sentí en mis tetas, era un vibrador, gemi, ella lo puso en mi pezón izquierdo, mientras su boca se encargaba del derecho, bajo el vibrador por todo mi abdomen, llegó a mi vagina.
—¡¡Aaaaah!!
Lo puso en mi clítoris, mientras su lengua me penetraba, lamió y tragó toda mi humedad para luego volver a penetrar, mientras que movía el vibrador en círculos, volvió a repetir su acción, hasta que me vine, gritando de placer, entonces ella quitó la presión de mis pezones, prolongado más mi orgasmo.
Ella soltó los grilletes dejándome libre, me quite el antifaz y la vi sonriendo sensualmente, entonces observé la cama, había varias cosas, un vibrador, pinzas para pezones, las que uso en mí, pero también había un dilatador anal y unas cuerdas que talvez no lleguemos a usar, la miré, y sonreí maliciosa, camine hasta ella y me puse enfrente, la bese, sentí el sabor de mis fluidos, pero no me importó, bese su mandíbula, mordí su lóbulo.
—Te haré mía como la putita que eres— susurré en su oído, lamí su cuello, chupé levemente, puse mis manos en sus nalgas, y tal como supuse, eran firmes, subí mis manos, y baje los tirantes del vestido por sus hombros, este cayó en el suelo, la observé, no llevaba sostén, por lo que observaba sus firmes tetas, y traía puesta una tanga de hilo, eso me exito mucho, tome sus tetas con mis manos, las apreté, y jale sus tetas a mí boca, tome su pezón derecho, chupé, lamí, mordisquee hasta dejarlos completamente erectos, ella gemía fuerte, no, más bien eran pequeños gritos, metí dos dedos a su vagina.
—Vaya... La perrita está empapada— dije, penetre con mis dedos.
—¡Ah! ¡Ah!— gimió, saque mis dedos, los lleve a la boca y saboree sus fluidos, la miré, estaba jadeando.
—Ponte en cuatro, perra— ordené, ella lo hizo, se puso en cuatro en el suelo, tome el dilatador, camine hasta ella, me puse de rodillas detrás de ella —Separa un poco las piernas— ordené, ella así lo hizo, puse el dilatador a un lado mío, toque sus nalgas, acaricié sobando en círculos, deje de tocar sus nalgas y le di un fuerte palmaso, ella soltó un grito, volví a repetir la acción una y otra vez, hasta que sus hermosas nalgas quedaron de un color rosado, acerqué mi boca y besé sus nalgas, les di cariño, las lami y mordí levemente, ella gemia a más no poder, acerqué mi boca a su vagina, le di lengüetazos, tomando sus jugos.
—Estas muy exitada, ¿Verdad perrita?— dije, ella lo único que pudo hacer fue contestar con un gemido, metí mi lengua en su vagina y la penetre, chupé y tragué su jugo con un leve sabor a cuero debido a la tanga, una de mis manos jugo con su clítoris, ella estaba chorriando del placer, mi mano esparció su humedad hasta su ano, acaricié esa parte y luego metí mi dedo, ella gimió.
—Por favor... ¡Ah!...dame... más... ¡Ah
Abrí sus jugosas nalgas, aparte el hilo de la tanga y lami su ano, luego introduje mi lengua en ese extrecho orificio, ella gemia, le folle el ano con la lengua, saque mi lengua, e introduje el dilatador, ella grito, folle su vagina con mi lengua, mientras metía y sacaba el dilatador de su rico ano, y finalmente ella se corrió gritando de placer.
∆
Hola. Qué tal?
Dejaré ésto por aquí y me retiraré lentamente. ;)
No sé olviden de votar y seguirme.
Nos leemos luego.
†Joss†
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Relatos Eróticos
FantasiaSimplemente son historias muy subidas de tono. ¡Advertencia! Leer bajo su responsabilidad -Joss