Parte única

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Félix Graham de Vanily, muchas veces se pregunta, qué fue lo que hizo para que una chica como Marinette, estuviera a su lado. Porque siendo honesto, nunca se visualizó a sí mismo, con alguna chica y mucho menos, con Dupain-Cheng.

Porque a pesar de ser torpe, tener mano pesada, ser acosadora –o debería decir ex acosadora–, ser a veces pesada en cuanto a actitud, también poseía un lado amable, gentil y servicial. Después de todo, ella seguía siendo una humana.

- Hey, Félix, ¿Estás bien? – preguntó Marinette, deteniéndose a unos pocos metros delante, en sus orbes cielo vislumbrándose la preocupación y curiosidad.

Félix la miró por un largo silencio, escrutándola con la mirada, sin querer perderse cada detalle de la franco-china. Desde su tierno gorro rosa pastel con pompón, pasando a sus mejillas ligeramente pecosas y aniñadas hasta su largo abrigo gris y rosa, terminando en sus botas rosadas.

Ah, definitivamente, Marinette parecía niña eterna. Y eso que ella actualmente tiene 22 años.

- Sigues siendo una niña después de todo, ¿eh? – murmuró, sonriendo levemente. Marinette se acercó a él, curiosa por lo que había dicho.

- ¿Félix?

- ¿Te arrepientes de estar conmigo, Mari? – preguntó, disminuyendo ligeramente su sonrisa, mientras sus orbes esmeraldas se ensombrecían. Marinette hizo una mueca de desconcierto –. No soy Adrien en absoluto como ves, y disto mucho de ser el perfecto príncipe azul.

- Lo sé – dijo –, y yo estoy bien con ello – se acercó más a él, abrazándolo y de paso, escondiéndose en su abrigo gris oscuro siempre siendo observada con atención por el rubio. Marinette sonrió –. Si hubiera sido la de antes, yo realmente no hubiera podido concebir la idea de estar con alguien más que no fuese Adrien, mucho menos Luka – alzó la mirada, conectando sus azules cielos con los bosques esmeraldas de él, sonriendo un poco más –... No eres perfecto, y yo tampoco soy perfecta, ¿pero estamos bien, no?

Para un roto siempre habrá un descosido.

-... Sigues siendo una rarita molesta – contestó, golpeando con sus dedos su frente, obteniendo un mohín por su acción. La cual le hizo reír, y revivió el apagado bosque de hace unos segundos –. Y tus gustos realmente, siguen siendo malos.

- Lo mismo digo de los tuyos.

- Tengo buenos gustos, y luego estás tú – respondió travieso.

- ¡Oye!

- Pero así estamos bien.

Marinette sonrió, olvidando por completo su molestia y bromas. Pues... así le gustaba Félix.

De una forma irremediable, pero, ellos estaban bien.

Y eso era lo que más importaba.

- Vayamos por algo caliente.

- ¿Entonces no te contentas con un abrazo? Eres realmente codiciosa.

Sí, ellos realmente estaban bien.

-Traumada Taisho

El FéliNette es mi nueva religión.

Real Life  [Félix/Marinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora