¡Holaaa! perdón por toda la demora. No quiero ser muy larga, pero ya comienza la segunda parte de esta historia. Estoy super emocionada con todo lo que está sucediendo y estoy también re agradecida por el apoyo que me dan. ¡Disfruten!
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Emerson Willows escuchó voces. Voces que le hicieron saber que había alguien allí, pero apenas podía distinguir sus tintes, o sus géneros. Creyó reconocer una de esas voces, pero se desvaneció tan rápido que se quedó preguntando si no estaba imaginando toda esa escena. Su cabeza dolía, su cuerpo también ardía. Sentía un profundo dolor que la hacía entregarse al sueño y luego regresar, para ver simplemente la misma oscuridad. Sabía que había personas a su alrededor, pero no podía abrir sus ojos, así como tampoco podía abrir su boca para gritarles. Un nuevo sonido hizo su aparición, erizando su piel. Era un grito horripilante, de alguien que sonaba cerca suyo. Tal vez era ella misma, no podía saberlo con seguridad. Intentó abrir sus párpados, pero su cuerpo no reaccionaba ante sus pedidos. Era como si estuviera entumecida de pies a cabezas, o en su efecto, drogada. Entendió ese punto, creyendo que eso era probable. Alguien le había suministrado algo, quizás para mantenerla dócil y relajada.
Sus últimos recuerdos eran en los Juegos del Hambre, donde había sido herida con gravedad. La flecha había clavado en su cuerpo a una velocidad y presión inmediata. Pensó en que estaba muerta, probablemente debería estarlo, teniendo en cuenta todo el dolor que había sentido. Podía reconocer una herida mortal cuando la veía. Esa era una de ellas. Su abuela era creyente, la pequeña Emerson le había seguido los pasos, hasta que fue por primera vez un tributo y desde ese entonces, nunca más habían tocado el tema. No estaba segura de creer, así como tampoco estaba negada a hacerlo. Tenía dudas, pero suponía que todas las personas las tenían. Se preguntó si estaba en el cielo, aunque probablemente estaba con Satanás. No había sido una buena mujer, había odiado con todo su ser, así como también asesinó personas. Fue dominada por la mayor parte de los pecados capitales; había sentido lujuria con cada uno de sus amantes, siendo dominada por sus deseos. La gula, había bebido alcohol sin ningún objetivo, más que emborracharse y perder la consciencia. Era soberbia y envidiaba cada una de las actividades rebeldes que se le eran rechazadas. Había sentido envidia cuando Finnick fue enviado hacer el mismo recado que Coin le había dado a ella, así como también tuvo sus momentos de querer ocupar el lugar de Katniss Everdeen. Desde que había cruzado sus ojos con el Presidente Snow, sentía ganas de matarlos, la ira dominar todo su cuerpo. Podía admitir que había gozado de la pereza, quedándose recostada en el sillón de su hogar, sin querer bañarse o hacer nada mas que respirar. Pero al menos, había uno de los siete pecados capitales que no la habían marcado. La avaricia. Frente a cualquier pronóstico, las personas hubieran creído que alguien que no había tenido dinero en su infancia, probablemente llenaría su casa de joyas y muebles inútiles. No lo había hecho. Sabía el peso del dinero y las vidas que podía salvar con tan solo darlo, había preferido dárselo todo a su buen amigo, Hugo.
