Lucy Weasley y el Príncipe Mestizo ✔️ [Lucy Weasley IV]

6. Los amigos

Como imaginó Lucy, al día siguiente el enfrentamiento de la guardia de Feirra contra los mortífagos en las afueras del bosque aparecía en primera plana en El Pregonero.

"LOS MORTÍFAGOS ACECHAN POR LOS ALREDEDORES", rezaba el titular, sobre una fotografía exterior de la cúpula que cubría la hondonada.

En El Profeta, en la tercera página, aparecía la noticia que anunciaba la muerte de Igor Karkarov, explicando cómo la guardia lo había encontrado al luchar contra aquel grupo de mortífagos. También se declaraba de la desaparición de Ollivander, el fabricante y vendedor de varitas.

El Pregonero, por su parte, informaba también que se había encontrado a Tywin Tuddor, el kalessa de Munnyns, muerto en una cuneta junto a una carretera de camino a Londres, con su oreja de diez pendientes cortada y metida en la boca. Le habían cortado las alas y bajado los pantalones.

Aquella última noticia preocupó mucho al abuelo Alvar, quien escuchó la noticia leída por Roxane sin decir palabra.

-Tengo que hablar con Tamar -declaró, dejando las tostadas del desayuno a un lado.

-No dejará el cargo -le advirtió Rob Terrible, dándole un sorbo a su café, mientras revisaba la noticia del asesinato de Tywin Tuddor.

-Debería -replicó su cuñado-. Podrían matarla en cualquier momento.

-Igual que a todos, bampra -señaló Roxane con seriedad.

-Pero las kalessas se exponen mucho más, igual que el Consejo, el ministro de Magia o los miembros del Wizengamot.

-Ni lo intentes, Alvar -le dijo Gadea, negando con la cabeza-. No dimitirá, por mucho que insistas. Es una pérdida de tiempo.

-Es mi mejor amiga -dijo Alvar con gravedad.

Lucy escuchaba la conversación sin decir nada, comiendo sus rosquillas y su leche con miel mientras observaba a su familia hablar. Ante las palabras de Alvar, pensó en Harry, que era, de seguro, la persona que corría más peligro en la guerra mágica. Claro que su abuelo estaba preocupado, y claro que entendía cómo se sentía, porque a ella le pasaba lo mismo con Harry.

Alvar no logró convencerse por las advertencias de su familiares, y salió más pronto a trabajar, dispuesto a tratar de convencer a Tamar de dimitir de su puesto.

-Tamar estuvo casi cinco años detrás del cargo hasta que se lo dieron -comentó Gadea, sirviendo otra tanda de lechuga para Pelos-. No va a abandonarlo así como así. Y eso que ya lleva doce años.

-Eso da igual -dijo Rob Terrible, robando una cucharada de cereales del bol de Pepper-. Tu marido no dejará de insistirle cada día que entre y salga del trabajo. Ya perdió una hermana; no piensa perder dos.

-Tamar es mucho más prudente que la tía Nymphadora -objetó Roxane, levantándose para dejar su taza en el fregadero-. Ella era mucho más impulsiva.

-Y el día que la mataron iba rodeada por un puñado de aurores-replicó su tío Robus, algo brusco. Roxane abrió la boca, pero no salieron palabras-. Y la prudencia tampoco es excusa; tu tío abuelo Saturnino terminó muerto en una cuneta por culpa de los azules, y bien prudente que era.

-Robus, por favor -advirtió Gadea.

Lucy se acordó de su tía abuela Nymphadora, la hermana melliza de Alvar, que había muerto a finales de la primera guerra mágica, poco después de que ella naciera. Según había oído, la tía abuela Nymphadora estaba siempre de viaje, de hondonada en hondonada, y de allí al Ministerio de Magia. En una de sus visitas a Londres, el Departamento de Aurores había sido informado sobre un ataque de mortífagos a la hondonada de Jerussa, la más cercana a la capital. Antes de poder llegar, un grupo de mortífagos los rodearon a ella y al equipo de aurores que le acompañaban. Los seguidores del Señor Tenebroso, siendo más numerosos, acabaron con todos ellos.