"Juntos éramos la calma tras la tormenta que formábamos estando separados"
Sus manos fuertes acariciaban cada rincón de mi cuerpo, mientras sus finos labios dibujaban su propio mapa en mi espalda. La luz tenue de la habitación y el humo del cigarrillo a medio terminar nos daba aquel ambiente viejo y romántico de película, mientras su cuerpo atlético y glorioso me regalaba fuertes y constantes embestidas. Sus caricias quemando en mi piel, mientras nuestros encuentros tatuaban en lo más profundo de mi alma todos aquellos recuerdos que se convertirían en nada.
Y es en ese momento cuando lo siento jadear en mi oído, envuelto en la bruma de nuestra pasión que me dejo llevar. Olvido todo a mi alrededor, y solo me dedico a sentir sus cálidos labios besar cada centímetro de mi piel, me entrego a él sumisamente, sintiéndome suyo como cada tarde que decidíamos ser uno.
El sudor envuelve nuestros cuerpos. Lágrimas de placer bañan mi rostro cuando siento como su miembro acaricia cada centímetro de mi interior, sus movimientos tan perfectos, deliciosos y constantes me tienen complacido, sin saber que, con cada embestida y caricia recibida, una parte de mi alma se desprendía y pasaba a ser parte de él, alimentando con cada toque y roce todas aquellas promesas vacías.
—Eres tan bueno bebé... —susurra en mi oído y yo solo gimo en respuesta incapaz de formular palabra alguna, ya que de su placer soy esclavo.
Está a punto de terminar. Lo sé porque su cuerpo se ha tensado por completo, dejando a relucir aquellas venas que tanto me encantan. Su piel pálida ha sido el puro lienzo de mi placer. En ella dibujé cada constelación y éxtasis vivido en nuestro secreto encuentro. Mejor que cualquier galaxia, solo que con más entrega y quizá un poco de tormento.
Sus estocadas se profundizan y aumentan. Mis gemidos han inundado por completo la habitación y acariciado sin inhibiciones sus oídos. Siento como poco a poco el tan esperado orgasmo se va formando en mi interior y no puedo detenerme a pensar cuando siento sus manos tomar con posesión mi cintura y colocarme a horcajadas de su tentador cuerpo.
Y es ahí cuando lo veo sonreír. Aquella sonrisa tan varonil y arrogante que me atrajo desde el primer momento. En ella estaba todo lo que no era correcto, todo lo tóxico y enfermo. Era una droga, la perfecta droga para un adicto sin remedio que se había acostumbrado a ser amado de aquella manera. Amor, pero amor con sufrimiento.
—Muévete cariño...
Mis caderas obedecen, cegadas de la lujuria que el hombre que me está tomando desprende. Mis movimientos son lentos a comparación de los suyos, sin embargo, a él le gustan. Su rostro de completo placer me lo confirmaba.
Sus brazos abrazan mi cintura y me obligan a caer por completo sobre él. Sus ávidos labios besan los míos con pasión, mientras lo siento enterrar profundo en mi interior. Y es ahí cuando me siento tan delicado, vulnerable y pequeño. Tal como una pequeña ovejita, que está siendo devorada por el lobo feroz. Pero de manera voluntaria, entregando todo de si, y viendo cómo se pierde la esencia cristalina de la verdadera inocencia.
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INDELEBLE ||Os #1||
Teen Fiction~Yo solo quería amarte de manera auténtica, pero tú solo querías jugar. ~Accedí a tu juego y me convertí en tu juguete, pero luego de un tiempo me di cuenta que me estaba aburriendo. ~Porque cada vez que salías por esa puerta y me dejabas destrozado...