› parte única ‹

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sus mejillas enrojecidas ardían debido a los puños de él mismo tallándose con su fuerza para secar las lágrimas que no paraban de caer de sus, también, enrocejidos ojos.

no tenía idea de lo que había hecho, y de dónde se encontraba exactamente. solo que, estaba sentado en una banca de un fresco parque en una fresca mañana de jueves. finalmente decidió parar con sus puños para no lastimar más su rostro.

así que, solo apoyó sus puños bajo su mandíbula y sus codos se apoyaron en sus rodillas. regulando su respiración, dejando que unas tres gotas de lágrimas saladas cayeran al suelo.

heeseung no quería volver, ni siquiera quería poner un pie en la escuela, se sentía abrumado por el tosco acoso y maltrato de tres de sus compañeros que solo eran niños difíciles, según él.

vendré por sseunggie en la tarde ¿sí, cielo? —su madre se fijó en la mueca de incomodidad, alertándola al instante—. sseunggie, ¿sucede algo? —cuestiona, haciendo contacto visual con el niño, quien, para salvar su vida, niega rotundamente y la mujer suelta un inaudible suspiro de alivio.

pero heeseung decidió soltar la mano de su progenitora y echarse a correr en el sentido contrario a la entrada de la escuela elemental.

¿¡heeseung!? ¡heeseung! ¡¿a dónde vas?! —la tardía reacción de su madre le dio el tiempo necesario para huir más lejos, aún escuchando los llamados de ella quien también decidió caminar rápido para alcanzarlo—. ¡heeddeung! ¡cariño, vuelve! ¡no corras!

después de un rato, heeseung se encontraba perdido, perdiendo también a su madre.

pensaba en que no podría sobrevivir teniendo ocho años en la "vida salvaje", ¿tendría que robar para comer? eso no está dentro de sus principios, pero si se niega, tal vez muera de hambre.

te estás adelantando mucho, heeseung. —se dijo a sí mismo, soltando una risa leve por esa locura que se cruzó en su cabeza, pero siendo sincero, sí tenía miedo, de todo pero sin exagerar.

su vista se alza un poco y logra ver unos puntos llamativos no tan lejos, talla suavemente sus ojos para limpiarlos y se encuentra con un llavero de molang muy peculiar. voltea hacia todos lados para ver si hay algún dueño cerca, pero todo estaba vacío, ya que los niños ahora estudian y los adultos trabajan.

se levantó de la banca, dando un par de pasos para tomar el llavero pero antes de que pudiera tomarlo en sus manos, otras manitos más pequeñas toman el molang. heeseung, confundido, levanta la vista haciendo contacto visual con un niño al parecer más pequeño que él, parecía un bebé y sus ojos más achinados lo hacían ver simplemente adorable.

este molang... ¿es tuyo? —interroga el más pequeño, ahora extendiendo el juguete y dejándolo a la vista.

heeseung se quedó sorprendido, claramente no le pertenecía, y mentir tampoco era algo que hiciera, pero ya mintió una vez en ése día, así que no importaba ahora.

sí, es mío. —soltó seung, ahora, el niño de mejillas regordetas dio un saltito y chilló de emoción, haciendo que heeseung se alejara un poco de él.

¡¿te gusta molang?! ¡a mí también me encanta molang! —alzó su voz, pero de pronto, esa emoción perdió brillo—. ¿sabes? yo hace un rato estaba jugando con jungwonnie aquí y... perdí a mi molang... pero este es tuyo, ¿verdad?

ahora heeseung se sentía un poco culpable.

yo... —heeseung intentaba explicarle, pero al recordar lo que pasó, las lágrimas se presentaron de nuevo—. y...yo... —heeseung nuevamente se rompió. aún así, aquel niño estaba dispuesto a impedirlo.

hello! goodbye again! • lee heeseung, kim sunooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora