IV Capítulo: Shhh...

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Era obvio que el abuelo comenzó a reírse histéricamente y al ver mi seriedad se callo. Me encogí de hombros cuando pregunto qué como había sido eso y como había yo terminado extorsionando a nuestros sirvientes. Yo solo quise reírme de él, su rostro era un poema y sus mofletes estaban super sonrojados. Comencé a contarle despacio como había visto a Rakj y a Dannha en pleno coito, como habían ensuciado mi alfombra de tela de peluche y nuestros meses de "aprendizaje".

-¿Y nunca se lo metió por su ano?-Pregunto baba.

-Su... ¡¿Qué?!-Hable frunciendo el ceño ¿Que era ano?

-Su ano, el agujero por donde sale el popo-, hice una expresión de asco y él río por ello.

-Que asco, baba-, gruñí negando-, ¡Jamás! ¡No! !Que asco!-Brame al abuelo al él hacer caras graciosas y comenzar a tratar de agarrarme para hacerme cosquillas. Debo destacar que baba era un hombre muy cariñoso conmigo, me compraba muchas cosas, me inculcaba valores y siempre que podía me dedicaba tiempo. Baba era mi héroe desde que estaba en el vientre de Kaira, la mujer que me procreó junto a Omar, el hijo mayor de baba, ellos no querían tenerme en sus vidas, iban a dececharme como cual basura.

Así que desde siempre baba ha sido mi héroe. Luego de un rato de cosquillas chille que parará, me dolía la tripa y quería dejar de reír. Él rodee los ojos cuando me pare en la cama apuntando lo.

>>¡Eres viejo baba! ¡Te dejas persuadir por un escuincle!-Claro, intente correr lejos de él, pero antes de siquiera consiguiera bajarme de la cama estaba siendo atacado nuevamente por una ronda de cosquillas infinitas. Cuando nos cansamos bajamos a buscar algo para merendar y en la gran cocina principal de la mansión Abaji estaba Dannha quien nerviosa al ver a sus dos amos en casa se le cayeron los vegetales que llevaba en ambas manos.

-¿Que pasa Dannha? ¿Has visto un espanto? ¿Acaso somos tan feos o temes por tu castigo?-Era evidente que estábamos solo nosotros tres en aquel gran lugar, yo me despegue de baba para buscar jugó en la nevera, ella comenzó a negar.

-¡Señor! ¡No! ¡Yo!-Y parecía que no podía decir más que eso, me reí bajo rodeando los ojos y saliendo con una caja de jugo viendo fijamente a Dannha.

-Deja de hablar, cerrad la puerta y retira tu ropa-, ordeno el abuelo caminando al estante de dulces y bajando alguno, seguido los dejo en la encimera y saco su celular para llamarte a Rakj que viniera de inmediato a donde estábamos. Que tocará la puerta cuatro veces seguidas e hiciera una pausa y volviera a tocar cuatro veces más para saber qué de él se trataba. Quizás Rakj ya se hacía una idea de lo que sucedía.

Mi vista se fue a una temblorosa mujer desnuda, el abuelo le pidió que no retirará su hiyab que al menos así estaría conservando la poca dignidad que le quedaba, pues, había entrado a la habitación del príncipe de esa casa y tenido sexo, ensuciando de sus impurezas su sagrada alcoba.

-¡Mi señor! Yo...

-Shhh...-La callo y luego destapó una de las bolsas de M&M dandomela para comenzar a comer algo-.No hables o será peor tu castigo, ramera.


Ll.

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