03: « Cerrado »

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—¿Pensamientos de querer desaparecer o fantasías sobre hacerte daño?

—Ninguna de las anteriores.

—¿Has dejado de hacer algo que te apasionaba? 

—No.

—¿Cómo vas con tu medicación? ¿La estás tomando, Michael?

El pelirrojo suspiró y asintió. Cuanto odiaba a los fármacos. Ya estaba harto de su estúpida depresión, de su inútil ansiedad. Solo quería estar en paz, mejorar, pero al parecer, esas cosas solamente las lograba gracias a los fármacos porque su cerebro era incapaz de fabricar seratonina para hacerlo feliz.

En verdad era inútil, quizás su padre tenía razón.

—Recuerda que este espacio es tuyo, todo lo que hables será confidencial y solo podré pedir ayuda a externos si veo que tu vida o la de otros, peligra —comenzó con su discurso su terapeuta. Michael se relajó en el sillón, soltando su espalda tensa, subiendo sus piernas y poniendo sus brazos tras su cabeza.— ¿Sobre qué quieres hablar esta semana?

—Fui a una tienda de juguetes sexuales luego de la última sesión...

—¿¡Cómo te dejaron entrar a una tienda de juguetes sexuales siendo menor de edad!? —chilló Calum sorprendido, interrumpiendo completamente a Michael, quien dio un salto por el susto. Arrugó su ceño,  observando a Calum totalmente confundido.

—Mira Calum, yo no te entiendo. Te hago caso a lo que me dices: tomo mis medicinas, dejo mis fiestas semanales y busco ayuda para explorar mi sexualidad y nada te hace feliz.

—No, no, no —negó Calum repetidas veces.— Está bien que sigas mis consejos, eso revela grandes avances en torno a la terapia y en torno a ti, pero malinterpretaste lo de explorar tu sexualidad. Yo esperaba que hicieras eso cuando cumplieras 18 años, porque antes es ilegal que hayas ido a una tienda de juguetes sexuales. ¿Cómo entraste? ¿Te ayudó Ashton, tu amigo universitario que siempre apoya tus decisiones que deberían ser tomadas cuando te conviertas en un adulto responsable?

—Hey, Ashton no tiene nada que ver con esto —reparó Michael de inmediato.— Sabes que me veo mayor, entre los tatuajes, mi forma de vestir, mi perforación...

—Y tu semblante de cansancio por todas las experiencias, fiestas y experimentaciones que has tenido de forma precoz...—continuó Calum, para luego suspirar, apoyando su espalda en su cómoda silla reclinable.

—¿Puse mi vida en peligro o la vida de otros? —consultó Michael, conociendo la respuesta de Calum.

—No...

—Entonces, no puedes hablar ni una sola palabra —sonrió victorioso Michael, dispuesto a continuar el relato.— Fui a esta tienda de juguetes y expliqué que realmente soy un total inexperto en el tema. Ahí me hice una amiga y ella me ayudó a buscar un juguete que pudiese excitarme.

—¿Cómo te fue con eso? —consultó Calum, porque a pesar de todo, Michael tuvo grandes avances de una semana a otra. Estaba tomando su medicina, lo cual era extraordinario. Suspendió las fiestas que tanto daño le hacían, porque la naturaleza de Michael era ser autodestructivo con su propio cuerpo.

A pesar que no existieran pensamientos suicidas, él no se cuidaba. No dormía las horas que necesitaba, no comía a los horarios adecuados, salía a fiesta, por mucho tiempo experimentó con ciertas drogas, se alcoholizaba sin control en tales ocasiones y para rendir en el instituto con calificaciones "suficientes", también evitaba dormir para ponerse al día.

Así que sí, Michael estaba avanzando.

—Mal. No tuve una erección ni nada —gruñó con frustración.— Se lo comenté a Ashton y dijo que los adolescentes, en especial a mi edad, ven la sexualidad como una competencia donde se acumula "experiencia", cuando en realidad no es nada. Dijo que no debía apresurarme y todas sus mierdas de adulto. Parecidas a las tuyas, aunque no lo creas.

How to sin?  » MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora