Capítulo I. El kitsune que sobrevivió

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Hellou~ 

¿Qué tal? ¿Cómo están?

Hace mucho tiempo que había dejado de escribir fanfics, sobre todo de InuYasha. Pero hoy estaba viendo mi Facebook cuando me encontré con una página que estaba transmitiendo en vivo la serie de Kamisama Hajimemashita y he de decir que no había tenido oportunidad de terminar de ver las dos temporadas y las ovas. Pero... aquí estoy y no sé por qué cuando empezaron los comentarios sobre el parecido de InuYasha y bla, bla, bla... me llegó la inspiración sobre un crossover.

Además de que asdfg! Me encanta Tomoe y quiero hacer una historia crossover. Y además casi no hay historias—sin contar la que dejé en hiatus hace 5 años—en español.

Definitivamente, como bien me conocen, saben que Kagome es mi personaje favorito y esta ocasión, ella estará con el sexy zorro.

Así que bueno, acá les traigo esta nueva idea que me surgió.

Desclaimer: Los personajes de InuYasha pertenecen a Rumiko Takahashi, así como los personajes de Kamisama Hajimemashita pertenecen a Julietta Suzuki.


Ya no quedaba más, nada importaba si no había podido salvar a la única mujer que realmente amaba. 

Yukiji...

Su preciosa Yukiji había muerto y él no pudo hacer nada. Todo había sido para nada. ¿Qué sentido tenía vivir si esa efímera mujer se había ido de su lado? Nada... todo terminaría pronto, casi no sentía su cuerpo, había perdido muchísima sangre. 

Sabía que aunque muriera ahí mismo, no podría alcanzar a la mujer que amaba pues él era un youkai y ella una humana. Iban a inframundos, diferentes... como lo lamentaba.

Todo terminaría... solo debía entregarse a la fría y reconfortante oscuridad.

...

¿Por qué siempre tenía que lastimarse a sí misma? Había llegado a pensar que era realmente sadomasoquista. Era más que obvio que InuYasha había ido a buscar a Kikyo, siempre era lo mismo, una serpiente aparecía y el hanyou salía corriendo ante el llamado de la miko-no muerta. 

—No deberías ir, Kagome-chan—dijo Sango al momento en que una de sus manos se puso en el hombro de la sacerdotisa—. No te hagas más daño... 

La pelinegra negó y retiró con cuidado la mano de la exterminadora—. Tengo que ponerle un fin a todo esto—suspiró con tristeza—. InuYasha debe decidirse de una vez por todas... no quiero que siga viéndome como un detector de fragmentos.

Ambas mujeres guardaron silencio y hasta Miroku que había decidido guardar silencio, abrió los ojos con sorpresa. 

Kagome tenía razón, habían pasado dos años desde que toda esa aventura había comenzado. Tenían un cuarto de la perla en sus manos y el resto de la joya estaba bajo el poder de Naraku. Todo se había complicado, habían llegado más aliados ante la causa de liquidar a todo ese mal. 

Pero algo que no había cambiado, era el triángulo amoroso entre Kagome, InuYasha y Kikyo. Siempre era la misma historia y la joven del futuro, estaba harta... 

—Kagome...

—No, Sango-chan—se aferró a su decisión—. Debo ir... y encararlos, no me interpondré más en el camino de InuYasha y Kikyo—su mirada era triste e incluso la castaña pudo ver el nacimiento de lágrimas—. Por eso es que quiero que él decida entre alguna de las dos, depende de sus palabras. 

Bajo los Cerezos| CROSSOVER| Tomoe&Kagome CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora