Capítulo Único

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Ok este es mi intento de escribir shibari y algo más hot, no suelo hacerlo y se me hizo difícil, así que espero que les guste, cualquier crítica y sugerencia es bien recibida.

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Podía sentir el roce de las cuerdas contra su piel, en intrincados patrones de rombos y triángulos, y al final, sus manos atadas contra su espalda.

Giyuu era un maestro con las cuerdas, y Tanjiro amaba que ensayará con el sus talentos.

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Todo había comenzado por curiosidad, hablar con Tomioka era difícil en más de una forma, el pilar del agua regularmente parecía desinteresado y/o ajeno a los intentos de conversación, pero Tanjiro a diferencia de los demás cazadores de demonios no retrocedería.

—Entonces, Giyuu-san —comenzó, la idea había vendido de lo más improvisada—. ¿Podría enseñarme cómo fue que ató a Inosuke?

Los ojos de Giyuu resplandeciendo inusualmente, y por un ínfimo momento fue como estar frente a un depredador. Sin embargo, su expresión era la misma. Asintió y le tendió la mano, su mirada seguía siendo intensa, y por un momento Tanjiro vaciló, sin embargo, también había otra cosa, algo a lo que había sido ajeno y desconocido hasta su misión en el barrio Rojo pero ahora era aterradoramente claro.

Levantó su mano con lentitud y la posó sobre la de Giyuu, su palma estaba caliente y al igual que las suyas, estaban marcadas por el duro entrenamiento.

—Voy a enseñarte —pronunció, y Tanjiro sintió un escalofrío recorrerlo.

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Tiró suavemente de sus manos en su espalda y las cuerdas que bordeaban sus pezones se movieron, frotándose con su piel.

—Yo... —Intentó pronunciar, pero fue ese el momento que Giyuu tiró de sus manos, las cuerdas se movieron con más insistencia, sus pezones fueron aún más estimulados y lo que pretendía decir terminó en un gemido—. ¡Oh!


Sus piernas temblaron, pero antes de que cedieran por completo, Giyuu sostuvo parte de su peso mientras lo ayudaba a bajar hasta sus rodillas sobre el tatami.

Su palma se posicionó en su cadera, y ese simple toque fue suficiente para hacer que su pulso corriera con más fuerza. Las cuerdas eran un estímulo increíble pero nada se comparaba a sentir el contacto piel a piel.


—Giyuu-san... —Gimió, recargando su frente contra el estómago aún cubierto de Giyuu, Giyuu seguía completamente vestido, solo se había deshecho de su haori—. Por favor.


Suplicó, había algo realmente excitante en ponerse a completa merced del Pilar del Agua.


Giyuu, posó su mano sobre el cabello de Tanjiro y acarició sus suaves mechones, luego su mano cogió un puñado de cabello y tiró, Kamado se arqueó, su cabeza se elevó y sus ojos se encontraron con los ojos azules intensos de Giyuu.

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