El viaje

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Ahí estaba yo...de nuevo.. en un avión mirando las nubes al lado de mi ventana.. hacía frío y temía por mi nueva ciudad. Ya saben, nuevo país, nueva ciudad, nueva escuela, nuevos "amigos", nueva comida...

¿Quién soy? Soy Camila, tengo 16 años y soy mexicana. Mis padres trabajan todo el tiempo, nos mudamos de países constantemente, ellos tienen que hacerlo por su trabajo.

No soy mucho de hacer amigos, ya sabes, mi vida está siempre en constante cambio, nunca estamos en un lugar por más de un año. Estoy algo acostumbrada a este modo de vida, digo, no es que tenga otra opción. Siempre trato de no encariñarme demasiado con las personas, por sé que al final tendré que irme de una u otra forma.

—Hija, llegaremos en un par de horas.— Me informó mi madre haciendo que me retirara los audífonos y dejara de ver aquella vista preciosa.

—De acuerdo madre.— contesté mirándola con un toque de tristeza en mis ojos.

— Lamento que tengamos que mudarnos tanto ¿si?— Dijo quitándome el pelo de la cara —Prometo que esta vez duraremos más de una año, si nena?— me vio con un pequeño brillo en los ojos.

Sinceramente era difícil confiar en ella, no era la primera vez que lo decía y no se me haría raro que me volviera a mentir, sin embargo no quise desilusionarla.

—De acuerdo mamá, estaré bien— le regalé una sonrisa algo triste y me voltee para volver a escuchar mi música y ver aquella vista. Pero, recordé que ni siquiera sabía a dónde iríamos esta vez.—¿Dónde iremos ahora?— Pregunté mirando la ventana

—Australia, Sydney—

Voltee a verla, era un cambio bastante grande, de Canadá a Australia. Ella tenía una sonrisa en la cara, por lo que le regresé la sonrisa sin tanto ánimo y comencé a comer una de mis chocolates favoritos viendo aquel paisaje.



Después de unas horas incómodas de viaje llegamos al aeropuerto, era una ciudad bastante bella, llena de agua y mar. Tomé mi mochila y maleta, al parecer mis padres habían pedido un Uber hacia nuestra dirección para recogernos y llevarnos a nuestro nuevo hogar.

Llegamos a un lugar grande, era una unidad habitacional. Se veían coches bastantes caros y marcas muy conocidas, supuse que era un vecindario de gente con dinero, no sería algo raro viniendo de los gustos de mis padres.

Llegamos finalmente a lo que sería nuestra casa por un tiempo.


—Hija, en una semana tienes clases, ve a tu cuarto y desempaca tus cosas, mañana tu padre y yo saldremos a trabajar, mientras tú puedes conocer un poco la ciudad— Sugirió mi madre mientras veía el candelabro que colgaba enfrente de las escaleras.

—Claro mamá.— Respondí subiendo mis maletas a mi nuevo cuarto. Cuando llegué arriba vi una puerta que decía "Camila", por lo que supuse que ese era mi cuarto, y también supuse que ellos habían mandado a decorar la casa. Entré y era un cuarto blanco, con una cama matrimonial en medio, no estaba pintado ni tenía arreglos, algo que hizo que las ideas de cómo lo podría decorar fluyeran en mi cabeza.

Puse mis maletas al lado de la cama y me aventé de espaldas en ella, en realidad era cómoda. Me puse de pie y me dirigí al pequeño balcón que daba hacia la calle de enfrente. Era algo de noche así que las farolas estaban prendidas dando algo de luz. Después de un rato de observar esta sencilla pero bonita escena de la noche escuché unas voces y bajé un poco mi mirada.

Ahí estaban dos chicos, claramente no les alcancé a ver bien, pero traían patinetas. Mi reacción fué cerrar la puerta y dirigirme a mi cama. Estuve desempacando y guardando mis cosas en los closets. Ya era tarde cuando me metí a bañar, al salir me metí a la cama y caí dormida al instante.








Espero les haya gustado :3. Apenas comienza lo bueno, esperen y ya verán. Me encuentran en todas mis redes sociales como @cortex_desire :)

I'll be there for you  [Ruel Van Dijk ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora