DÍA DE DESCANSO

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Las aves empezaban a cantar conforme los primeros rayos del Sol se dejeban ver a los lejos, el cielo despejado, sin rastros de nubes que entorpecieran el paso del Sol durante las siguientes, la premonición de un día tranquilo y agradable, o tal vez no; todavía faltaba una semana para el inicio de clases en las diversas escuelas de Metrópolis, por lo cual la mayoría de
los jóvenes todavía se encontraban dormidos, deseoso de tener un día en el cual pudieran descansar. Después de una noche dura trabajando como vigilante de Metrópolis, Bárbara Gordon, conocida por los ciudadanos de esta ciudad como Batgirl, se encontraba profundamente dormida ya que apenas pudo dormir unas cuantas horas durante la semana, y la pelea que tuvo esa misma noche con Harley Quinn la había dejado totalmente exhausta.

- JJRRRR... JJRRR..., nah, nah, nah, nah,nah,nah, batgirl, nah, nah, nah, nah, nah, nnah, batgirl, JJRRR...JRRR...mmmm- tartamudeaba mientras se envolvía más entre las cobijas tratando de ocultarse de los rayos de luz que entraban por su ventana, si fuera por ella se quedaría en su cama hasta el mediodía.

- Hija, despierta, no tenías planes con amigas hoy temprano- dijo su papá, ex comisario de Gotham City, una persona ya grande, con cabellera blanca,quien había entrado silenciosamente a la habitación. Mientras se paraba a un lado de la cama de la chica la observó con gran orgullo y cariño, ella era lo más preciado para él. Al escuchar la voz de su padre la chica dio media vuelta aun acostada en su cama y con mucho cansancio volteo a verlo, algo que le era difícil ya que apenas y podía mantener un ojo abierto a la vez - Buenos días, papá, solo un rato más, mmmm... - Entonces volvió a cerrar sus ojos, quedándose dormida nuevamente, al ver esto, su padre sonrió y se fue de la habitación para que Barbara pudiera descansar tranquila. Ya eran casi eran las nueve y media de la mañana,el papá de Bárbara se encontraba sentado en un sillón mientras veía en la televisión un programa de Policías. - je, ojalá y hubiera sido así de fácil en Gotham...Suerte que lo teníamos de apoyo, ¿Cómo estarán las cosas allá?, espero que ese loco payaso no escape... otra vez- dijo mientras se reclinaba para atrás y se rascaba la barba, dejando escapar un bostezo.

Entonces como un rayo, casi imposible de ver, su hija bajó corriendo las escaleras a gran velocidad, mientras se ponía su sudadera morada, se dirigió hacia donde se encontraba el excomisario y de igual forma le hablo velozmente, haciendo que la mayoría de su palabras fueran algo difícil de comprender, algo que era muy característico de ella -Ah, hola papá, lo siento por no desayunar contigo pero es que anoche tuve... mucho trabajo y termine muy agota, y ahora voy a ver a mis amigas ya que tenia planes con ellas y ya es tarde, asi que lo siento por no pasar esta mañana contigo, pero en la noche lo compensare, pasaré tiempo contigo, ufff- terminó de hablar, casi cayendo desmayada por la falta de aire ya que seguía agitada por bajar las escaleras corriendo y por el poco descanso que había tenido. Su papá solo vio a su hija con una gran sonrisa que apenas y se podía percibir con su gran barba, - Tienes la misma energía que tu madre-, al escuchar esto se formó una pequeña sonrisa en Barbara, mientras se sonrojaba al mismo tiempo. - No te preocupes, disfruta tu día, ¿Quieres que te lleve?- le dijo a su hija mientras buscaba el control de la televisión para apagarla.

- No papá, yo iré sola, disfruta tu día libre- le respondió Bárbara, tratando de no reírse, al ver a su padre buscando el control que él mismo tenía en la mano.

- Bueno, pero cuidate mucho -

- Si papá, adiós y revisa tu mano -.

- ¿Mi mano?... Ohhh-

Bárbara tomó una mochila que estaba tirada a lado de la puerta que que salía a la calle y se fue a la parada de autobúses, aún estaba cansada y de vez en cuando cerraba sus ojos y parecía que se quedaría dormida en el lugar, pero no, nunca se negaría a pasar un día con sus amigas y compañeras de lucha, por lo cual sacudía su cabeza para mantenerse despierta. Después de unos cuantos minutos, llegó al lugar donde pasaría tiempo con sus amigas y también su lugar favorito de todo Metrópolis -¡Siii, Dulce Justicia¡, por fin estoy aquí -, Entró a aquella repostería que en ese momento se encontraba vacía.

UNA LUZ COLOR MORADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora