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El clasico

-¡Es el clásico Cris, el clásico!- Gritaba por el teléfono cierto brasileño.

-Lo se Marce, lo se-Respondió Cristiano, soltando una leve risa-Espero que ganen eh. Después de todo, los ira a apoyar el mejor jugador del mundo.

-Te dedicaremos la victoria. Aunque me decepciona el saber que vas a ver el partido, por otro motivo.-Dijo Marcelo, para luego reírse.

-¿Qué no puedo tener 2 motivos para ir?-Reclamo, burlonamente Cristiano.

-Claro que si hermano, aunque comienzo a preguntarme seriamente, cuales son tus planes.

-Lo tengo todo bajo control, no te preocupes. Pero obviamente tu tendrás que ayudarme.-Dijo Cristiano.

-Por supuesto que te ayudare. Claro que con la condición que me cuentes todo lo que pase.

-Dalo por hecho.

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El partido había terminado, con una victoria para el Real Madrid. Cristiano se sentía orgulloso de su antiguo equipo, a pesar de su salida, sus compañeros habían logrado mantenerse al nivel contra el Barcelona. Pero aunque en ese momento se encontraba feliz por su victoria, no podía evitar sentirse nervioso por lo que estaba apunto de hacer.

-Listo, Cris. Messi es el unció en los vestuarios, los demás ya se han marchado. Aprovecha esta oportunidad, hermano.- Dijo Marcelo con una sonrisa en su rostro.

-Perfecto, ahora solo necesito que me cubras con los chicos- Respondió Cristiano, recordándole a Marcelo que tenia que inventar una excusa, por la ausencia de Cristiano, en la celebración que se llevaría acabo, por la victoria del Madrid.

-No te preocupes, ya tengo planeado que hacer.- Respondió alegremente, Marcelo- Ahora ve, que esta oportunidad difícilmente se vuelva a dar.

Y eso fue justamente lo que hizo Cristiano. Con pasos rápidos se dirigió había los vestuarios del Barcelona.
Pero en el momento que estaba apunto de llegar, se detuvo.
"Que se supone que le diré" pensó. Por unos momentos pensó seriamente, en dar marcha atrás y olvidarse de su estúpido plan. Hasta que recordó que el era capaz de llevar a cabo todo lo que se proponía y que algo como esto no iba ser la excepción.

Se asomo por la puerta de los vestuarios, para encontrarse a un Messi cabizbajo, sentado en una de las bancas que se encontraban allí.

-Hola-Saludo, Cristiano.

Messi levanto su cabeza al escuchar la voz de Cristiano. En su rostro se podía notar la sorpresa, pero rápidamente la cambio a un semblante serio.

-¿Qué haces aquí?- Fue lo que pregunto Messi.

-Vaya, que bienvenida mas linda, me has dado.- Dijo Cristiano, a la vez que soltaba una pequeña risa, la cual paro abruptamente al ver el serio rostro de Messi.

-No estoy de animo para esto.- Fue lo único que dijo Messi, para seguidamente agarrar sus cosas y tratar de salir de los vestuarios. Cosa que no logro hacer, pues Cristiano rápidamente lo sujeto del brazo.

Sinceramente, no podía culpara a Leo por actuar de esa forma. Sabia lo que se sentía perder contra el enemigo. Sabia lo frustrante que era, el saber que no tuviste un buen desempeño en un partido tan importante para ti, tus con y tu afición. Después de todo vivió esa misma situación varias veces, mientras jugaba con el Madrid.

-Se lo frustrado que te sientes en estos momentos, pero no dejes que algo como esto te afecte tanto.- Dijo Cristiano.

-¿Y me lo vienes a decir tu?- Pregunto Messi, con el ceño fruncido.

-Se que no soy el mejor para decirte este tipo de cosas, pero en serio no soporto verte de esta manera- Ni siquiera el mismo podía creer las palabras que salían de su boca.

Ambos se quedaron el silencio por unos segundos, pero Cristiano decidió romperlo con una simple y sencilla pregunta.

-¿Me dejarías llevarte cenar?