Tu Secreto

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Imagino como tu pene roza mi entrada húmeda, hace a un lado mis labios vaginales mientras tu boca recorre mi cuello, dejando besos, mordidas. Tu excitación es tan palpable y esta ansiosa por estar dentro mío. Con mi mirada te doy permiso para que entres, al hacerlo te aprieta suavemente, sabes que tardara un poco y empiezas a moverte un poco brusco. Tus jadeos y mis gemidos inundan la habitación.

Se que no soy lo mejor, no tengo el cuerpo perfecto pero mis caderas son tu perdición, con una pierna abrazo tu cadera. Mis manos bajando por tu ancha espalda con cada estocada, al momento de dar en mi punto mis uñas se entierren sobre tu piel, tu miembro palpitando dentro mío. Algo rítmico y pasional. Tus labios rojos de las mordidas que dejo, con una mano tomas mi cintura para moverte un poco mas fuerte.

Al hacerlo mis labios te dicen, ¡no pares! mas fuerte, tus jadeos son mas altos. Beso tu clavícula, tu cuello, tu mentón hasta llegar a tus labios, acaricio tu oreja y un mechón de tu cabello. Cambiamos de postura y ahora yo te monto, tus manos toman mi cadera pero una sube hasta mis senos y lo aprietas con cada movimiento circular. Mis manos recorren tu torso lleno de sudor, una sonrisa torcida me dedicas y un Oh dios...

Se que esa manera tan sensual de moverme lo aprendí de ti, tus palabras son incomprensibles. La mano que tenias en mis senos baja a a la base de tu miembro, donde nuestros cuerpos se unen. Suben buscando mi clítoris, al apretarlo mientras te monto. la mano que tenias en mi cadera baja hasta mis glúteos. Los aprietas con cada movimiento, jadeas al sentir como mi vagina aprieta tu grueso pene.

No se si sea el clímax, no lo se a ciencia cierta. Lo único que tenia conocimiento es que ambos disfrutábamos ese encuentro. Tus ojos se cerraban con el ultimo movimiento, la calidez de mi estreches te mantenía dentro mío. Ambos no aguantaríamos mucho tiempo, tus manos ahora subieron a mi cintura y nuca para acercar mas nuestros cuerpos aun beso pasional. El ultimo movimiento hizo que fuego brotara de nuestro ser.

Tu interior me llenaba lentamente, nuestras respiraciones agotadas se entrecortaban, tus suaves caricias pedían que no parara hasta alcanzarte. seguíamos, esa deliciosa leche bajaba de mis piernas con los demás movimientos que realizábamos. Encontraste mi punto y lo golpeabas fuertemente. Oh Daddy salían de mis labios al llegar a la mas placentera corrida. Me abrazabas tiernamente, salías de mi.  La primera ronda acaba


Relatos Eróticos y un poco másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora