Capítulo 1. Un día cualquiera.

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Ahí estaba yo, tumbada en la cama, como todas las noches, mirando al techo, pensativa, la música alta, los ojos cerrados y la luz apagada.” No intentes ser especial, no destaques y te irá bien, es un consejo“ esas palabras retumbaban en mi cabeza cada día y no soy capaz de sacarlas de ahí. ¿Qué mierda de consejo es ese, joder? Te enseñan que ser diferente no es malo, al revés, que cada uno es como es y hay que respetarlo. Hasta hay personas que dicen que hay que ser especial y no ser como todos, dejar una huella por donde pases y ser recordado por lo que fuiste. Mis padres no tienen esas ideas, piensan que ser diferente es malo, como si fueses un bicho raro. Yo no pienso así. Y sé que mis padres no están muy orgullosos de mi. Soy su segunda hija, la primera, mi hermana ,Nataly, ella fue quién me dijo esas palabras antes de mudarse a Londres hace unos días, además es  licenciada en la universidad más prestigiosa de bla bla bla , no es una información demasiado importante. Luego estoy yo, tengo 16 años y pienso que cada persona es especial a su manera, no parecen unos pensamientos muy particulares pero en mi familia eso no encaja. Y… mierda, ya ha llegado, todos los días la misma hora 23:30. Ahora mirará en el fregadero, se quejará de que no haya fregado los platos, se irá a cambiar a su habitación pero antes al escuchar mi música “demasiado alta” vendrá a mi habitación a quejarse para no variar en 3,2,1… juusto!

-          Hola mamá, tan puntual como siempre

-          Hola cielo, ¿qué tal el día?- notaba su voz mas apagada que de costumbre, tenía la mirada perdida, en cualquier otro lugar que no fuese mi habitación a esas horas de la noche.

-          Pues como siempre, clases aburridas y nada nuevo que contar- y decía la verdad

-          Ah, muy bien hija, tan habladora como siempre… te importaría bajar la música e ir a lavar los platos porque no pretenderás que los vaya a recoger yo y si no te cuesta mucho trabajo ordenar un poco a lo que tu llamas “habitación”- definitivamente la pasaba algo

-          Mamá, ¿estás bien?

-          Sí estoy bien cariño, ¿por qué lo dices?  Solo estoy cansada…y un poco harta de decirte siempre lo mismo, es agotador ¿sabes?- me miró a los ojos como ausente

-          Mama, que nos conocemos ¿Qué he echo ahora?

-          Nada hija que no es nada, cuándo venga papá hablamos ¿ vale? .Bueno mejor mañana por la mañana que estoy muy cansada

Las buenas noches, un beso, un “te quiero” y desapareció por la puerta de mi habitación.

¿Qué habrá querido decir con eso de qué cuando estuviese papa hablabamos? En lo que se refería a nosotras  si teniamos que hablar lo haciamos sin él presente, simplemente no lo creíamos necesario. Lo que significaba que esto era gordo y mucho. Con este pensamiento, la música ya un poco más baja, los platos sin lavar y la habitación sin recoger caí en un profundo y largo sueño hasta la mañana siguiente, esa mañana en la que si lo hubiera sabido no me hubiera despertado jamás.

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⏰ Última actualización: Jan 20, 2015 ⏰

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