I want to write you a song - 20 OS | Muke

12| Baby, I'm Jelous

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"Went from beautiful to ugly
'Cause insecurity told me you don't love me
All it takes is a girl above me
On your timeline to make me nothing"

Baby, I'm Jelous – Bebe Rexha, Doja Cat

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Michael no era celoso.

Jamás lo fue realmente. No negaba que habían momentos cuando era niño que su costumbre a obtener la atención por ser hijo único le causó algunos cuantos problemas en momentos en que su madre prestaba atención a sus primos, pero eso cambió con el paso del tiempo. Cuando creció y se dio cuenta que no tenía razón para sentirse de esa manera. No era como que alguien pudiera robar a su madre, menos sus primos que solo usaban pañales.

Como sea, sabía que ese sentimiento no era un problema en su vida. Es decir, entendía que tener celos era un sentimiento completamente normal, pero sinceramente jamás tuvo la necesidad de compararse con alguien más. Sabía que sus amigos lo querían y debían disfrutar pasa tiempo consigo es que seguían yendo a su casa cuando los fines de semana o se sentaban consigo en la cafetería del campus. No tenía una razón para sentirse de esa manera.

O, eso pensó por un largo tiempo.

Estuvo en relaciones, desde los quince, cuando se dio cuenta que le gustaban tanto los hombres como las mujeres. Salir con chicas era fácil, porque siempre se sintió lo suficientemente confiado para iniciar una conversación con ellas o darles un mal intento de coqueteo que las hacía sonreír. Con chicos, era diferente, un ambiente nuevo. Ellos eran más difíciles, pero casi siempre terminaban cediendo y acababan en la palma de su mano para el final de la noche cuando se lo proponía. Aunque, no podía decir que sus relaciones duraron demasiado.

Lo máximo que duró con una persona fueron alrededor de cuatro meses, antes que algún problema llegara o sus sentimientos cambiaran. Podía que casi todas las relaciones que tuvo antes terminaron bien (excepto la que tuvo a los veinte, cuando su ex lo engañó con su viejo compañero de habitación), y hasta había algunos con los que seguía manteniendo contacto luego de años solo por la amistad que quedó de esas relaciones. Pero, de por sí, siempre creyó que estar en una relación por demasiado tiempo no era lo suyo.

Ese fue su pensamiento hacia un año, antes que su mundo pusiera puesto cabeza cuando su camino se topó con un chico que trabajaba en la pequeña cafetería al otro lado del campus. El lindo chico de rizos dorados, quien siempre mostraba esa tímida sonrisa en su rostro cuando hacía algún comentario sobre sus ojos o pasaba demasiado hablándole de sus bandas favoritas.

De un momento para el otro, ellos dos ya estaban saliendo luego de haber estado hablando por alrededor de dos meses. Y, luego de cuatro, ya eran novios. Así de fácil, otra relación.

Tenía que admitir que no esperó que eso fuera a durar demasiado porque estaba completamente seguro que las relaciones no eran lo suyo. Pero, aquí estaba, un año despues desde que conoció a ese chico, con ocho meses en una relación que máximo le daba tres, con el mismo chico, dueño de sus sonrisas y al único que quería besar.

Y, todo era fantástico, tal y cómo lo pintaban en los tontos cuentos de hadas o libros que leyó para su clase de literatura. Su estómago sentía mariposas cuando miraba al chico que amaba, y una tonta sonrisa se posaba en su rostro cuando este decía que "lo amaba más". Perfecto. Al menos, la mayor parte.