Capítulo 2

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  Ya han pasado los días, haciendo que la fiesta de BamBam se aproximara. Las cosas con Odette van de bien a mejor: Cruzamos palabras, nos tomamos fotos, compartimos el almuerzo ¡Cosas que son normales, pero para mí lo son todo!

 Jugaba voleibol con los chicos mientras Odette me animaba. ¿Ya les conté lo feliz que llevo siendo este tiempo? ¡Ya quiero que haga efecto completo!

  Al terminar de jugar me senté con ella un poco alejados de los demás, el jardín de la universidad siempre será mi favorito. Odette me daba de comer un poco de galletas con la técnica del avioncito, reíamos como tontos.

— Pasado mañana será la "pequeña reunión", ¿quieres que vayamos juntos? —me sonrió, tomé un poco de jugo, limpié mi boca con una servilleta y la miré con la misma sonrisa— ¿Eso es un sí?

— Claro —acaricié su mejilla.

  Un silencio tranquilo llegó con la brisa, las hojas de los arboles hacían un ruido reconfortante, Odette y yo nos mirábamos fijamente.

— Últimamente no sales de mi cabeza, Oppa

— ¿Ah sí? —subestimé alzando un ceja. Rió.

— ¿No te pasa lo mismo conmigo? —su tono de voz sonaba algo triste.

 ¿Qué se supone que diga en esta situación? ¡Obvio que está en mi cabeza! Lleva meses estando ahí y no sale por más que intente sacarla... Aunque nunca lo he intentando. 

 Cuando iba a hablar la campana sonó indicando que ya el día terminó.

— Vamos, te acompaño a casa —dije recogiendo todo y tirándolo a la basura.

  Pasamos por las aulas para tomar nuestras cosas y salir, una mano traviesa entrelazó mi mano con la de ella, sonreímos y seguimos caminado. Después de unos minutos contando chistes y conversando de las clases, llegamos a su casa. Odette me propuso entrar y accedí. Su casa era muy bonita, bien amueblada, un color salmón que daba un toque elegante de un atardecer y otras cosas más. Me ofreció algo de tomar y acepté un poco de vino de blanco, nos sentamos en el mesón de cerámica de la cocina para seguir nuestra plática.

— No respondiste mi pregunta —dijo sirviéndose más.

— ¿Cuál? —me hice el que no recordaba.

— ¿En serio me harás repetirlo, Oppa? —seduce con su tono de voz.

— Pues —me acerqué bastante a su rostro—, ¿qué pasa si digo que sí? —rosaba nuestros labios.

Sonreímos.

— No lo sé, ¿qué quieres que pase tú? —se alejó y mordí mis labios.

 ¡Dios!

  Mi celular comenzó a vibrar y lo saqué, era un mensaje de BamBam que decía: "Sup, bro. La fiesta será esta noche a las nueve, el viernes mis padres llegan y si se enteran seré hombre muerto. Avísale a Kang, todos vimos como se fueron juntos, hahaha ¡Los espero!"

— La fiesta pasa a esta noche a las nueve, ¿puedes ir? —guardé mi celular en mi bolsillo.

— ¡Claro! Son casi las siete, ¿no? —dejó las cosas en el fregadero— Me iré a arreglar. ¿Pasarás por mí?

— Sí —sonreí y fuimos a la puerta, nos despedimos y corrí hasta mi casa.

— ¡Maldición, no tengo que ponerme!

  Soy de esos hombre que dicen eso cuando tienen una tienda de ropa en su armario. Saqué todos los trajes, quería ir elegante para impresionar a Odette, pero no tanto. Escogí algunas camisas manga larga, cinturones de todas las marcas y zapatos habidos y por haber.

𝑬𝒍 𝑽𝒊𝒏𝒄𝒖𝒍𝒐 | kookv '+21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora