La casa de los Parker era tan normal, que hasta daba un poco de miedo. Paredes blancas, dos pisos, tres ventanas, y dos arbustos a casa lado de la puerta, jardín pequeño, camioneta de principios del 2000 y desde que habían llegado la ciudad pasaba el ochenta por ciento de los de los días del año nublada.
Pero ¿por qué porque daba miedo? Pues era la sensación que a todos los habitantes de esa ciudad les daba.... Vaya uno a saber porque.
El señor y la señora Parker, tenían dos niños y un invernadero, no había en el mundo otras tres cosas que los hiciera más felices... ella ya una jovencita de rojos y largos cabellos ondulados, piel blanca como las nubes y ojos pardos como el otoño. Y el casi un niño, larguirucho, pecoso, cabello cobrizo y desordenado. Y por supuesto el invernadero, el cual era casi sagrado para la señora Parker (Rose, preferible llamarla) lugar donde ningún otro mortal había entrado antes.
Nadie era capaz de comprender porque esa familia tan normal y tan compuesta, era al mismo tiempo tan extraña y ermitaña. No es que no hablaran con nadie no, muy por el contrario eran gentiles y cordiales, buenos padres, vecinos amables y estudiantes destacados. Pero al acercarte a ellos o a su casa te dabas cuenta que no era ordinarios.
O tal vez, estoy exagerando con la normalidad de los hechos... volvamos a comenzar.
La casa del Parker efectivamente era blanca, de dos pisos y de jardín pequeño, pero en el mundo se ha visto jardín tan descuidado y libre. Rose Parker era una mujer alta, pecosa, de cabellos rojos y alborotados y muy, pero muy supersticiosa, siempre vestía de verde y gris, le colgaban collares de cuarzo del cuello, y flores secas de la cintura. Víctor Parker era de estatura media, ojos grises y cabello liso y castaño, hombre muy pocas palabras, quien además podría considerarse tímido. Olivia, 16 años, casi 17, de cabellos cobre y ondulados pasaba más tiempo leyendo que haciendo otra casa, y Trevor de 13 años era un torbellino rojo, quien tenía más animales que amigos. Y hablando de animales la casa familiar contaba con cuatro gatos, cinco lagartijas, dos tortugas un acuario con suficientes peses para una laguna, y un perro llamado nana.
Todos ella paseaban con total libertad por la casa todos los días, incluso en el cumpleaños de Olivia, pero claro... todo normal.
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Híbrido , la maldición de las estrellas
FantasyUn antiguo legado, carga sin saberlo Olivia Parker, quien en su cumpleaños numero 17 descubre que hay todo un mundo detrás del invernadero de su madre. Acompáñala a descubrir sus orígenes, su poder y el del resto de los guardianes, quienes estaban...