El rey ingresó a su castillo durante la madrugada como si se tratara de un ladrón inmiscuyéndose por las zonas despejadas de personal. La mayoría de pasillos se encontraban oscuros pero los que llevaban a sus aposentos casi siempre permanecían iluminados al menos hasta que se consumían las velas y se reemplazaban al otro día.
Ingresó al cuarto —desde el fallecimiento de su esposa había cambiado de habitación, esta era más pequeña pero con la misma cantidad de lujos que la anterior—, planeaba irse directo a la cama y conseguir al menos unas horas de sueño, se sentía cansado tanto física como mentalmente.
Por eso no esperaba verla sentada sobre la cama, de piernas cruzadas, vestida como los cazadores, agregando al austero conjunto una capa negra; no llevaba la capucha negra y su cabello rojizo trenzado llamaba a la vista. Se mostró aburrida a la hora de llevar la mirada hasta el sorprendido Jack.
—Ya era hora, ¿Qué andabas haciendo, Jack?¿Jugando al plebeyo?
Tras la pregunta, la mujer recibió disgusto, uno profundo mezclado con una vergüenza que Conway intentó ocultar pues nadie antes de ese momento le había pillado saliendo del castillo de esa manera.
—¿Qué coño haces aquí, Michelle?
—Tengo que comentarte varias cosas, pero llego y no estás por ningún lado —ella era, en pocas palabras, una vieja amiga—. Ahora, cambiate y búscame en la sala de reuniones, es importante.
—Es de madrugada —gruñó Conway, descubriendo con molestia que ahora debería lidiar con otro problema más.
—¿Tengo que repetir que es importante? —dejó la pregunta en el aire, saliendo del cuarto y encaminandose al punto de encuentro dicho con esos aires de autoridad que nunca perdió.
Conway suspiró pesado, quitándose la capa y lanzándola sobre la cama. Que Michelle se presentara en el reino tras tantos años era una mala señal, significaba que algo estaba pasando, algo que se le estaba escapando y no se trataba de matrimonios ni de tratados de paz, si fuese solo por eso, habría mandado una carta sin más en lugar de abandonar su cómoda ubicación desconocida.
Al parecer, no podría tener ni un minuto de descanso, ¿no que firmar la paz iba a significar sueños reparadores, abundancia y, como el nombre lo indica, paz?
(...)
De regreso en su apariencia de rey, se presentó en la sala de reuniones con el estrés pintado en el rostro.
—¿Qué haces aquí, entonces? —fue al grano, no tenía energías para charlas de relleno y sabía que Michelle tampoco era de dar rodeos.
La mirada se le desvió a los papeles sobre la mesa y sobre todo al mapa que tenía lugares destacados y distintas notas, digno de la antigua teniente general de Zhenya.
—¿No vas a presumir tu boda y tus tratados antes? Eso me confirma que has cambiado.
—¿Ya te enteraste?
—¿Había forma de no enterarse si a penas llego hay un puto anuncio? Pudiste haber avisado, Jack.
—¿Para qué? Que yo recuerde nunca quisiste el trono —una vieja amiga, sí, eso era, aunque la manera en la que hablaban hacía parecer todo menos eso—. Te recuerdo que me condenaste a esta mierda.
—Yo no podía gobernar —el tono de voz cansado de Michelle dejaba entrever que no era la primera vez que tenían esa conversación.
—¿Y yo sí? Perdí todo y tú decidiste fingir tu muerte e irte de rositas por quién sabe dónde, ni siquiera seguiste en el reino —alzó la voz, no suficiente para gritar, pero sí para imponerse sobre la contraria.
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Lirios y Gardenias. [𝐒𝐩𝐚𝐢𝐧𝐑𝐏 𝐀𝐔]
Fiksi PenggemarLos dos reinos más poderosos del continente deben acabar con la guerra. El rey Viktor acaba de asumir el poder y el rey Jack propone un tratado de paz ademas de un camino para mantenerlo. Es el bien común por sobre el propio. Los Lirios claman honor...