El futuro y recuerdos

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Al igual que todos, se quedó mirando al enorme hombre que parecía muerto hace apenas un momento. Pero ahora, mientras lo sacaban podía ver cómo comenzaba a reaccionar y sacudir la cabeza atontado, en apariencia parecía no saber dónde estaba o que hacía en ese lugar, a la vez que su colega se levantaba del piso igual de confuso y en apariencia con la perdida de aquel poder maligno, al parecer ya no le eran útiles a su amo, su que no sabía con exactitud porque los había liberado a ambos.

El público seguía zumbando y hablando a su alrededor, sin ningún decoro o disimuló. Algunos más interesados en la transformación de Gohan, diciendo sobre todo que ya sabían o que suponían, que el Gran Saiyaman era también el misterioso guerrero de melena dorada que había aparecido u salvado a varias personas en ciudad Satán, no hace mucho. Dejo de ponerle atención al chismorreo y pudo enfocar a Vegeta, parado solo en la tarima. Al igual que el resto de sus amigos, miraba al hombre que acababa de provocar el milagro, pero a diferencia de ellos no se había acercado a hablar con el más bajo de los extraños individuos con el cabello blanco. Vegeta, susurro su mente, aún se cuestionaba si había actuado mal al hablar con Goku, su mente le respondió al instante diciéndole que no. Al final y al cabo, el hecho de no querer ver al sayia así de deprimido de nuevo era una noción justa y en la guerra y el amor, todo se valía.

Después de que Vegeta volviera junto a Piccolo, al principio su estado de catatonia era absoluto. Un muñeco con signos vitales, ella se encargó de mantener al muñeco con vida. Lo alimentaba, lo cambiaba, aseaba y cuidaba. Realmente pensó que en algún momento el orgullo del sayia actuaría y se artaría de estar siendo tratado como un inválido, incluso se atrevió a retarlo y provocarlo una y otra vez. Nada paso, aún seguía en ese estado lamentable, sin vista de mejora cercana o eso creyó.

Ese día, casi cuatro meses después de que el Goten y Trunks del futuro habían vuelto a su época. Un ligero temblor azotó Corporación Cápsula. Se asomo por la ventana abierta del cuarto del sayia y se encontró con una agradable vista, sonrió de oreja a oreja a la vez que lanzaba un gritito de emoción.

La nave amarilla de gota invertida estaba estacionada en su patio y los jóvenes del futuro se asomaron de ella.

- Vegeta, son ellos Vegeta.

Le anuncio al sayia, que aún estaba recostado en su cama con esa expresión de poker constante, suspiro ligera al verlo, por un momento pensó que habría alguna reacción.

- Vendré con ellos después .

Le susurro dulcemente, antes de darle un beso en la frente y salir corriendo de su casa para recibir a los muchachos.

Trunks vestía la ropa de la última vez, pero se veía mucho mejor. La luz había vuelto a sus ojos y una enorme sonrisa adornaba su rostro, su melena lila relucía a la luz del sol.

- Mamá - le saludo con voz alegre, a la vez que la abrazaba con fuerzas.

Casi de inmediato pudo vislumbrar al más joven de los muchachos. Goten aún vestía sus pantalones cortos, pero ahora solo lucía una musculera amarilla, dándole un aspecto más joven que antes. La melena característica que había heredado de su padre se movía libremente a merced del viento.

- Hola - saludo con simpleza y sonriendo ligeramente de lado.

Lo jalo hacia ella y también le dió un fuerte abrazo, que el muchacho correspondió.

- Me alegra tanto verlos sanos y salvos - les dijo emocionada.

- A nosotros nos alegra verte de nuevo.

Aseguro Trunks, mientras que su vista se desviaba por detrás de ella, su sonrisa se ensanchó aún más.

- Papá - llamo con alegría.

Después de... ti           (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora