Llegue a mi habitación. Me quede mirando un punto fijo con los ojos llorosos. Tocaron la puerta y rápidamente guardé todos los periódicos. La abrí. Me comunicaron que había un paquete para mi. Estaba molesta y no quería nada, pero aún así, deje que entraran un muy pesado paquete a mi "bella" habitación. El supuesto regalo era grande y bastante pesado por lo visto. Cuando me acerqué a verlo, este comenzó a moverse. Le golpeé con la sombrilla que nos habían dado para la clase de elegancia y este soltó un quejido. Volví a golpear hasta que su tapa se abrió y....
-¡Tewkesbury!- Grite y lo abracé mintiéndome dentro del cajón donde él había llegado.
-Se suponía que me ayudarías a salir, no que te meterías- Dijo riendo aún abrazándome. Le golpeé amistosamente la espalda y lo abracé más fuerte- No creí que ibas a extrañarme tanto- Dijo riendo. Me separé sonrojada y él sonrió más.
-Una duda, ¿Como aguantaste tanto tiempo metido ahí?- Dije riendo.
-Todo por quienes quieren salvar mi vida- Dijo para luego guiñarme un ojo.
-Ya déjate de hacer el galán y vete, viste que estoy bien. Ahora sal de aquí y cuida a Enola, no permitas que nada le pase y promete que se cuidarán- Dije mirándolo a los ojos. Mis ojos se aguaron un poco.
-No me iré Niella, Enola espera afuera. Nos vamos- Dijo tomando mi mano.
-¿Y como pretendes salir sin que nos vean?- Dije sonriéndole. Era realmente Perfecto y aunque me costara muchísimo admitirlo, estaba enamorada de él.
-Ven aquí, yo te sacaré- Dijo señalando el baúl de mimbre en el que él había llegado minutos antes.
-Gracias, muchísimas gracias Tewkesbury- Dije tomándole las manos y mirándolo a los ojos.Y otra vez pasó lo mismo. Me perdí. Me perdí en sus ojos perfectos. En sus orbes marrones. En su pupila, que en cuanto nuestros ojos se encontraron, se dilató notablemente al igual que la mía. Me apretó más las manos y me abrazó por la espalda alta. Dijo en un leve susurro <<Cuando esto termine, debo hacer algo>> me apretó más a él y yo lo apreté a mi. Me quede unos segundos y nos separamos. Sin decir nada, me metí dentro del baúl de mimbre y comenzó a arrastrarme.
Tuvimos un encontronazo con la directora Harrison. Me costo pero logré salir sin que nadie me vea. Salí con cautela y vi a Enola a lo lejos. Mi corazón se encogió y mis ojos se aguaron. Corrí hacia ella y la abracé. Ella me abrazó a mi tan fuerte que ninguna respiraba. Me arranque el cuello del vestido. Me quite los zapatos que eran dos números más chicos. Tewkesbury llegó poco después al automóvil y partimos lo más rápido que pudimos. Enola hizo una curva realmente cerrada. Casi caigo del automóvil si no fuera por Tewkesbury. El me tomó de la mano entrelazándola y con su mano libre de la cintura. Me aferré a él y quede con mi cara en su pecho y mis manos agarrándolo de la cintura a él.
Y así de cerca. Así de cerca lo noté. Lo logre aceptar. Me enamore de Tewkesbury. De su cabello. De su sonrisa. De su perfume exquisito. De sus manos. De su cara. De sus expresiones. De su boca. De todo. Pero siendo específica. Me enamore de sus ojos. Esos ojos que no hay mejor forma que definirlos como "Perfectos". Sus ojos que hacían que me olvidase de mi nombre. Nada, absolutamente nada, era más lindo que ellos. Lo amaba. Y esperaba que él a mi. Pero de verdad lo amaba. Lo amaba y mucho.
Llegamos a un camino y me separé bruscamente de Tewkesbury. Empuje a mi hermana un poco y frene el auto. Me miraron sin entender nada. Los miré seria.
-¿Por que paramos?- Me pregunto Tewkesbury.
-Debemos ir a tu casa. Debemos ir a Basilwether- Dije mirando primero a Tewkesbury y luego a Enola.
-¿¡Que!? No- Grito Tewkesbury.
-Ocurrió una injusticia. Es momento de corregirla- Dije sentándome en el lugar de mi hermana. Comencé a andar.
-¡Niella espera!- Me gritó Enola.
-No, ¿Querían al culpable de tu persecución? Ahí lo tienen- Dije dándoles un periódico.
-¿Que? ¿De que hablas?- Dijo Enola.
-No entiendo nada- Dijo Tewkesbury.
-¿Cuando ibas a sumarte a la cámara de los Lores?- Pregunte.
-De inmediato- Dijo.
-¿Por que hubieras votado?- Pregunto Enola.
-A favor, como mi padre- Dijo sin entender nada.
-¿Quien lo sabía?- Dije mirándolo obvia.
-M-Mi familia- Dijo medio confundido, ya comenzaba a entender y me daba lastima.
-¿Y quien se queda con el estatus a morir tú padre y luego tu?- Dijo Enola.
-P-pues mi tío- Dijo pensativo. Se lo notaba entre desesperado y angustiado-¿Crees que esto es obra de mi tío?- Pregunto mirándome.
-¿No es lógico?- Dijo Enola.
-Es alguien poderoso. ¿Que hacemos?- Pregunto con la voz cortada.
-Resolver el crimen. Ponerlos tras las rejas- Le dije poniendo una mano en su hombro.
-Niella ya somos afortunados de vivir hasta hoy. Te encerraron y casi nos matan más de una vez. ¿¡Y tú quieres ir a donde más en peligro estaremos!?- Gritó.
-¡A veces Vizconde Tewkesbury, Marqués de Basilwether, hay que meter los pies en el agua para atraer a los tiburones!- Grite yo cerca de su cara.
-¿¡Por que rayos atraeríamos tiburones!?- Me gritó desesperado.
-Es un buen punto.
-Rayos ... no lo pensé antes- Dije yo.Ya no había vuela atrás, habíamos llegado a Basilwether. Esperamos un poco y note a Tewkesbury nervioso. Se lo notaba asustado. Angustiado. Me miro y trago fuerte. Note como tenía un gran nudo en su garganta con solo mirarlo a los ojos. Me acerqué y lo abracé. El se quedó con la cabeza apoyada en mi hombro. No se movía. Ni un mínimo movimiento. Solo su respiración. Me quede así con él hasta que Enola volvió de esconder el automóvil. Y ahora, estaba aterrada. Entraríamos. Entraríamos a la boca del lobo. A donde todo acabaría. Para bien. Para mal. No sabíamos. Nadie sabía. Pero si algo era certero, era que esto acabaría. Acabaría hoy. Tal vez para siempre. Tal vez por ahora. De hecho, nadie sabía si este "acabaría" era cierto. Nadie. Absolutamente nadie. Pero si no era hoy, sería mañana y sino en unos años. Algún día, esto finalizaría. Y al fin, podría saber lo que Tewkesbury quería decirme.
Por más que sonara egoísta, quería saber que era. Quería que el me dijera lo que ocurría. Quería saber si era lo yo quería. Si simplemente era una absurda cosa trivial. Si era algo referido a aquello que yo sentía. Si solo eran imaginaciones mías. Quería saber que era. En definitiva, si esto acaba hoy, podría salir bien y saberlo cuando antes. Pero si esto acaba hoy, y sale mal, jamás lo sabría. Viviría con esa duda por siempre. No quería eso. No quería tampoco apresurarlo.
~Te amo Tewkesbury~
Mis pensamientos eran aquellos. Aquellos de mujer enamorada. De adolescente con ilusiones confusas. Ilusiones. Nada certero. Nada real. Pero, aún sin ser real, era Perfecto. Un mundo donde poder escapar. Un mundo donde no había peligro. Donde éramos libres. Donde todo aquello que yo sentía, era recíproco y Perfecto. Un mundo de ilusiones. De fantasías. Y a pesar de todo el dolor, eso me mantenía cuerda. El me mantenía cuerda. El y solamente el.
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No siempre debes estar sola (Tewkesbury y tu)[TERMINADA]
Fanfic-¡No siempre debes estar sola Niellá!- -Cuanto mas sola estes, menos personas te dejaran- [•••] -¡Es importante que alguien te despose!- -¿Y que si yo no quiero?- -Ya déjame bajar del carruaje, si alguien pregunta, negaré nuestro parentesco, y lo ha...