~ Capítulo 1 ~

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Carla abrió la puerta de casa, entró y se fue directamente a su habitación. No quería pelearse con su padre. Dejó la mochila en el suelo y se tumbó en la cama. A los pocos minutos la puerta se abrió de forma brusca. Era su padre, y no parecía muy contento. Carla cogió la almohada y se tapó la cara. Solía utilizar aquella almohada para amortiguar los golpes, las palizas y las patadas que le propinaba su padre. Y aquella vez no fue diferente. Su padre la golpeó en el abdomen, le dio patadas e incluso le dio un puñetazo con mucha fuerza en el pómulo. Su labio sangraba y su ojo estaba morado, pero Carla no lloró. Estaba acostumbrada a aquello y no le quedaban lágrimas ya. Cogió la almohada y lentamente se puso de lado, abrazándola. A pesar de que le dolía todo el cuerpo, consiguió dormir un rato, a pesar de que podía volver su padre. Ella sabía que nada iba a cambiar, que aunque el lunes volviera a casa de su madre, las palizas continuarían. Parecía que sus padres se hubiesen puesto de acuerdo al maltratarla tanto física como psicológicamente. Carla sólo quería saber por qué. Conocer los motivos que los habían llevado a descargar su furia contra su hija. ¿Qué había hecho? Por más que recordaba no podía adivinar qué es lo que les había hecho para enfurecerles tanto.

Durmió sólo un par de horas por las pesadillas que tenía a diario. Al despertar, se levantó lentamente y fue al baño. No quería mirarse al espejo, se sentía horrible, pero al pasar por al lado de este no pudo evitarlo. Su cara estaba llena de arañazos, moratones y tenía el labio partido, aunque ella tapaba todo eso con maquillaje y una sonrisa. Nadie sabía nada, nadie sospechaba que algunos lunes en los que faltaba no era porque tenía que ir a algún sitio, sino porque se tenía que recuperar de las brutales palizas que le propinaban sus padres. Carla no sabía qué hacer para contentarles. No era mala estudiante —sus notas no bajaban del nueve—, ni mala hija, no bebía, no fumaba, no se drogaba, tampoco tenía novio, ni amigas, ¿qué más tenía que hacer para evitar todo aquello? Todo era tan diferente antes de que sus padres se divorciaran... Ya no recordaba la última vez que había sonreído de verdad, tal vez lo hizo dos años atrás, poco antes de la separación de sus padres. Había intentado quitarse la vida, pero lo único que había conseguido era que su padre, al enterarse, le pegara con más fuerza. No tenía salida, al parecer tenía que soportar aquello hasta que su padre muriese o la matase, lo que antes sucediera.

Carla cogió la bolsa donde tenía el maquillaje y se dispuso a taparse las marcas. Se ocultó la herida del pómulo con un poco de base, con la sombra de ojos disimuló el ojo morado, con un poco de pintalabios aquel labio partido ni se notaría, y con una sonrisa nadie sospecharía nada. Se cambió de ropa y como ya era junio, se puso unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes. Salió del cuarto de baño y temblando se dirigió al salón. Allí en el sofá estaba su padre con una chica que le sacaría dos o tres años, podría haber sido perfectamente una compañera suya del instituto.

— Papá... —bajó la mirada— ¿Puedo salir...?

Su padre la miró unos instantes, iba a decir que no, pero su "novia'' le dijo algo al oído que lo hizo reír de forma pícara y le hizo cambiar de opinión.

—Bueno, sal. Y no vuelvas tarde.

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⏰ Última actualización: Sep 07, 2016 ⏰

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