Se hacía más fuerte.
Pero la tristeza aun la perseguía con agresividad.
Al igual que la lluvia que quedarse estancada en aquel lugar tratando de ver si esto era lo correcto.
Pero toda la tempestad que la cubría era parecida a la mía.
No me aleje.
Tampoco tuve intención de separarme desde que la conocí.
Ya que aprendí a tomarla de la mano.
Tan fuerte.
Tan fuerte que parecía que estuviéramos unidos por un lazo inquebrantable.
Poco a poco dejamos de quejarnos de la lluvia.
Y aprender a vivir bajo de él.
Acostumbrarnos al no ver el sol.
Pero aprender a ser el sol de cada uno.
Ella sería mi luz siempre.
Por más que llorábamos bajo de la lluvia, ella nunca lo notaría porque cada lágrima se volvía una con el agua de aquellas nubes vacías.
Dejando de llorar ya que no valía la pena hacerlo más.
Sanarnos y afrentar esto.
Siendo nuestro propio paraguas el uno del otro.
Agarrados de la mano.
Nos volvimos un solo sol.
Y vencimos a la lluvia aunque siguiera mirando nuestras acciones para atacarnos algún día.
Nosotros seguiríamos aquí tratando de impedirlo.
¿Algún día nos debilitaría?
¿La lluvia nos alcanzaría de nuevo?
Mi mente y corazón decía que no.
Pero el destino.
El destino ya tenía una jugada planeada.
Haciéndonos colapsar.
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Gritos al Cielo © ✔️.
Teen Fiction¿Por qué las personas buenas no son infinitas? No me arrepiento de nada Te amo Somos tan diferentes pero el amor nos hace tan únicos. Eres inefable. Eres Luz. Yo soy el pequeño fiel admirador de tú hermosa Luz. Tú Luz hace que el cielo sea irreal...