Se despertó de golpe con todo el cuerpo sudado y temblando, miro a la ventana de su habitacion dándose cuenta de que ya era de día, miro a su lado viendo que rin aún dormía, parándose con cuidado para no despertarla se dirijio hasta la puerta para salir de su habitación, iría por última vez a ver la habitación de sus padres antes de marcharse para no volver más, sabía que kikyo se encargaría de vender la casa y eso a ella no le importaba, estaba decidida a no volver a pisar esa casa, la cual lo único que le traía eran malos recuerdos, camino por el extenso pasillo hasta llegar a la puerta de la habitación de sus padres, miro para todos lados antes de entrar asegurándose de que nadie la viera, quería tener privacidad para despedirse de sus recuerdos, entró cerrando la puerta y mirando la enorme habitación de la cual no tenía buenos recuerdos, camino hasta la cama donde detalló las sábanas y almohadas junto con la pequeña mesa de noche que estaba a su lado, viendo el portarretrato de sus difuntos padres que a pesar de no ser sus verdaderos padres así los considero desde siempre, miro la enorme peinadora en una esquina de la habitación viendo las cosas personales de su madre y mirándose a ella misma en el espejo, no acostumbraba a detallarse mucho en realidad muy poco lo hacía, miró fijamente sus ojos detallando el azul de ellos, para luego mirar hacia abajo acariciando un cofre de madera que tenía las pertenencias más valiosas a su madre, estuvo apunto de abrirla cuando el ruido de Golpes en el armario le llamó la atención, haciendola girar su cabeza para mira dicha Puerta cerrada, acercándose de a poco, camino hasta estar más cerca del armario y al momento de tocar la perilla de la puerta volvió a escuchar esos extraños golpes, haciendo que los bellos de su cuerpo se pusieran de punta y un escalofrío la recorriera completa, respirando hondo y tomando valor decidio girar la perilla para abrir la puerta y descubrir que eran esos golpes, abriendo la puerta de apoco vio aún guindada la ropa de sus padres, haciendo que sus ojos se cristalizaran, de repente vio como una de las ropas guindadas se movio un poco, haciendo que su corazón se acelere y con manos temblorosas se atrevió a correr la ropa a un lado descubriendo que no había nada.
Soltó un suspiro de tranquilidad, y se regañó mentalmente por estar tan alterada, la verdad era que su estadía en esa casa la ponía muy nerviosa, dispuesta a dar un paso atrás y cerrar la puerta del armario para salir de esa habitación, unos muy fuertes brazos la sujetaron de su cintura pegándola de golpe a la puerta del armario, sintió como una enorme mano le tapaba la boca, para acto seguido sentir como una pesada y caliente respiración golpeo su cuello, sentio un terrible asco al saber de quien se trataba y sentir como la mano que sujetaba su cintura la apretaba más a ese cuerpo y descendía por su pierna hasta levantar de a poco la bata Blanca de dormir, la desesperación la invadió al sentir como esa mano se dirijia a su entrepierna haciendola temblar de pánico y forcejear para soltarse.
Naraku:quieta monjita.-apretandola más a su cuerpo susurro en su oído mientras pegaba su entrepierna a la cintura de la azabache.-anda dime que no te gusta perra.-lamio su cuello mientras la manoseaba haciendola forcejear más para soltarse.-solo te digo una cosa si kikyo me deja por tu culpa......ten por seguro que la mato!!.....si no es mía no será de más nadie.-susurro en su oído con voz macabra apretandola más a el, mientras la azabache lloraba muerta de pánico, para luego soltarla bruscamente y volver a dejarla sola en la habitación.
Kagome trató de calmarse un poco para pensar lo que haría, no podía irse y dejar a su hermana con ese loco, secando sus lágrimas salió de la habitación que era de sus padres y fue a la suya para arreglarse, le pediría a rin que la acompañara y le diría el porque no podía dejar sola a su hermana, una hora después ya estaba lista para ir al estupido viaje con su hermana, rin había sido muy comprensiva y una verdadera amiga al acompañarla al dichoso monte de las ánimas, al salir de la casa vieron a kikyo junto con sus tres amigos y su espeluznante novio, su hermana le sonrió agradecida de que la acompañara ya montada en la moto del idiota de naraku.
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hijo del mal inu×kago
Horrorque sucede cuando tu destino ya está marcado por otro sin que tu siquiera lo sepas, la vida te llevará de vuelta a donde naciste y el vendrá a reclamarte.