Otoño, mi estación favorita, donde todos los colores se volvían cálidos y mi cuerpo era invadido por la tranquilidad y el frío.
Ni siquiera estaba consciente de cuándo me había despertado pero me encontraba tendida en el suelo, rodeada de árboles y pinos de gran altura con sus hojas marchitas cayendo en frente y encima mío.
Estaba amaneciendo, la luz del sol impactaba contra mi cara, el pasto se sentía como un colchón. Era el paraíso.Sin dudas, el escenario era hipnotizante, pero me encontraba en una situación preocupante; por la noche me había dormido encima de la rama de un árbol, ni siquiera la caída me había despertado. Mis sentidos estaban empeorando.
-No puede ser que tenga el sueño tan pesado, parezco un oso- murmuré, hablando para mí misma mientras me levantaba de las hiervas y sacudía mi ropa. Tomé una bocanada de aire, acomodé mi par de katanas enfundadas en mi espalda y comencé a caminar.
Me encontraba rumbo a Yorkshin; ciudad donde se iba a dar la subasta más importante del mundo dirigida por la mafia. Los productos no me interesaban en lo más mínimo, sino el viajar y rodearme de gente nueva.
Siempre me encontraba de acá para allá, recorriendo todos los lugares posibles, recolectando nuevas experiencias y conocimientos. Así era mi vida y lo era así por el mero fin de entretenerme, ya que no tenía otra razón más importante por la cual vivir.Ya era sabido que en la subasta se iban a reunir personas de gran estatus social: cazadores con mucho poder y experiencia, gente adinerada, mafiosos, asesinos de primera, entre otros más. Era el lugar perfecto para ir en ese mismo momento. Cambiar un poco de aires siempre hacía bien, me encontraba deambulando en el bosque hace ya muchísimo tiempo.
-Miren a quién me encontré por aquí- sentí una voz conocida a mis espaldas, negué con la cabeza sonriendo.
-Creí que estaba sola. Ocultaste tu presencia muy bien, debo elogiar- voltee, mirando directamente a los ojos de mi viejo amigo, quien me sacaba un par de cabezas.- ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas ocupado.
-Mientras no te deshagas de la carta que te dí, nunca dejaré de molestarte pequeña Gen- apoyó su mano en mi cabeza, despeinando un poco mi cabello. Refunfuñé, alejándome.
-Tienes que ser muy especial para conservar tu cabeza si despeinaste mi cabello- le dije, aunque el ya lo sabía. Se limitó a mirarme burlón.
Hisoka Morow; un payaso al cual todos ven como un pervertido y malévolo, también, mi hermanastro con el cual escapé del orfanato.
Me conocía como la palma de su mano así como yo a él, y nuestra confianza mutua era extraordinaria. Era la persona más cercana que tenía y la que más apoyo me había dado en los momentos más difíciles de mi vida. Le guardaba un amor gigante.-Conociéndote, sabía que irías a la subasta, lugar problemático que hay, lugar problemático en el que estás- gesticuló el payaso, cambiando de tema.- Venía a hacerte compañía. La guarida estaba bastante aburrida.
-Uf, así que sigues formando parte del grupo ese de raretes- reí.- ¿Cuándo exactamente les dirás que eres un traidor?
-En unos tres días atacarán la subasta y generarán unos cuantos problemas más. Cuando pueda encontrarme al Jefe a solas, lo enfrentaré- comentó, mirando el cielo mientras se relamía los labios, excitado.
Nunca le había preguntado demasiado sobre ese grupo, tampoco me interesaba, él siempre recalcaba que era algo temporal y que solo le interesaba una persona; Chrollo Lucilfer, alias, el Jefe.
-¿Qué tanto tiene de especial?
-El Jefe es una persona extraña, una flor que ya dio fruto hace ya muchísimo tiempo. Necesito enfrentarlo ya, necesito sentir el ruido de su cabeza siendo arrancada por mis manos.
-Sí, muy normal- rodé los ojos. Hisoka siempre había tenido ideas tétricas. Daba las gracias a tenerlo de mi lado antes que en contra mía. -¿Crees que yo sería capaz de vencerlo?
-Si te tengo que ser sincero, creo que sí- Hisoka lanzó una carta hacia un árbol, clavándola en éste.- Ambos son especialistas, aunque no conozco sus habilidades, las tuyas son bastante potentes y difíciles de contraatacar.
-Entonces tendré que enfrentarlo yo, no hace falta que insistas- bromeé, a lo que el payaso me hizo cosquillas. Rápidamente me zafé de su agarre, alejándome de el.- Sabes que bromeo, idiota. Conozco lo obsesivo que eres con las cosas, nunca haría algo así.
Me dedicó una sonrisa sincera y cálida. El sabía que yo estaba bromeando, sin embargo, se aprovechó del momento para atacarme en el punto más doloroso.
-De una persona como tú, nunca esperaría que las cosquillas sean su peor debilidad- rió, me limité a rodar los ojos mientras seguíamos el trayecto hacia Yorkshin. Ya quedaban unos pocos kilómetros por llegar, exactamente, en una hora estaría pisando la ciudad a la que tanto quería ir.
-Hace mucho no peleo con alguien- comenté.- ¿Podré encontrar a alguien divertido en la ciudad, dices tú? Sería gracioso encontrarme con alguno de tus compañeros de secta.
Hisoka carcajeó mientras me miraba.
-Eres tan predecible para mí, pequeña- afirmó, mientras pensaba.- En la ciudad van a estar todos juntos, quieren buscar a un chico que mató a un miembro hace poco con el cual estoy en contacto, tenemos un arreglo momentáneo. No te recomiendo meterte en eso, juntos son bastante poderosos, pero dudo que tengas muchos problemas si te encuentras con uno solo. Sé que sabes cuidarte, Gen, solo te pido que seas precavida, recuerda que yo no estaré ahí para salvarte, aunque dudo que necesites mi ayuda más que yo a tí.
Asentí. Las palabras de Hisoka me dejaron un sentimiento extraño, parecía que ese Chrollo sí era alguien de quien debía preocuparme, sin embargo, aunque quisiera, no podía meterme en temas de mi hermano, nunca dejaría que lo ayude con algo de lo que él queria ocuparse. Me limité a disfrutar el tiempo que me quedaba con él hasta llegar a la ciudad.
No sabía si nos veríamos de vuelta, eso fue lo que quiso darme a entender.-Cuídate, Hisoka- ordené, mirándolo profundamente a los ojos-. No quiero tener que arrancar las cabezas de todo ese grupito.
-Tú cuídate, Gen- sonrió, tomando mi mano.- Aunque te gusten los problemas, confío en que te irá bien. Tu suerte es incomparable. Te quiero.
Besó mi mano y se esfumó. Por unos minutos, me quedé tildada mirando hacia el bosque, por donde el payaso o más bien arlequín se había ido. Mi cabeza estaba tranquila, mi intuición me decía que todo iba a estar bien.
Voltee, mirando hacia la entrada de Yorkshin. Esta era mi hora.
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Complementos [Hunter x Hunter]
FanfictionGen Araki es una adolescente huérfana de dieciseis años la cual vive una vida bohemia y solitaria a causa del vacío que le generó la muerte de sus familiares. Ser una cazadora profesional desde los trece años nunca le había traído más que beneficios...