Hola, ¿como están todos?, me llamo Hikaru Saito, tengo 19 años y vivo en la ciudad de Tokio, japón, nací y crecí en un pequeño pueblo apartado de la ciudad y cuando cumplí la mayoría de edad decidí venir a vivir aquí, al principio fue difícil acostumbrarse a la rutina de ciudad, siendo un muchacho de pueblo, inexperto en todo lo que ocurría a mi alrededor, pero con el paso tiempo, las cosas fueron mejorando, conseguí un trabajo como ayudante de una farmacia y con eso pago mi apartamento y la universidad, estudió medicina, mi sueño es convertirme en un gran doctor y ayudar a todas aquellas personas que lo necesiten, además e estudiado muchas otras cosas que tiene que ver con las relaciones públicas y la ayuda humanitaria.
Me levanto para hacer mi rutina de todas las mañanas tomo una ducha rápida, desayuno y me preparo para ir a la universidad, esta queda algo lejos de mi departamento, pero algo es algo, estoy emocionado ya falta poco para que llegue al final, si lo se, soy muy joven para acabarla tan rápido, pero gracias a mi adicción por los libros, e adquirido conocimiento basto como para que me salten algunos años, soy el más joven del curso y a veces eso es algo molesto.
—eh? Hikaru-kun, ¿por qué no bienes y me das un besito?–eso es a lo que me refiero, nola, namako, takimo y muchas chicas más me acosan a diario a tal punto es que hasta llegan a exhibirse delante de mí sin ningún descaro, pero como ese tipo de cosas no es la educación que me enseñó mi madre, las evito.
—buenos días nola-san, si me disculpas tengo clases–las saludé y pase de largo.
- ¡waaa!, Hikaru-kun, es tan caballeroso, ¿¡por que no somos sus novias!?
—Hikaru-kun es tan lindo y perfecto, el será mi esposo-–siempre eran así, y por mas que les explicara que no tengo interés en una relación siguen intentándolo, lo único que me queda es tratarlas con respeto.
Teoría, pruebas, explicaciones, talleres, prácticas, pruebas y más teoría, eso define mi día en la universidad, es agotador absorber tanto conocimiento en un día, pero lo bueno es que cada día que termina estoy uno más cerca de graduarme, llego me ducho, me cambio mi ropa a algo un poco suelto, tomó una manzana y salgo en dirección al trabajo, este por suerte queda un poco más cerca de mi casa y no tengo que caminar tanto, entro y saludo a todos mis compañeros de trabajo hasta mi puesto, me coloco la bata de la farmacia e inicio mis labores, acomodar los nuevos fármacos que llegan, atiendo personas, interpreto las recetas, gracias a letra poco legible de ciertos doctores.
—¡eh!, Hikaru, ¿tienes planes para este fin de semana?–Wadu un compañero y mejor amigo.
—pues, estoy algo ocupado con la universidad, tal vez en otra ocasión Wadu-san.
—siempre estás ocupado con la universidad, ¡necesitas relajarte!, hacer otra cosa que no sea tener la nariz metida en un libro o cuaderno, ni siquiera tienes novia y por lo que me as dicho tienes buena pretendientes–Y hay otro sermón del gran Wadu-sama.
—no estoy interesado en la relaciones, mi objetivo es estudiar y salir adelante lo mejor preparado.
—Lo que tu digas Hikaru–seguimos hablando los dos mientras acomodamos un par de cosas en el almacén de reserva. La tarde llegó entre idas y venidas en la farmacia, fue un día ocupado y la verdad quede agotado, apenas llegue a el departamento, me tumbe encima de la cama, queriendo conciliar el sueño pero....tengo tarea esperando por mí, me levanté y me duche con agua fría para intentar disipar el sueño, pero el efecto fue el contrario.
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Extraña Dimension chicoxchico
FantasyUn chico común, con grandes sueños de ayudar a las personas, de sanar a aquellos que estén enfermos, ser útil en su vida, pero por extrañas cosas del destino termina atrapado en una dimensión totalmente distinta a alguna que la mente humana podrá im...