Capítulo 1

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Hoy era un día diferente, se notaba en el ambiente o, por lo menos, en el ambiente que Alba respiraba.

Hoy va a ser un gran día, seguro. Se decía a sí misma y es que, en pocas horas, tenía su primer examen en la universidad. Se había preparado como nunca, y eso que, tratándose de Alba Reche, era complicado. Siempre había sido la primera de su clase, la de los sobresalientes, la empollona. Nada tenía que ver con ella el dicho de que las rubias eran menos listas. Aunque tampoco le hacía justicia la cara de inocente y la baja estatura, había que salir corriendo si Alba Reche se enfadaba.

Se le notaba feliz, eufórica, había coincidido en una clase muy maja y, además, tenía la suerte de estar en la misma clase y turno que sus dos mejores amigas, Marilia y Marta. Se conocían desde que no levantaban ni medio palmo del suelo, aunque, siendo sinceras, Alba tampoco es que hubiera crecido mucho más.

Andaba sin prisas, con los auriculares puestos y en ellos sonando Je veux de Zaz. Le invadía el buen rollo con esa canción y le inundaban las ganas de bailar al ritmo de la música. De hecho, normalmente, le hubiera dado vergüenza ponerse a bailar, pero, a las seis de la mañana y sin ni un alma por la calle, se dejó llevar. Cantando a pleno pulmón por una calle totalmente desierta y bailando como si se encontrase en una solitaria pista de baile, no se percató de que se acercaba una moto que, aparentemente, tampoco había percatado en la presencia de la rubia.

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Natalia se había despertado con la hora justa y, con los ojos cerrados, se arregló rápidamente y salió por la puerta de su casa. Tenía en el móvil la ubicación que la Mari le había mandado para quedar aquella mañana. Todavía no se podía creer la conversación que habían tenido la tarde anterior por whatsapp.

MARI
Tía, en serio, quedamos a las 6:15 y así aprovechamos el día.

NAT
Mari, desde cuándo te interesa a ti estudiar tan pronto?
Es que todavía queda...
Cuánto queda para el primer examen?

MIKI
Es pasado mañana, Nat.

NAT
PASADO MAÑANA MARI POR FAVOR

MARI
Que hay que estudiar Nat, haz caso eh.
QUE NO ESTOY YO PARA SUSPENDER

MIKI
Es que Pablo le ha dicho que si aprueba el primer examen lo celebran... BIEN

NAT
JAJAJAJAJAJAJAJAJA O sea que la desesperación por aprobar
Es por sexo?

MARI
Y ALCOHOL
Y FIESTA
VENGA NO ME JODÁIS OS NECESITO QUE SI NO NO ME CONCENTRO

NAT
Si aprobamos me llevo algo?

MARI
Una lamida de ñoco

NAT
Me voy a tomar eso como que me invitas a la fiesta y al alcohol, de la lamida hablamos después

MIKI
Muy bien Mari, saca la artillería pesada
Yo si apruebo me voy de cena con Joan

NAT
Un momento me voy a potar, ahora vengo

MARI
JAJAJAJAJAJA TE ACOMPAÑO

MIKI
Quedamos para estudiar o no?
Zorras 😒

NAT
Que sí
Que vale
Allí estaré
Me podéis pasar la ubicación?

MARI
PFFFFJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJA

MIKI
EN SERIO?
📍Ubicación.

Venga Nat, piensa que aprobando te llevas una fiesta y alcohol por toda la cara. Lo repetía como un mantra, una y otra vez, mientras seguía las indicaciones del GPS que había colocado estratégicamente en el manillar de la moto. Tenía que ir asegurándose la ruta ya que no había ido nunca a la biblioteca, así era ella. La palabra "estudiar" le provocaba náuseas, sarpullidos, cosas chungas vaya.

Cuando quiso levantar la cabeza vio a una personita rubia cruzando la carretera...

¿Está bailando? ¿A las 6 de la mañana? Tiene que estar enferma o algo... Enferma pero menudo pibón de chica...

En esas se encontraba, mirando embelesada a la rubia que cruzaba bailando y moviendo los brazos como si la llevara el viento, absorta, como si se le hubiera parado hasta la moto. Un momento. LA MOTO.

Frenó tan brusco que hasta Alba escucho la rueda chirriando. Levantó la cabeza lo justo para ver como quiencoñofuera doblaba la moto para evitar atropellarla.

Ya está, me voy a morir, adiós a mi examen.

Cerró los ojos y esperó el choque, esperó que una moto que le parecía gigantesca impactara contra ella y le pasara por encima o la partiera o vete tú a saber qué. Quizá salía volando como en las películas. Películas que ya no iba a ver más porque alguien había decidido saltarse el paso de cebra y atropellarle. Esperó con los ojos y las manos tan cerrados que, para cuando dejó de escuchar el sonido de las ruedas, todavía se encontraba en la misma posición. Solo una voz, medio ronca, pudo devolverla a la mitad de la carretera donde se encontraba.

- Perdona tía, lo siento, iba en mi mundo y no me he dado cuenta, ¿estás bien? – dijo una Nat asustada mientras iba acercándose a ella y quitándose el casco.

- ¿He muerto? – Alba, con los ojos cerrados, prácticamente susurraba.

- ¿Qué? – con cada paso que daba hacia la chica desconocida, más alucinaba de lo guapa que era. Observó su pelo corto, rubio, dejando los hombros al aire, sus tatuajes en los brazos, su ropa, hasta se embriagó del olor de la rubia. Casi borracha por la colonia de Alba se encontraba cuando ésta abrió los ojos como platos y giró la cabeza hacia ella.

- ¿Qué? QUE CASI ME MATAS TE PARECE POCO QUÉ – de pronto la cara de susto de Alba se había convertido en una cara de rabia inconmensurable, provocando el miedo en la morena de casi dos metros.

- Tía te he dicho que lo siento, tampoco hace falta que me grites...

- LO QUE HACE FALTA ES QUE ESTÉS PENDIENTE DE LA CARRETERA JODER – hizo una pequeña pausa para sujetarse el corazón, que se le iba a salir del pecho.

- Si nos ponemos así tu deberías mirar a ambos lados antes de cruzar, no te jode

- Mimimi no te jode mimimimi, ¿pero tú eres gilipollas?

- No, soy Nat, encantada – y puso su mejor sonrisa.

- Encima me... me vacilas... Es que, en fin, mira, llego tarde a un examen y estoy bien, si no te importa apartarte...

Nat entendió perfectamente el gesto que Alba estaba realizando con sus diminutas manitas, porque escuchar, no escuchaba nada, y se apartó para que pudiera pasar.

Esta tía está buenísima. Loca, pero buenísima.

- Eso sí – se giró Alba en el último momento – como te vuelva a ver, te moñeo.

Nat no sabía si reírse ante ese último comentario de un ser tan pequeño o si salir corriendo, por lo que decidió volver a su moto sin decirle nada más a la mini rubia.

Ni el nombre le has preguntado, imbécil.

¿Qué más da? Si no la voy a volver a ver... Que me moñea

Y así, riéndose en silencio, volvió a su moto, arrancó y se dispuso a continuar el mejor día de su vida, estudiando.

El amor es para valientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora