| 𝗝𝗮𝗲𝗱𝗲𝗻 𝗠𝗮𝗿𝘁𝗲𝗹𝗹 |

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𝑼𝒏 𝒃𝒆𝒔𝒐

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Hoy era viernes por la tarde, lo que significa una cosa. Fin de semana en casa de Jaeden, preparaba mis cosas para poder dirigirme a su casa, revisé que todo lo que necesitaba estuviera dentro de esta.

Una vez que confirmé que si, salí de mi casa. Caminé unos minutos hasta llegar a la suya, toqué levemente su puerta esperando que alguien abriera.

—Hola linda, que gusto verte—Habló su madre amablemente una vez que abrió.

—Hola suegra—la abracé—¿Cómo ha estado?

—Muy bien cariño, me alegra tenerte aquí. Hace días que no te veo; extraño hornear contigo—Angela se había convertido en una segunda madre para mi, por lo que pasamos mucho tiempo juntas.

—Sí, yo también lo extraño; tuve semanas pesadas en la escuela que no tenía tiempo de pasar a verla—Respondí entrando caminando a la escaleras—Pero ya han terminado, así que pasaré más tiempo aquí del que usted desee.

Ambas carcajeamos un poco antes de despedirme y subir a buscar a mi novio, al estar frente a la puerta que estaría un poco abierta podrías divisar a Jaeden en su cama viendo cosas en su teléfono. Di unos toques entrando en ella.

—Hola Jae-Jae—saludé a mi novio quien tenía la vista en su teléfono.

—Hola cariño—dejó su teléfono en la mesita de noche y se puso de pie—Te he extrañado demasiado.

—Nos vimos hace menos de 5 horas—golpeé divertida su brazo—No seas ridículo.

—¿Ridículo yo?—llevó su mano a su pecho poniendo cara de indignación.

—Si tú —toqué la punta se su nariz.

—Bueno—rió acercándose más a mi—Éste ridículo necesita de los besos de su novia.

—Y así será.

Me acerqué lentamente a sus labios, pero antes de besarlos besé su nariz, después sus mejillas y su frente. Oí como suspiró un poco molesto por mi acción.

—¿Vas a besarme o no?—Me miró molesto.

—Vamos Jaeden, no seas enojón.

—Solo pedí un maldito beso en los labios—Bufó echando su cabeza a un lado—Pero si no lo quieres hacer perfecto.

Se dio media vuelta tirándose en la cama, se había molestado. Tomó nuevamente su teléfono y no me prestó nada de atención.

Suspiré y dejé mi mochila en el piso de su habitación, me senté en la orilla de la cama quitando mis tenis, al igual que mis calcetines, me puse de pie y rodeé la cama hasta llegar a su lado.

Lo miré antes de meterme en el hueco que había entre su pecho y manos. Puse mi cabeza en su pecho viéndolo a los ojos y mis manos en el cuello.

:Muévete, no me dejas ver—Dijo molesto tratando de dejarme a un lado.

—No—Al terminar decir eso, tomé su teléfono y lo lancé a la montaña de ropa que había.

—¡Oye! ¡Qué te pasa!—Ahora sí estaba molesto.

—Vamos Jae, no me ignores—me acomodé mejor en sus brazos y sus manos las puse en mi cintura.

—Déjame tranquilo, Jimena—volteó su cara mirando a la ventana.

Me acerqué más a el y besé su cuello, sabía que la encantaba que hiciera eso. Después dejé un rastro de besos en su mandíbula alargándolo a la comisura de sus labios.

Lo besé dulcemente tomando su nuca para que no se alejará, tomó solo unos segundos, el me siguió el beso. Y lo finalicé mordiendo sus labios.

—Eres imposible Martell—Dije con una sonrisa.

—Lo sé, y agradezco por qué tú me aguantes— besó mi frente y me aferré más a su pecho.

—Te amo Jime—sentía mariposas en mi estómago, era la primera vez que lo decía.

—También te amo Jae-Jae—Sonreí cómo boba antes de volverlo a besar.

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𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𝐌𝐔𝐋𝐓𝐈𝐅𝐀𝐍𝐃𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora