1| Ese lugar

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Nunca supe cómo aparecí en este lugar, mi memoria ha estado borrosa todos estos años.

Lo único que puedo recordar es a mi en un gran lugar de metal junto con otras niñas, las cuales se encontraban en muy mal estado.

Recuerdo varias manos recorriendo mi cuerpo, para después sentir como me inyectaban algo, haciéndome caer en la oscuridad.

Lo demás es como si todo hubiera ocurrido ayer.

Cuando desperté, me encontraba amarrada en una sucia cama junto a otras niñas, las cuales gritaban asustadas intentando salir del agarre de las cuerdas que sujetaban todo su cuerpo.

Por alguna razón, yo me encontraba tranquila, como si esto ya lo hubiera vivido varias veces. Solo me limitaba a mirarlas con seriedad, esperando a que ya se callaran.

Ellos se enojan si siguen gritando.
Pensé como si esto ya hubiera pasado.

Recuerdo que ese día tenía mucha sed y toda la habitación daba vueltas. El pitido en mis oídos a las justas pudo reconocer el sonido de la puerta de la sucia habitación siendo abierta por 2 hombres, los cuales se encontraban enojados.

—¡CALLENSE DE UNA MALDITA VEZ!—gritó haciendo sobresaltar a todas, incluyendome.

Fue en ese momento que descubrí que no hablaba el mismo idioma que ellos, sus palabras habían sonado muy extraño, pero a la vez no.

Mi cuerpo había reaccionado con naturalidad, poniéndose completamente rígido, disminuyendo hasta mi respiración, para que no se escuchara.

Después de ese grito, tan solo se podían escuchar pequeños lloriqueos, pero nada más.

La cara del hombre se había puesto serio nuevamente, haciendo que suspirara sin pensarlo.

—¡Es hora de marcarlas!— Soltó antes de subirse en una de las niñas que se encontraba más cerca, para después, agarrar un fierro para después mirarlo. Este se empezó a deformar rápidamente, cambiando de números mientras que su compañero los calentaba.

Por alguna razón, que pudiera controlar el metal no me sorprendió para nada, tampoco me sorprendió cuando su compañero sacó fuego de sus manos para empezar a calentar el metal.

Cuando el fierro estuvo completamente rojo y con un número fijo, no dudó en agarrar la barbilla de la niña para ponerla de lado y así dejar al descubierto su cuello.

Sin más, posicionó el fierro en su cuello haciendo que la niña empezara a llorar y a gritar del dolor que sentía mientras se retorcía intentando escapar del hombre.

Y así fue con todas las niñas presentes.

La habitación se empezó a llenar del olor de carne quemada y gritos de agonía de todas.

No empecé a sentir miedo, no hasta que se subió encima mío para después enseñarme cómo cambiaba el último dígito del fierro mientras era calentado por el otro.

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Tenía miedo.

Tenía mucho miedo y no podía hacer nada más que evitar mirarlo.

Las palabras no salían, pero yo tenía varias ganas de decirles que pararan, que por favor no me hicieran daño.

Pero no pude; no hasta que el hombre me agarró de la barbilla.

Por favor, no lo hagas— dije mientras empezaba a llorar mientras me movía desesperadamente intentando liberarme—NO QUIERO— dije intentando salirme de su agarre.

Familia Todoroki - BNHA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora