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Min Yoongi caminaba tranquilo por la cuidad, al fin había tenido ese aumento que venía esperando y trabajando tan duro para conseguir.
Tenía el dinero suficiente como para tomarse dos cafés en cada mañana, en esa cafetería al paso que tanto le gustaba.
Su cabello negro volaba junto al viento, picandole sobre la piel y enganchandose con sus pestañas.

Caminaba tranquilo, algo cansado, pero eso no le preocupaba o afectaba demasiado. Le dolían un poco las manos por quedarse hasta tarde tocando el piano, pero se sentía orgulloso de haber logrado tocar aquella canción que tanto le había costado.
Iba camino a su casa, llevaba en la mano una bolsa de plástico con algo de comida; una bolsa de arroz, una botella de Soju, un paquete de mantequilla, algunas manzanas y un paquete de galletas. Para ser específicos.

Sintió un frío viento golpear su piel pálida cuando salió del laberinto de casas para pasar hacia el puente. La piel se le erizó y no pudo pensar en mucho más que regresar rápido a su departamento y quedarse por horas bajo sus sábanas.
El viento fue tan frío que tuvo que cerrar los ojos para que no le ardieran. Camiones y coches pasaban a gran velocidad a su lado izquierdo, volando su camisa blanca y haciendo que la bolsa con comida golpeara contra su pierna.

Levantó su vista, tan solo para mirar el reloj en su muñeca, al ver que marcaba las 8pm Yoongi suspiró, diablos, se le había hecho tarde nuevamente.
Y fue en ese momento.

En ese momento...

Un chico de cabellos rubios se balanceaba en la orilla del puente.

Tragó saliva y lo observó por unos segundos.

Bonito...

Caminó lento hacia él, balanceando la bolsa en el ritmo del viento.

-Hey_ dijo_

El chico de cabellos rubios se volteó. Tenía una expresión aburrida, cansada, tal vez.
Yoongi no supo descifrarla.

Cansancio...

-¿Estás seguro de lo que haces, chico?_ apoyó ambos brazos en la baranda, sintiendo metal pegar contra su piel_

El azabache miró hacia el agua que se encontraba abajo. El sol de la tarde brillaba fuerte y se refejaba contra las pequeñas ondas que se formaban por el viento.

-¿Crees que sentiré algo si lo hago?_ le respondió el otro, mirando hacia el_

Lo único que podía pensar Yoongi en ese momento es ¿cómo es que no cayó por el viento?

-El puente no es tan alto. Aunque sientas algo mientras caes, no durará mucho_ el de cabellos rubios miró hacia el horizonte, se veía destrozado_

Sus ojeras se hacía presentes, aún más cuando cerraba sus ojos, tenía el cabello desordenado, y sus ropas estaban arrugadas. Los labios secos y pálidos, estaba delgado y parecía que con suerte podía mantener los ojos abiertos.

Vivir o morir no era algo interesante para él.

-Tienes algo de razón_ suspiró, saltó hacia el asfalto y sacudió sus ropas, para luego quedarse parado junto al azabache, quien miraba sus movimientos atentamente_

-¿No crees que sentirás más cosas estando vivo que tirándote de un puente?_ le cuestionó Yoongi al chico rubio, este negó_

-Hasta este momento lo único que he sentido es tristeza_ le respondió, mirándo directamente hacia el horizonte_

-¿Y?_ el rubio miró al azabache_ ¿Acaso la tristeza no es una emoción? La tristeza es sentir algo_ el rubio se quedó mirándole, hasta que Yoongi se giró hacia él_

Mente Suicida ✆ ʸᵒᵒⁿᴹⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora