21⚜️

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Llevaba consigo un par de bolsas llenas de lo que había comprado en el supermercado hace una hora aproximadamente, luego de haber pasado por el edificio del pelinegro. En este momento yacía sobre el asiento de un autobús mientras regresaba a casa puesto que debía terminar con sus tareas pendientes.

Había llamado temprano a Jun para hacerle saber sobre la invitación de Jungkook para el almuerzo y sonrió incrédulo cuando todo festejaron que irían a almorzar fuera de casa en compañía del mayor.

Ni siquiera conocían a Jeon, pero ellos ya le tenían cierto aprecio. Una de las cualidades del mayor seguramente era atraer a las personas ya que ni siquiera tuvo que esforzarse para que a su familia le cayera bien.

Miró sus pies moviéndose inquietos observando hacia afuera, y de pronto recordó a Jungkook diciendo esta mañana que lucia lindo y él solo actuó como un completo niño que se avergüenza al primer halago.

¡Aish!.

¿Porqué tenía que recordar siempre al pelinegro?.

¿En qué momento fue que Jungkook se metió en su cabeza con si del dueño de tratara?.

¿Y porqué se lo permitió?.

¡Demonios!.

Jimin no quería que aquello que por momentos temía se volviese realidad tan pronto, porque Jungkook no estaba comenzando a enamorarse de él como a Jimin le ocurría o al menos eso creía pues ya no sabía exactamente que pensar por las extrañas sensaciones que Jungkook le hacia sentir con una sola palabra.

El pelinegro aún no sabía lo que él podía sentir con solo escuchar nombrarlo o llamarle por apodos. No tenía idea de que aquello a Jimin le provocaba un sin fin de emociones y que toda aquella coraza que creía tener para impedir que alguien lo lastimara de nuevo, se rompía cada cierto momento.

Soltó un suspiro y recordó la primera vez que había visto a Jungkook en el burdel. Aquella noche habia llegado más temprano de lo normal y tenía que gastar su tiempo en algo que no fuera esperar dentro del cuarto de cambio.

Su uniforme era lindo y quería que la gente lo viese pero también se sentía un poco exhibido por que tendría que pasar toda la noche delante de hombres que solo buscaban un chica para pasarla bien.

En cierto punto agradeció mucho que su antigua jefa le diera la opción de trabajar como mesero y no junto a las chicas que atendían a los hombres porque él no podría con aquello por más que lo necesitara.

Si bien hubo un par de ocasiones en dónde debió realizar un baile para dos clientes, uno de ellos fue Jungkook. Pero aquello ya no era importante.

La primera vez que Jungkook puso un pie en el burdel, Jimin atendía a unos clientes. Jeon se encontraba sentado en una de las mesas del fondo bebiendo junto a aquel moreno que era su amigo.

Llevaba un traje de color negro hecho a la medida y su postura era la de alguien con clase que solo estaba allí porque se lo habían pedido y no porque realmente quisiera ir a un burdel. Jimin podía notarlo pues Jungkook no parecía estar cómodo.

Estuvo allí un par de horas hablando con NamJoon y observando el lugar de forma minuciosa, hasta que sus miradas se tomaron y él no hizo más que voltear para continuar con su trabajo ignorado completamente su presencia.

Sin embargo, Jungkook no lo hizo y en cada ocasión que se podía intercambiaban miradas. Por un momento llegó a pensar que quizás el pelinegro pensaba que el era alguien que brindaba servicios, sin embargo, se estaba equivocando.

Aquella noche ni siquiera pensó que Jungkook había quedado enganchado con él, ¿Qué podría haber notado el pelinegro en él?. Es por eso que cuando pidió días después que le hiciera un baile privado creyó que se trataba de una completa broma de mal gusto.

[The Contract ]_KOOKMIN_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora