Capítulo 3

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Odette Kang

Estudiante de Criminología, 23 años

  

 Mi pulso se acelera cuando Jeon se acerca a mí, he tenido tantos pensamientos hacia a él que ya no sé ni que pensar de mí. Siempre he sido una chica disimulada ante mis deseos sexuales y mis fantasías más sucias sobre cualquier hombre que me parecía sexy, obvio Jeon nunca fue la excepción, a penas lo vi el primer día juré que mis pezones se hacían notar por la tensión que me causó su mirada tan penetradora característica de él, a pesar de ser un bebé la mayoría de la veces. Intenté mantener distancia de él para no cometer una locura, comenzando por pasarmela con solo chicas... Pero de la nada, en tan solo unos meses que parecen días ¡estaba con él a todas partes! Siendo su sombra, o él la mía. 

  Pese a lo que sucedió en la fiesta de BamBam, seguimos igual. No sé que me pasó, me sentía tan decidida, pero un pensamiento llenó de remordimiento todo de mí ¡me gritaba a mí misma que no! ¿Por qué? Ambos lo queríamos, ambos estábamos dispuestos a dar todo de los dos. No entiendo nada de lo que pasa por mi cabeza cuando estoy con él y cuando no lo estoy. Me vuelvo loca si no está o no sé de él 

 ¿Amor? No lo creo, solo es una atracción sexual tan fuerte que no me permite ver con claridad mi cordura.

  La universidad se ha vuelto un reto para mí, cuando me creía la reina de todo el lugar por mi llegada, se volvió una equis en el momento de que se enteraron que fui a la fiesta. ¿Qué tiene de malo? ¿Pasó algo? ¡¿Jeon habrá dicho algo?! Esa pregunta no había cruzado por mi cabeza hasta ahora. Dejé de escribir y pedí permiso para ir al baño, cosa que no haría. Busqué por todos lados al chico, pero nada. Me topé con Kim y lo saludé para luego preguntar por Jeon.

— No, ni idea, perdón —negó—. ¿Pasa algo? Lo puedo llamar si quieres —intentó marcar el número, pero lo detuve.

— No, no lo llames, debe de estar ocupado... Solo quería preguntarle algo, supongo que tú debes de saberlo, eres su mejor amigo —sonreí un poco. Guardó su celular y me devolvió el gesto.

— Claro, dime.

— ¿Por qué algunas personas me miran raro después de la fiesta?

  Kim me asustó porque su expresión cambió a una más preocupante de lo normal. Como esa mirada tan serena que asusta al mismo ñuzco. 

— ¿En serio no lo sabes? —negué y éste se acercó a mi oído— Hubieron rumores de que dejaste a Kook con ganas.

— ¡¿Eh?! —me exalté, que bueno que había tanto ruido en el lugar que nadie me notó— ¡¿De dónde sacaron eso?! —estaba muy asustada.

— No lo sé, alguien los descubrió en la terraza y al ver que te fuiste tan rápido, anduvieron diciendo que eres una "microondas" —agregó con sus dedos y yo tapé mi boca con ambas manos, mis ojos se cristalizaban. No quería llorar, sabía que si lo hacía media universidad me atacaría.

 Un estruendo sonó en una de las mesas... Era Jeon encima de ésta, estaba vestido tan guapo que por un segundo había olvidado todo. Su camisa holgada de color blanco y sus típicos jeans negros con sus botas estilo militar, así cargue lo mismo todos los días, seguirá siendo perfecto.  

— ¡Escúchenme porque no lo repetiré dos veces! —dijo en voz alta, se veía furioso. Todos dejaron lo que hacían para prestarle de su atención... Jeon tiene ese don.

— El próximo que vea juzgando con la mirada a Odette ¡haré que sufra! Ninguna mujer merece ser vista con ojos de rechazo cuando no hizo nada. Quien sea el o la que haya regado el rumor le aseguraré que se arrepienta, así sea colgado de un árbol mientras lo golpeo como saco de boxeo. No es su problema lo que pase en mi vida o en la de ella, deberían estar más preocupados por ustedes mismos. ¡Aquí todos tienen una historia que contar y yo me los conozco todos! Si se vuelve a repetir, ¡con cualquiera! —señaló a todos— anécdotas saldrán a la luz, gracias. 

 Dicho esto, bajó de la mesa y se acercó a Kim y a mí, se sentó a mi lado para abrazarme y susurrarme que todo estaría bien. Y así era, todo estaba bien, la justicia tarda pero llega. Al terminar el día, Jeon me acompañó a casa como de costumbre, así que lo invité a pasar... como de costumbre. Siempre se quedaba conmigo hasta las ocho, bebíamos o veíamos la televisión, uno que otra caricia, pero nada fuera de lo común.

— Gracias —murmuré.

— No hay de qué —posó su brazo derecho sobre mi hombro y me miró—. ¿Puedes decirme qué te pasó esa noche? —preguntó suavemente. No sabía ni yo misma y quiere que le explique.

— No lo sé... Simplemente mi subconsciente me gritó que no, por eso me fui —sinceré—, no creo que podamos hacer algo carnal por el momento. 

 Comenzó a tararear una melodía y mencionaba postres. 

¿Qué canción será?

Ya no importa, me estoy excitando con eso. 

Brinqué encima de él y lo besaba descotroladamente, me senté encima de su regazo y movía levemente mi intimidad sobre la él. Escuchaba suspiros ahogados de su parte, se sentía tan bien todo. 

Subió sus manos a mis pechos y los apretó bruscamente, solté un gemido y éste sonrió. Mordí su labio inferior e introducí mi lengua adentro de su boca, el sabor a limonada era glorioso porque viene de él. Subí su camisa y éste la terminó de quitar para continuar con el beso y posé mis manos en sus pectorales, Jeon está más que buenísimo, es totalmente sexy... 

Pero otra vez mi conciencia atacó.

— Lo siento, Oppa —dije agitada—. Son otra vez mis pensamientos —él estaba igual que yo, excitado, pero sin poder hacer algo al respecto. Solo lamió sus labios y llevó su cabello hacia atrás para responderme con un "no te preocupes".

 Se vistió, miró la hora de su celular y musitó que se iba. Lo acompañé a la puerta y observé como se alejaba de mi casa.

— Dios, ¿qué me está pasando? —di un leve golpe en mi frente con el marco de la puerta y la cerré. Me dirigí a mi habitación para dormir y tratar de procesar todo. 

𝑬𝒍 𝑽𝒊𝒏𝒄𝒖𝒍𝒐 | kookv '+21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora