Hobby.

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Eran las 3:00 AM, tenía 3 horas más antes de que tuviese que mover su culo hacia su segundo trabajo, del que las personas tenían conocimiento, donde tenía su grande puesto de Inspector jefe. Se quitó la ropa tan "extravagante" que llevaba encima y se dispuso a dormir las pocas horas que le quedaban.

Hace ya un par de semanas que empezó a trabajar en el Vanilla, aunque para Gustabo era más un hobby que un trabajo, iba principalmente para "relajarse" luego de una larga jornada con Conway gritandole. Los trajesitos y el antifas que cubría gran parte de su cara le hacia sentir otra persona, otra versión de Gustabo y eso le ayudaba a no perder la cabeza. Varías noches a la semana iba y bailaba un poco para algunos clientes pero no dejaba que le tocasen, eran las reglas, el cliente podía hacer lo que quisiera mientras le veía bailar mientras este no le tocara.

..............

Eran las 4 de la tarde y estaban en medio de un código 3 pero Gustabo no se encontraba en condiciones, sentía que en cualquier momento el sueño le ganaría y quedaría tirado en medio de la carretera.

- Despierta, anormal!!!. Mueve el culo que te van a dar un puto tiro en la cabeza. - Escuchó gritar a Conway.

Miró a su alrededor, no sabía en qué momento habían roto negociaciones. Lo más cerca que tenía para ponerse en cobertura era el patrulla, así que se dirigió hacia el mientras analizaba la situación.

- ¿Gustabo, estás bien? - oyó a Horacio por la radio algo preocupado.

- Sí sí. No pasa nada, hombre. - respondió mientras apuntaba hacia la licorería.

- Abatido otro. ¡¡A comer suelo, payaso!! - Era de nuevo la voz de Horacio pero esta vez llena de orgullo y emoción.

-Abatido el último - Informó volkov.

¿El último? ¿Cómo que el último?.

Gustabo sólo había apuntando dentro de la licorería sin llegar hacer mucho, no se había enterado de cuando empezó el tiroteo, ni en que momento lograron abatir a todos.

- Te quiero en mi puta oficina, Capullo.- Por su tono de voz sabía que se venía una grande.

Gustabo parecía contar sus pasos, solo quería alargar lo inevitable, cualquier segundo de paz antes de ver a su superior valía oro en ese momento.

Se paró frente el despachó y tocó la puerta.

- Pasa.

- ¿Quería verme, Conway?

- ¿Me vas a explicar que cojones te pasa? No sé que haces por las noches y tampoco me importa pero si estás muy ocupado haciéndote las pajas con tu noviesita, que eso no interfiera con tu trabajo. - Y aquí iban de nuevo.

- No es para tanto, hombre. Fue un momento de despiste, vi mi reflejo y me distraje un rato con mi culo, normal también le digo...

- Callate de una puta vez, debí haberte despedido hace tiempo. Todo el día haces el gilipollas, no aportas nada, tus compañeros tiene que trabajar el doble para cubrirte a ti. Horacio se expone el doble por estar preocupándose de salvar tu culo también. - Se levantó del escritorio y caminó hacia Gustabo hasta quedar a una distancia prudencial.

- No sé si es la edad que lo tiene senil pero yo hago mucho más que toda su puta malla junta, Conway. No me toque lo cojones ahora mismo con esas mierdas.

- ¡¡Hoy pudieron volarte los putos sesos, Anormal!!.

- Fue cosa de un momento y el código 3 salió bien, no le veo el sentido a esta mierda de discusión, abuelo. - Gustabo se estaba cansado ya de estas peleas.

- ¡Y una mierda! Hace unas semanas que andas empanado. - Y al parecer Conway no tenía planeado parar pronto.

-  ¡¡Comame la polla, hombre!!. Si quiere mi renuncia la tendrá ahora mismo pero no aguanto más esto.

Conway acortó la distancia que quedaba entre ellos y empezó hablar con uno tono de voz mucho más bajo pero más amenazador.

- Te estás columpiando, Gustabin. No olvides que tu culo es mío y si quiero te tengo aquí solo para gritarte o para que me hagas las pajas cada tarde. Ahora lárgate, no quiero verte. - se alejó volviendo a su escritorio y tomó unos papeles para revisarlos.

Sin decir nada más Gustabo salió de la oficina. Por su mente cruzaba solo una cosa "Vanilla".

En su despacho Conway estaba con los ojos cerrados y sentado con la cabeza recostada al respaldar de la silla.

Él sabía que la razón de esas peleas y el aumento de los gritos con Gustabo no eran otra cosas que la acumulación de deseo y sentimientos frustrados. Era consiente de que el gilipollas le había empezado atraer hace unos meses pero por sus cojones que no iba ceder a esos impulsos.

- Necesito un trago. - Susurró.


DESAHOGO (INTENABO). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora