- ¡Lena!
Las puertas del despacho de la morena se abrieron de par en par entrando una Kara furiosa a la habitación. Lena la recibió sentada en su mesa donde, hasta hacía unos segundos, estaba trabajando. Kara se detuvo a unos metros de la morena con las manos sobre las caderas.
- ¡Vaya! ¿A qué debo el placer de tu visita? - le dijo la Luthor fingiendo sorpresa, aunque no podía evitar que se le escapara la risa entre los dientes.
- ¿Se puede saber por qué mi habitación está llena de flores? - la acusó Kara.
- No sé de lo que me hablas. - respondió Lena apoyándose contra el respaldo de su silla.
- No vas a conseguir que te perdone con unas simples flores. - respondió Kara acercándose hasta la mesa y golpeándola con las palmas de las manos.
- Bueno hacía semanas que no me dirigías la palabra. - señaló Lena encogiéndose de hombros. - Por lo menos he conseguido que me vengas a ver. Yo lo veo como una pequeña victoria.
Kara se quedó parada mirándola con la boca abierta. Quizá era el momento de irse antes de que Lena se volviera a llevar otra. Dio media vuelta y se acercó a las puertas que había dejado abiertas de par en par. Se paró allí y volvió a hablar de espaldas a la morena.
- ¡No lo vuelvas a hacer! Que sepas que las pienso quemar todas. - respondió antes de desaparecer.
- Las flores desprenden perfume cuando las queman. Qué lo disfrutes. - gritó para que la otra la pudiera oír.
- ¡Pues las tiraré al mar! - se oyó la voz de la rubia a través de los pasillos.
Lena volvía a estar sola en su despacho disfrutando del momento unos instantes, pero tenía que continuar con su trabajo.
Una sonrisa adornaba su cara. Realmente su plan había funcionado mejor de lo que esperaba. Llevaba un par de semanas viviendo en el viejo palacio real de la capital y la rubia ni tan siquiera la había ido a recibir junto con Kal y Alex, cosa que la decepcionó en su momento. De hecho, no habían vuelto a hablar desde la noche de la coronación, sin contar las reuniones del consejo, hasta esa mañana.
Hablando de reuniones del consejo, esa tarde tenían otra y realmente necesitaba haber acabado con los papeles así que se volvió a centrar en ellos.
*/*/*/*
- ¿Se puede saber qué haces? - preguntó Alex mirando confundida a Kara.
Alex acababa de entrar en la habitación de Kara porque estaban lloviendo flores sobre la residencia de los Danvers que volaban desde ese piso.
Kara, en ese momento, tenía cargadas en sus brazos una cuarentena de flores que arrojó por el balcón de su habitación.
- Limpieza. - contestó simplemente Kara mientras iba a coger la siguiente tanda.
- ¿De dónde han salido todas estás flores? - preguntó sorprendida Alex.
- Lena. - contestó secamente Kara tirando la siguiente tanda por el balcón.
- ¿Todavía no la has perdonado?
- No, ni pienso hacerlo. -aseguró Kara cargando la tercera tanda en sus brazos.
- Venga, ni que hubiera sido la primera vez que Lena te drogó. - bromeó Alex.
- No quiero hablar del tema. No quiero saber nada de ella. - gruñó mientras tiraba las flores con fuerza hacía el exterior.
- Pues contando que se va a pasar un buen tiempo en la capital, lo tienes claro. - rio Alex apoyándose contra el marco de la puerta.
- ¿Qué? - preguntó Kara sorprendida deteniéndose en seco. - ¿Cuánto tiempo va a estar aquí?
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Dioses y guerras [Supercorp AU]
عاطفيةLa Casa de El se había pasado veinte años luchando contra los rebeldes Luthor que se negaban a cerder ante ellos. Kara, como pincesa, acababa de ser enviada al territorio enemigo para controlar los avances de los rebeldes. Lena había viajado para cu...