Capítulo 1

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-¡Preparen sus armaduras y sus armas! A primera hora partiremos rumbo al campo de batalla... ¡Sir Patrick! ¿Está todo listo con su batallón?

-Lo tenemos todo listo mi señor, podemos partir en cuanto usted nos dé la orden...

El rey Walden comenzaba a supervisar que cada uno de sus caballeros contara con el armamento necesario, la guerra entre el su reino y el de la familia Relish iba a comenzar desde temprana hora, habían sido atacados por impostores que habían asesinado a su esposa Daisy y a su hija mayor Emma; no podía permitir que su legado terminara en masacre y escondió a su hijo Ashley en uno de los pasillos ocultos de su castillo.

-Mi rey –Su general Wolfgang se inclinó en señal de respeto-. Hemos recibido muy buenas noticias, los reinos del norte nos apoyaran en esta batalla y estarán a nuestro lado.

-Eso es maravilloso... entonces estamos completos y podremos partir –Ambos hombres caminaron hacia la puerta principal del castillo y subieron a la torre donde observaron al pueblo entero-. Míralos Wolfgang... no sé qué clase de esperanzas les podré dar... y menos después de la partida de mis dos mujeres...

-No tendrá que preocuparse señor... sus muertes serán vengadas, y su hijo será bien protegido estando aquí en el castillo... -El rey Walden suspiró-.

-Quiero que me prometas que Ashley estará a salvo... que tú y tu ejercito lo van a entrenar como debe de ser hasta ser el mejor guerrero que estos muros hayan formado...

-Mi señor...

-Y también... que si algo llega a pasar, se irán de aquí... no quiero que mi hijo muera, necesito que él sea quien continúe con mi legado y llegue a ser el rey de todos ellos...

-Se lo prometo mi señor –Wolfgang hizo una pequeña reverencia y bajó de la torre-.

Ni siquiera el mismo rey Walden sabía a lo que se estaban enfrentando en ese momento, y estaba completamente seguro de que no tendría un regreso a casa, ni siquiera tenía esa motivación para volver, su esposa e hija se habían muerto y su único primogénito era apenas un bebé de un año, su corazón se acongojo al pensar que no iba a poder verlo en varias etapas de su vida, pero era un sacrificio que necesitaba enfrentar. Tomó un respiro y descendió para entrar en el castillo, todos los miembros de la servidumbre hacían una pequeña reverencia a su paso, hasta que llegó al cuarto de su hijo, la puerta se abrió y la niñera del pequeño apareció.

-Majestad –Se inclinó hacia adelante-.

-¿Se ha dormido mi hijo, Fedora?

-Así es mi señor... el pequeño está dormido por ahora...

-Bien... puedes ir a descansar –La mujer se marchó, el rey cerró la puerta y se acercó a la cuna-.

El rostro del pequeño Ashley suavizo un poco el semblante del rey Walden, en él podía ver la hermosa piel blanca de su amada mujer Daisy, al igual que las mismas expresiones, una leve sonrisa se dibujó en su rostro y acarició su mejilla con dulzura, aquel pequeño solo se movió para acomodarse y seguir en aquel plácido sueño que tenía.

-Hijo mío... sé que aún no entiendes lo que está pasando a tu alrededor... pero espero que algún día, lo logres entender... -Suspiró-. Eres mi mayor alegría y a la vez eres mi más grande pena dejarte en este lugar...

-¡Mi señor! –Escucho desde fuera, un destello rojo pasó frente a él y explotó en la torre de al lado, la puerta se abrió, Wolfgang junto con el consejero real Lawrence entraron alarmados-. Mi señor, nos están atacando –Walden se reincorporó-.

-Wolfgang, alista mi armadura y mi espada, quiero a todos en el frente de la batalla, junta a los arqueros y que nos ayuden en la parte más alta del castillo

-Sí mi señor –El rey Walden observó a Lawrence y a su hijo-.

-Quiero que te lo lleves lo más lejos que puedas... no quiero que sepan quién es, haremos creer a esos bastardos que mataron a mi primogénito...

-¿A dónde se supone que lo llevaré señor?

-Al sur... hay un grupo de magos que bien te podrían ayudar a buscar un lugar para que el pequeño viva bien... pero por lo que más quieras, no regreses aquí, ¿te ha quedado claro? –El hombre asintió-.

Al pequeño Ashley lo envolvieron en varias sábanas, mientras Lawrence atravesaba los pasillos del castillo donde la servidumbre buscaba en donde esconderse; con el brazo disponible, jaló una parte de la chimenea vieja y camino por el pasillo lentamente, tratando de que nadie pudiera percibirlo en ese momento. Al llegar al establo, tomó el caballo de la reina, acomodó al pequeño que comenzó a llorar y cabalgó lo más rápido que pudo. La gente corría despavorida a medida que varios caballeros de armaduras plateadas entraban a las casas, unos cuantos corrían entre el bosque y la neblina para pasar desapercibidos y no ser asesinados. Lawrence seguía cabalgando, giró la vista hacia atrás y al menos seis jinetes lo seguían de cerca, no habían mordido el señuelo y sabían que el príncipe seguía vivo en los brazos de aquel hombre.

-Maldición... -Lawrence observó por todos lados hasta encontrar el modo de tratar de perderlos, en medio de la noche siguió, siendo perseguido por aquellos hombres-. Maldita sea...

El bebé continuaba llorando, Lawrence apenas y alcanzó a frenar al ver un acantilado, estaba acorralado en ese momento; los jinetes rivales lo rodearon y desenfundaron sus espadas descendiendo de sus corceles, un nudo en su garganta se formó.

-Será mejor que nos des al niño ahora mismo... -Amenazó uno de los hombres-.

-Sobre mi cadáver –Lawrence tomó el puño de su espada y justo cuando aquellos hombres comenzaron a acercarse hacia él, los cuerpos de los hombres comenzaron a caer, Lawrence protegió al niño y cuando el silencio se hizo en ese momento, observo a otros hombres montados en caballos blancos-.

-Levántate –Lawrence observó con recelo al hombre-. Levántate Lawrence... será momento de que te levantes... tu rey ha caído

-Un momento... y tú... ¿tú quién eres? –El hombre se retiró el casco-.

-Mi nombre es Sir Richard... soy parte de la guardia real del rey Daniel... él y tu rey han solicitado que se le diera protección al príncipe Ashley en caso de que a él le llegara a pasar algo... sin embargo, todo será bajo condiciones...

-¿Qué clase de condiciones? –Sir Richard avanzó hacia él ayudándolo a levantarse-.

-El chico vivirá en el reino de mi señor, sin embargo no será tratado como parte de la realeza... tendrá que vivir en el pueblo, como un aldeano común, no podrá saber la verdad hasta que cumpla la mayoría de edad y pueda comenzar con su entrenamiento para gobernar, y ayudar a su propio reino a terminar la masacre que los traidores han empezado... entonces será momento de irnos...

-De acuerdo... iremos con ustedes

King For A DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora