LOST STARS (Jeon JungKook; Shin RyuJin; Hwang HyunJin)

CAPÍTULO 8

JUNGKOOK POV

Cada día me costaba más levantarme de la cama, no sabía si era porque estaba acumulando el cansancio de los días anteriores o simplemente porque me sentía muy cómodo ahí dormido al lado de RyuJin.

Me giré a mirarla, porque esa noche se había quedado dormida con Somi, las dos abrazadas, pero ahora estaba sola, aun dormida dándome la espalda.

Le pasé mis dedos tatuados por el pelo azul oscuro para que se fuese despertando y ella solo se removió un poco y gruñó para que supiese que estaba despierta pero que no quería levantarse de la cama.

Yo me senté en el colchón y miré hacia delante, donde estaban Somi y HyunJin sentados en el suelo, de espaldas a nosotros y de cara a la pared, pintándola con rotuladores y pintura de colores mientras hablaban flojito para que ni RyuJin ni yo nos despertásemos.

-Me he manchado un poquito – le dijo Somi a HyunJin tocándole el brazo para que la mirase.

-¿Un poquito, tía? Tienes la cara entera azul – le dijo él riendo – ¿has metido la cabeza en el cubo o qué?

-¿Como la Pitufina? – sonrió Somi amplio y grande.

-Sí, más o menos – le dijo él ladeando la cabeza.

-Pues yo soy la Pitufina y tú no – le dijo en tono de burla y sacándole la lengua.

-No me respetan ni los niños – se quejó HyunJin en un suspiro.

Somi rió dándole un beso en la mejilla y a mi esa imagen me pareció muy tierna, ella se había llevado bien enseguida con los tres, pero con HyunJin tenía una amistad muy bonita, a RyuJin la tenía como una figura materna y yo pues parecía su psicólogo, siempre me explicaba los dramas de su vida, como cuando perdía los calcetines por la habitación y no los encontraba.

-JungKook se ha despertado – dijo ella cuando me vio sentado en la cama y se giró a mirarme – felicidades, JungKook – corrió hacia mí para felicitarme el cumpleaños y se me tiró encima a abrazarme.

Yo me tiré hacia detrás para tumbarme con ella encima, que comenzó a darme besos repetidas en la misma mejilla, haciéndome reír de lo adorable que era y lo mucho que se hacía querer.

-Tae nos ha dicho que hoy es tu cumpleaños – me explicó sentándose en mi cintura y dejando sus manos en mi pecho – y te hemos hecho un dibujo de regalo.

-Casi no se nota que habéis dibujado – bromeé tocándole con el pulgar la cara para intentar limpiarle la pintura.

-Mira ven – me cogió la mano y tiró de mí para que nos levantásemos de la cama.

Miré como HyunJin se levantaba del suelo, con el torso lleno de piceladas de pintura de varios colores por encima de sus tatuajes.

-Mira, mira que obra de arte – me dijo pasándome un brazo por la cintura – adivina quienes somos – me retó mirando el dibujo de la pared con orgullo.

Éramos nosotros tres con Somi, nos habían dibujado a su manera, una mezcla entre los brazos que dibujaba Somi, que más que brazos parecían serpientes, y las caras de HyunJin, que tampoco tenían desperdicio, parecíamos sacados de una serie anime.