#34 ; 𝐏𝐀𝐒𝐄𝐎

110 17 52
                                    

Los seis chicos estaban frente a un autobus, esperando su turno para subir. Irían de paseo con su colegio para aprender acerca de la historia de Corea en un pueblito pequeño que aún se mantenía como en la antigüedad.

— Bien, cuando uno entra el otro le guarda lugar a su lado. Estamos justo en parejas, así que no habrá peleas. — Dijo Jinwoo, mientras le extendía una botella de agua a cada uno.

— Tengo hambre~. — Se quejó Sanha, haciendo un puchero. — Y no quería agua, quería coca.

— No te comas ahora lo que traes porque después andas de pedigüeño y te tragas todo. — Bufó Myungjoon. — Y la coca no va a calmarte la sed.

— Si hubiera querido a mi mamá aquí, le hubiera dicho que si se permitían padres. — Bufó el menor.

Todos subieron al autobús, irían en dos autobuses repartidos, ya que irían todos los cursos. El autobús comenzó a moverse lentamente, pero unos gritos llamaron la atención de todos.

— ¡Hey! ¡Esperenme, por favor! — Chilló el pequeño Félix, quien apenas podía llevar la mochila.

— ¡Arranque chofer! ¡Vamonos, vamonos! — Chillaban todos dentro del vehículo, pero el chofer le permitió el paso al pecoso.

— Que feo lo suyo. — Dijo el menor y se sentó junto a Jeongin.

El autobús comenzó a moverse y esta vez fue para irse. Sanha y Dongmin jugaban al veo veo; Myungjoon iba durmiendo en el hombro de Jinwoo mientras este oía música; y Minhyuk y Bin pintaban dibujos de un cuaderno para niños. De un momento a otro, los otros cinco terminaron durmiendo al igual que Myungjoon.

























[...]




















Sanha se removió en su asiento, soltando quejidos. Ladeó su cabeza y vió a Dongmin, aún durmiendo con algunos mechones alborotados sobre su frente y sus labios entreabiertos. Sonrió, se veía tan lindo, ojalá la carta que quería darle realmente la hubiera recibido él y no Jaemin. Elevó su vista y se preocupó. ¡No había nadie! Solo estaban ellos seis en el autobús.

— Hyung... Hyung... ¡Hyung! — Dijo, mientras movía cada vez más fuerte a Dongmin, para despertarlo y este dió un salto en su asiento.

— ¿Qué pasa, beagle? ¿Por qué me asustas así? — Cuestionó el mayor, tallando sus ojos.

— Nos dejaron, se fueron sin nosotros. Incluso el chofer se largó. — Dijo alarmado.

— ¿Por qué gritan? — Se quejó Minhyuk, quien había estado durmiendo en las piernas de Bin. Los demás también despertaron uno por uno. — ¿Dónde están todos?

— ¡Se fueron sin nosotros! — Y ahí estaba el pequeño Félix, llorando.

— Genial, nos abandonaron y para colmo nos dejaron una maldición. — Bufó Jinwoo.

— ¿Nos maldijeron? — Chilló Félix, adhiriendose al brazo de Dongmin.

— Hablaba de ti.

— Bueno, será mejor que nos apresuremos a llegar, sino perderemos a los demás por completo. — Dijo Myungjoon.

Los siete salieron del autobús, pero no había ni rastro de los demás. Decidieron caminar un poco más para ver que encontraban, sin embargo, lo único que hallaron fueron dos caminos distintos.

— Vamos por el de la derecha. — Dijo Bin.

Todos lo siguieron, pero a medida que se adentraban, menos podían ver hacia donde iban. En medio del camino, Sanha miró hacia atrás y Félix ya no estaba.

𝐒𝐔𝐑𝐕𝐈𝐕𝐀𝐋 𝐆𝐔𝐈𝐃𝐄 𝐅𝐎𝐑 𝐓𝐄𝐄𝐍𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora