20|Side Story

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Quiero salir de aquí. Pensó.

Sus ojos amenazaban con cerrarse, pues no habían dormido en casi toda la noche por hacer trabajos atrasados. La mano en que tenía su cabeza recargada le estaba comenzó a hormiguear, acto seguido se le iba a entumir y batallaría para que ese hormigueo desapareciera. Tampoco era como si quiera quitar su mano de su mejilla, estaba muy cómoda así cómo estás y no quería arruinar esa comodidad.

La luz del sol calaba en sus ojos, y eso que no estaba tan cerca de las ventanas del salón, se obligó a apartar la mirada del pizarrón.

Ahí estaba ella; la omega que le había comenzado a gustar desde hace poco tiempo. Kaira tenía su mirada fija en su libreta, anotaba las cosas que estaban en el pizarrón, de vez en cuando alzaba su mirada al pizarrón y leían un buen parado para después pasarlo a su libreta. Sus notas eran perfectas, muy coloridas y ordenadas. Era la alumna perfecta que todos los profesores querían tener en su clase.

Rin no podía dejar de verla.

La omega giró hacia donde estaba el asiento de la alfa, le dio una suave sonrisa haciendo que la alfa apartara la mirada de inmediato. Perdió la cuenta de las veces en que Kaira la atrapó mirándola.

Desde hace días que Rin ha estado muy inquieta, incluso siente a su lobo interior inquieto o a veces incomodo. Desde hace días no puede dejar de verla con mucha intensidad, la mirada siempre; cuando está con sus amigas, en la cafetería y debe admitir que cuando la mira cerca de otra alfa se pone celosa.

Hay veces en donde ellas hablan, pero sus conversaciones no duran mucho.

Desearía tener el valor de pedirle una cita a Kaira, pero siempre que estaba a punto de hacerlo alguien la interrumpía o simplemente ella se acobardaba

Su teléfono vibró, casi se ahoga con su propia saliva al leer el mensaje.

Deja de verme, haces que me desconcentre.

Alzó su mirada y la omega tenía el ceño medio fruncido al igual que sus labios. Pensó que incluso así Kaira lograba verse aún más hermosa.

Decidió que era hora de concentrarse en la clase, aunque le iba a ser muy imposible ya que el sueño la estaba consumiendo cada vez más. Comenzó a escribir todo lo que estaba en el pizarrón, trató de ser lo más ordenada para que sus apuntes fueran entendibles.

Hoy le diré que me gusta. Pensó. Su corazón se le aceleró por la emoción, hacia todo lo posible para no sonreír, pues todos la iba a a morir rara si la encontraban sonriéndola como loca a un cuaderno. Debo pensar muy bien en lo que le diré.

Al terminar la clase, todos se pusieron de pie con mucha prisa, incluyendo a Rin. El profesor los interrumpió, pues aún no terminaba de explicar el trabajo que tenía que hacer para fin de mes. Todos se volvieron a sentar y esperar hasta que el profesor se dignaran a darles salida. Para ese entonces Rin ya estaba más que desesperada por salir y hablar con Kaira, pero no se dio cuenta de que la omega había salido antes que ella, ahora tendría que ir a buscarla.

Vio a las amigas de la omega en una esquina de la cafetería, se atrevió a preguntarles si sabían dónde estaba Kaira, a lo que le respondieron que ya estaba de camino a casa. La alfa no tuvo otra opción más que correr a la salida para alcanzar a la omega.

Kaira caminaba con pasos lentos mientras iba leyendo un libro, Rin notó que cuando ella estaba sola siempre se encontraba leyendo cualquier libro que fuera de su interés, había pensado en regalarle un libro. Caminó con prisa para poder alcanzarla y casi se tropieza con una piedra.

—Kaira — llamó. La nombrada giró al instante,— por fin te alcanzo.

—¿Corriste desde la universidad?— enarcó una ceja cuando la alfa asintió,— no creí que fueras capaz de hacer eso.

El Cortejo De Los OmegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora