Antonio apoyó la cabeza sobre la fría ventanilla del avión. De vez en cuando veía la faz de la tierra, oculta la mayor parte del tiempo por espesas nubes.
Alza luego la vista hacia la cabina del piloto, solo diez segundos antes había levantado ya los ojos del teléfono al oír un golpe seco procedente de la cabina.
Como el resto de pasajeros, se queda atónito escuchando el mensaje del piloto que resuena a través de los altavoces:
-Aqui el capitán González. Tenemos ciertas dificultades técnicas. Por favor, permanezcan sentados.El capitán había hecho otros anuncios durante el trayecto de Madrid a Caracas, pero en esa ocasión su voz sonó tensa y nerviosa.
Una azafata caminaba cautelosamente de un lado a otro por el diminuto espacio entre la cabina y el comienzo de las filas de asientos. Antonio la seguía con la mirada.
Mientras la observaba, la azafata descolgó el auricular de un teléfono de la pared y presionó un botón que él supuso que la ponía en conección con la cabina. Habló por el auricular y esperó la respuesta. Antonio observó que cambiaba su expresión mientras escuchaba. Luego, lentamente, ella colgó el auricular y se tapó la boca con una mano. Su rostro estaba pálido cuando se giró hacia el pasillo.
Un pasajero se dispuso a levantarse de su asiento.
-Por favor, permanezca en su asiento caballero -Le diji ella.-¿Que está ocurriendo? -Preguntó una gorda mujer a gritos.
-¿Que ha sido ese ruido? -Preguntó otro pasajero.
Antonio, a pesar de la recomendación dada al otro pasajero se puso de pie y preguntó:
-¿Le pasa algo al avión?
- No, el avión está en perfectas condiciones -Respondió la azafata como tratando de asimilar el mensaje que acababan de darle por el teléfono.
-¿Entonces que ocurre?
La azafata dio unos pasos adelante antes de responder:
-El capitán González asegura que ha matado al copiloto y que está a punto de suicidarse. No hay manera de entrar a la cabina y detenerlo -Explicó la azafata, dando otro paso hacia adelante.
-¡Maldita mierda! -Exclamó un adolescente.
-¡Que todo el mundo permanezca en calma! -Gritó a su vez la azafata, tratando de hacer oír su voz sobre los chillidos de los pasajeros.
Otro golpe amortiguado, provocó que todos los pasajeros se quedaran paralizados.