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Un fuego arde.
Abrió sus ojos despacio. Aún estaba acostada en una cama, pero no era la del hospital, aquella en la que había estado treinta días en un sueño interminable, que al exhalar su último respiro, terminó. Ella pudo sentir todo,cada hora interminable, escuchó cada lágrima de sus amigos y familiares, escuchó las últimas palabras de su pequeña y sintió el dolor del cabeza que nunca más podría abrazar a sus hijos y que ya no sería parte de su vida, pero de alguna forma se sentía aliviada porque tenía a su familia con ellos, y sabia que estaban en buenas manos. Así que su único deseo era encontrarlo después de partir, era que si existía aquella tan famosamente llamada vida después de la muerte, él estuviera ahí.
El agua viene.
-"Papá está esperándote" -Fueron las últimas palabras que le dijo su hija antes de que ella se fuera completamente.
Tu me refrescas.
Volteo su cuerpo y al momento de acostarse de un lado, lo observó frente a ella, envuelto entre las sábanas. Parecía irreal, ¿aquello era un espejismo? Se veía hermoso, como era de costumbre, su rostro estaba limpio, sin ninguna marca o secuela del accidente, como si jamás hubiera pasado.
Cuando tengo frío en mi interior.
-¿Jorge?-Danna susurró su nombre como si lo hubiese suspirado.
Tú eres cálido y radiante.
-¡Hey!-Él le sonrió con voz delicada.-He estado esperando por ti.-Era su voz, esto no era parte de un espejismo, ella podía sentir su presencia arropándolo y llenándola de aquella paz que hace mucho no había podido tener.
Sabes que eres muy bueno para mi.
Danna lo observó atentamente, cada línea que marcaba y definía su rostro, cada mínimo detalle que formaba parte de toda esa estructura que había extrañado con locura desde el doloroso momento en el que se marchó. Alzó su mano para acariciar su cabello, oh dios, como había extrañado tocarlo. Jorge cerro sus ojos al sentir las manos finas de Danna alrededor de su frente y cabello, sintiendo la plenitud que era el calor de su tacto sobre su piel.
Con tus ojos de niño.
-¿Eso es real?-Tuvo que pensar de que ella ya conocía la respuesta.
Eres más de lo que pareces.
-Si, lo es.
Tú puedes ver al infinito.
-¿Dónde estamos?
Lo veo en tu cara.
-Mira a tu alrededor.-Jorge le sugirió.
Los lugares donde has estado.
Danna se tomó un momento para que sus ojos inspeccionaran el lugar. Estaba en su anterior departamento,el departamento donde solía vivir, aquel en el que ellos tuvieron su primer encuentro y tantos otros momentos más.
Las cosas que has aprendido.
-Estamos en mi antiguo departamento.-Susurro.
Se reflejan en ti tan hermosamente.
-Así es.-Jorge asintió. Él la sintió temblar bajo su mano y pasó sus dedos por sus labios.-¡Te amo!
Y no es necesario esconderlo.
Danna se apoyó en su mano, disfrutando de la sensación de su piel por un segundo más antes de que su boca buscara la de él y Jorge abrió sus labios inmediatamente, dejando que su lengua se arremolinara dentro y un sonido, medio gemido, medio sollozo escapó de su garganta cuando Jorge la besó con avidez.