Thea Evans
—No quiero estar aquí —dije nuevamente. Mi madre sólo pasó la yema de su dedo por mi rostro con delicadeza.
—Te costará algo de tiempo, pero te adaptarás pronto —me contestó, yo en mi mente sólo pensaba en cómo saldría de esta situación —Harás amigos, aprenderás cosas nuevas y podrás poner a prueba tus habilidades, no está tan mal, querida.
Giré mi cabeza y observé el campamento; niños corriendo por todo el lugar, instructores sirviendo la comida y varios campistas encendiendo la fogata antes de que anochezca. Quizás mi madre tenía razón, quizás estar aquí no sería tan mala idea.
Me giré de nuevo hacia mi madre, pero ya no se encontraba ahí, me desesperé por buscarla con la mirada y cuando por fin la encontré, ella ya se encontraba en su camioneta, preparada para irse y dejarme en este extraño lugar.
Ella notó mi mirada y me volteó a ver una última vez, me sonrío y entonces arrancó.
Suspiré con desdén, di un paso dentro del área que dividía el campamento del bosque y una instructora se acercó a mí de inmediato —¿Cuál es tu nombre, pequeña?
—Thea... Thea Evans.
La instructora miró su tabla buscando mi nombre y cuando lo encontró me señaló una cabaña —Aquella es tu cabaña, puedes dejar tus cosas y sentirte cómoda, en unos minutos más comenzaremos a reunirnos en la fogata —asentí con la cabeza —Bienvenida, Thea —dijo por último para retirarse.
Caminé hacia la cabaña que me indicó con cuidado, puesto a que había muchas rocas que obstruían el paso a cada segundo. Cuando llegué a estar frente a la puerta, abrí la perilla lentamente, di un paso dentro y un trozo de comida fue lanzado a mi dirección, ahogué un pequeño grito y me agaché con agilidad haciendo que la comida aterrizara en la puerta.
Mis posibles compañeros de cabaña abuchearon molestos, probablemente por no haber dado con su cometido de lanzarme la comida en la cara.
El sonido de una trompeta sonó a unos cuantos metros, todos salieron de la cabaña como una estampida de animales feroces, excepto un chico que se encontraba atado de cabeza en el abanico del techo con su cabello castaño repleto de hojas de fresno.
Fruncí el ceño ante dicha escena —¿Qué haces ahí colgado?
—No les caigo muy bien —dijo refiriéndose a los demás campistas, me encogí de hombros sin tomarle importancia y me abstuve a dejarlo allí —¿Me puedes bajar de aquí? Por favor —preguntó avergonzado.
Solté una pequeña risita burlona, abrí mi mochila y tomé mis tijeras. Me subí a la cama para alcanzarlo, rasgué la soga poco a poco, hasta que el pobre niño terminó cayendo en el colchón de la cama.
—De nada —me adelanté.
Sacudí mis manos y me dispuse a acompañar a los demás, cuando su voz me detuvo —¿Eres nueva? —me preguntó.
Me giré a él y miré su aspecto, me pude imaginar lo que los campistas le habían hecho con anterioridad —¿Qué hay de ti? ¿eres nuevo? —evadí su pregunta.
—De hecho llevo ya unas semanas aquí, semanas de molestia con esos tontos —dijo señalando a los campistas que ya estaban rodeando la fogata.
Asentí confusa, ¿y si a mi me hacían lo mismo? ¿y si no lograba adaptarme como deseo? O peor aún, ¿y si mi madre decidía mandarme cada verano a este infierno?
—Soy Dereck —el chico se presentó con una mano extendida —¿Y tú eres...?
Retiré una hoja de su cabello y la dejé caer al suelo.
—Definitivamente alguien mucho más lista que tú.
☆☆☆
N/A: Alo! Soy Dany y si estás aquí, espero haber llamado tu atención para seguir leyendo.
Si ya has leído "También eres mi prioridad" me gustaría saber tus expectativas para esta historia, punto de vista, opiniones, etc... voy a estar leyendo sus comentarios ;)
*ACLARACIÓN: No es necesario haber leído "También eres mi prioridad"
Esto es sólo el prólogo porque se los quería compartir, pero pronto comenzaré con las actualizaciones.
Este es mi segundo proyecto en Wattpad por lo cual estoy muy emocionada por saber sus opiniones, y de verdad deseo sacarte una sonrisa de vez en cuando con esta obra. ♡
(Mi Instagram por si quieren estar al tanto de noticias): @danystoriesgirl
—Dany.
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My Summer Love
Teen FictionThea es una chica que ha pasado cada verano en un campamento desde los nueve años, creía que después de terminar la relación a distancia que llevaba con su amor de verano, su vida continuaría normal. Pero el destino le juega una jugada sucia provoca...