14. Traición y Guerra

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El invierno por fin llegó y todos tenían sentimientos encontrados al respecto. Algunos estaban muy inquietos y otros ansiosos porque el momento había llegado.

Félix miró con detenimiento la daga y suspiró al enfundarla en su pantalón porque, sin importar lo que sucediera al final con él, sabía que la utilizaría. Fijó sus ojos un instante en su dormido esposo y contuvo una sonrisa acompañada de una lágrima... Lo amaba tanto que dolía.

—La realidad existe sin nosotros, cariño. —Susurró el más alto, pensando lo fácil que sería terminar con todo... Pero no hoy. Hoy tendría que organizar todo para la llegada del resto de los monarcas hasta el final del invierno.

El desfile de distintos monarcas en medio de un clima tan frío y oscuro era un espectáculo digno de contemplar ya que ninguno estaba realmente preparado para congelarse y sus ropas tampoco, por lo que se apresuró a llevarlos al sillón donde la cálida chimenea ya estaba encendida y un poco de chocolate caliente era depositado en cada par de manos. Deuz aún no despertaba pero el pelirrosa era un excelente anfitrión por sí mismo.

Cuando ya casi habían llegado todos, el rey de Picas por fin despertó y fue a recibirlos aunque quizá fuera la prisa por llegar con ellos o el poco interés que le tenía a este tipo de reuniones por el que no hizo ni el mínimo intento de peinarse o ser formal. Por suerte, aún no llegaban los Jokers que, igual que siempre, eran los últimos en hacer su aparición.

En unos cuantos minutos, llegaron los faltantes y después de los saludos de rigor y un poco de calidez en el lugar para no tener a todos tiritando de frío; inmediatamente el aprendiz que manejaba la magia blanca, por primera vez en estas reuniones, dió un paso adelante para iniciar la conversación.

—Anoche durante la luna llena, tuve una visión... Puedo sentirlo. Aquí ocurrirá... No importa que intentemos huir... En este castillo se entregarán los sacrificios.

—¡¿QUÉ?! —El grito unánime del grupo, en algunos más fingido que en otros, se dejó escuchar, ensordeciendo a los Jokers.

—Entonces no deberíamos estar aquí. —Sugirió Bonnie, tomando la mano de su esposo y mirando de reojo a los integrantes de su reino.

—Creo que es un poco tarde para eso. —Saboreó Puppet con algo de pesar esto mientras pasaba la mano por la cintura de su hermana.

—Lo mejor será que cada gobernante se quede con un protector, por si acaso. —Deuz parecía sinceramente preocupado ante las palabras de los otros y todos asintieron con algo de miedo.

—Loon no te separes de mi. —Fue la alta y firme orden de la reina de Tréboles, lo que provocó que todos miraran en su dirección, haciendo que el mencionado se encogiera en su lugar y llegara hasta el lado de la albina.

La tensión era tangible en el aire pero, en un intento de calmar la situación, Félix se acercó sonriendo a Springtrap, seguido de un Onnie comprometido con protegerlo, por lo que Lily siguió a su primo, con el pretexto de cuidar al otro rey; la conversación fue tomada de tan buena manera que pronto el resto también se reunió en pequeños grupos para seguir su ejemplo.

Sin notarlo, pequeños grupos se esparcieron por todo el gran edificio, olvidando lentamente el miedo. Sin embargo, todos los que se habían separado se detuvieron al ver algo en el cielo a través de las ventanas que hasta el momento solo reflejaban la caída de la nieve... Una brillante, prácticamente cegadora, luz verde iluminó el cielo.

Era la señal de que no habían detenido nada.

Los gritos no tardaron en invadir el castillo.

★★★

Los rápidos pasos comenzaron a escucharse por los pisos de piedra y unos ojos ambarinos miraban con verdadera traición al As frente a él.

—¿Vas a matarlo? —El tono de reproche y sufrimiento era perceptible en la voz del más alto mientras protegía al rey de ojos azules.

—Claro que mataré al hijo de la chingada...  ¡Me ordenó matar al rey Félix! Me aseguraré que el rey Félix está bien...

—¡Entonces no puedo dejarte pasar! Quizá escuchaste mal o...

—¿Qué? Deja de decir pendejadas y quitate. —El As de Picas estaba a punto de avanzar por el pasillo por donde se escapaba su monarca y el mayor sacó una flecha de su carcaj para impedirle el paso l otro con todo el pesar de su corazón.

—Te lo suplico, Eak. Nuestro deber como as es proteger al pueblo y a nuestros reyes, si atacas al rey de tu reino serás acusado de traición.

—El rey para mí es Félix y él es el traidor, lo mínimo que merece es morir.

—Quiero evitar que empiece una guerra. —Lloriqueaba Towntrap mientras Bonnie, que estaba detrás del otro As, llamó a Bon y salió en busca del nombrado para asegurarse que estaba bien, estaba asustado ahora que veía quien era el traidor y éste había escapado.

—¡La guerra ya comenzó! Yo iré a terminarla. —El más alto tensó su arco en dirección a su novio. El de mirada aguileña, al notar que el otro no cedería, esbozó una sonrisa.

—Si así lo quieres. Sacó su látigo y dio un golpe seco contra el suelo.— Que así sea, cariño. —El leoncito sonrió.

—Te amo, Eak. —Y soltó la flecha con decisión.

★★★

Springtrap tenía un mal presentimiento.

En cuanto vió la impresionante luz esmeralda que inundó el cielo, tan similar al que representaba su reino, sintió una enorme inquietud que le obligó a dejar atrás la amena charla con su amigo de cabello rosa para buscar a su Reina con Lily detrás de él.

En el camino se encontraron con la Jack y el Rey de Corazones pero Spring ni siquiera notó que caminaba solo porque la de lentes había visto algo inusual.

El de cabello cenizo gritó mientras buscaba a Meg, entrando a cada habitación hasta que dió con ella, reposando con ojos cerrados sobre una cama, se veía tan tranquila que parecería dormida si no fuera por la mancha rojiza a la altura del pecho, un corte letal en el corazón que había asesinado a la hermosa reina de Tréboles, rasgando el aire con el grito ensordecedor del que perdía el amor de su vida.

Esa había sido sólo la primer pérdida... El primer sacrificio.

★★★

La Jack de pelo azul miró a lo lejos a un Bon distraído y buscando con la mirada al de ojos rojizos, Usagi apuntando con la ballesta a Onnie que estaba frente a Félix, ambos discutiendo algo, ignorantes de lo que sucedía a unos metros de ellos... La flecha fue lanzada y hubiera dado en el blanco si no Lily no se lanzara en dirección a la de coletas para detenerla.

—Pensé que eras neutral en este asunto. —Gruñó la de ojos limón quitándose de encima a la otra, molesta por la intervención cuando la otra se había negado a ayudarles a esta "purga" en el poder.

—Lo era, pero no debiste meterte con Onnie.

—Vaya, es una lástima pero al menos su sacrificio servirá para cuando Deuz y yo gobernemos.

—Eso, si sales viva de aquí.

Para evitar la guerra (FNAFHS AU CARDS KINGDOM) GOLXY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora