Capítulo 11.

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El mensaje de Yuta se le había olvidado por completo el resto del día. Al marcharse, estuvo hablando con su madre de Jaemin y qué le parecía el chico y después se había entretenido entre sus cosas viejas reorganizando y tirando lo que ya no le hacía falta, por lo que hasta la hora de irse a dormir, no le prestó mucha atención a su móvil

Todas las noches le costaba horrores conciliar el suelo y no dormía más de seis horas seguidas, por lo que pasaba bastante tiempo entreteniéndose con su móvil.

Yuta

Ey Miryeong

¿No vas a dirigirme la palabra? ¿He hecho algo? Te echo bastante de menos...

Dime si este viernes haces algo... ¡quiero enseñarte algo importante guapa!

Miryeong leyó los mensajes y respondió decidida y la respuesta de Yuta fue casi inminente:

Miryeong

Noo, no has hecho nada... la verdad, extrañaba hablar contigo

Espero que al menos ahora podamos hablar más, aunque ya sabes que estoy castigada...

Yuta

¿Ahora respondes??

¿Qué has estado haciendo toda la tarde??

Miryeong

Mi padre quiere que le de clases a un chico y ha venido hoy a casa

Hemos organizado las clases de mil asignaturas

Y luego he pasado rato con mi madre y limpiando mi habitación

No te pongas así... vi la notificación pero se me pasó por completo responderte

Yuta

O sea me ignoraste?? xD

Bueno, ¿haces algo el viernes?

Espero que no porque hace mucho que no paso tiempo contigo y tengo algo que enseñarte que significa mucho para mi

Eres la única a la que se lo quiero enseñar <3

¿Podrás quedar?

Miryeong

El viernes no tengo nada que hacer, y...

Supongo que puedo convencer a mi madre

¿Me darás una pista de lo que es?

¡No puedo aguantar tantos días!

Yuta

¡Nada de pistas!

Buenas noches miri-chan~

Sueña solo conmigo eh?

La castaña se despidió de Yuta y con una sonrisa y muerta de intriga por aquello que Yuta le tenía que enseñar, trató de dormirse.

Tenía que mantener ese buen humor para decirle a su madre la mañana siguiente que tenía un plan previsto con compañeras de clase o de ballet, algo con lo que pudiese asegurarse el permiso de la libertad.

(...)

Por la mañana, trató de ser lo más servicial y amable que pudo con sus padres, aun más de lo que tenía que ser ya de por sí. Quería que estuviesen cien por cien felices para que su respuesta fuera lo menos estricta posible.

A la hora de la comida, cuando se reunieron los tres, decidió soltar la propuesta.

—Mamá... Padre... —Miró a ambos adultos que masticaban en silencio su comida. —Este viernes me gustaría quedar con unas amigas, me han propuesto pasar la tarde y cenar y...

—¿Qué amigas? —Preguntó su padre sin levantar la vista del plato. Antes de que pudiera responder, habló su madre.

—Los Oh se van de fin de semana a la residencia de Busan y... ¿tu amiga Lina no tenía gripe? —Miryeong apretó el la cuchara. Sin sus amigas más conocidas de ballet y las que mejor nombre tenían en la familia, aun sin ser buenísimas amigas, no estaban disponibles, Miryeong se quedaba sin coartada para marcharse con Yuta.

Tenía que pensar algo efectivo y algo que fuera lo suficientemente bueno para que sus padres le concedieran el permiso.

—¡Ah, no, no! Me refería a... ¡Jaemin! —Soltó de repente. Se mordió el labio pensando que tal vez tendría que haber meditado antes sus palabras.

—¿Jaemin? ¿Na Jaemin? —Su padre le miró curioso. —¿Qué vas a hacer con él?

—Eh... Queremos empezar cuanto antes a prepararnos, y como iba a ir el viernes a comprar algunos libros me ha preguntado si puedo ir con él porque claro... Puedo ayudarle a elegir y tal... —Se sentía fatal mintiendo y sabía que sus padres no eran tontos y se debían de oler que aquello que decía no eran más que mentiras piadosas una detrás de otra, pero tenía muchísimas ganas de poder quedar con Yuta y Jaemin fue la primera persona que se le vino a la mente.

—¿Y cenar? —Preguntó ahora su madre. —Si vais a comprar, vais a comprar.

—Ya.. bueno, es solo por si se alargan mucho las compras... ¡En principio solo sería por la tarde! —Miryeong no estaba en posición de pedir y exigir más de lo que aún no tenía, así que, alargando la mentira todo lo que pudo, decidió mantenerse cauta con el resto de sus palabras.

—Bueno, —Habló su padre. —Puedes ir. —Tanto Miryeong como la señora Park abrieron los ojos como platos perplejas ante lo que había dicho el hombre. La castaña se imaginaba que obtendría el permiso solo de su madre y que sería ella quien acabaría -en el mejor de los casos- convenciendo a su padre. ¡Pero aquello si que había sido una sorpresa!

—¿En serio? —Dijo contenta tratando de no mostrarse demasiado eufórica. Su padre asintió.

—Sí, id por la tarde, de 3 a 6, luego vendrás para prepararte y Jaemin se marchará para prepararse igual. —Aquello le extraño a Miryeong. ¿De qué hablaba su padre? —Vendrán los Lee y más familias importantes a cenar el mismo viernes. No puedes faltar. —Tragó saliva. Aunque no contaba con eso en sus planes, podría pasar algo de tiempo con Yuta. Sin embargo, no entendía por qué Jaemin tenía que acudir a aquella cena.

—Vale. ¿Jaemin también vendrá? —Preguntó educada.

—Sí. Será tu acompañante. —Miryeong abrió los ojos sorprendida.

—¿M-Mi acompañante? Siempre voy sola y...

—Precisamente por eso. —Interrumpió. —Todas las hijas de los empresarios más grandes comienzan a llevar pareja... ¿Y tú? Siempre vas sola. Eso empeora la imagen. —Dijo seco. —Jaemin parece buen chico, y podrá aparentar una noche ser alguien importante. Irás con él.

—P-Pero... Chaeyong unnie no lleva pareja y muchas otras no... —Miryeong quiso protestar, no entendía por qué motivo tenía que arrastrar a Jaemin a todo aquello. Solo era un chico con el que se llevaba bien y al que empezaría a darle clases la semana que viene. Aquello cada vez le olía más y más raro, y sólo era el principio.

—Chaeyong-ssi es muchísimo más mujer que tú. —Sentenció. Miryeong guardó silencio y molesta, enfadada y humillada cada día más por su propio padre bajó la vista a su filete de carne ya frio. —He dicho que irás con Na Jaemin. Y le dirás a quien pregunte que es un amigo tuyo importante y que os conocéis desde hace tiempo gracias a los Lee. No des detalles, no quiero que investiguen de la vida de ese crio. —Miryeong frunció el ceño, no entendía nada de aquella película que se acababa de montar su padre. Y mientras su madre estaba enfrascada en su copa de vino, asintió no muy convencida y prefirió no hacer demasiadas preguntas al respecto.

—De acuerdo. —Continuó cortando la carne tan poco apetecible ya y pensó en como le explicaría a Yuta y Jaemin su plan del viernes que, al final, sí incumbiría a los dos chicos.

Lealiviaba pensar que al menos, la reacción de Jaemin ante el plan descabellado yla confesión de su tapadera no sería tan estrepitosa como la de Yuta en cuantole contara que el mismo día tendría planes con otro chico que no era él.

New Romantics |Na Jaemin; NCT|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora